Intrigas en el Vaticano

La enfermedad del Papa reactiva la campaña más agresiva de los enemigos de Francisco

Jesús Bastante

en religiondigital.com —
23 de febrero de 2025 12:44 h

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“Sé que hay alguien ahí fuera que dice que ha llegado mi hora. ¡Siempre me tiran de los pelos!”. Así se confesaba este miércoles el papa Francisco a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, desde la planta décima del hospital Agostino Gemelli, donde está siendo tratado por una neumonía bilateral que tiene en alerta a medio mundo. En su conversación con Meloni, reconstruida por Il Corriere della Sera, Bergoglio lamentaba las fake news en torno a su salud. “Alguien ha rezado para que el Pontífice vaya al paraíso, pero el 'dueño de la mies' ha pensado en dejarme aquí todavía”, bromeó Francisco, a quien habían llegado, por boca de sus secretarios, rumores de todo tipo. Rumores que han tomado cuerpo con cada mala noticia, como el último parte médico del Vaticano de este sábado, que subrayaba un empeoramiento en las condiciones del pontífice, que ha precisado oxígeno y una transfusión de sangre a lo largo de la tarde. Las condiciones, como apuntaron los médicos que lo atienden, siguen siendo graves y el Papa “no está fuera de peligro”.

En estos días, desde algunos de estos sectores, se ha apuntado que el Papa habría recibido la extremaunción, que estaría agonizando o que, incluso, ya habría muerto y sido trasladado en secreto al Vaticano, y que la Guardia Suiza ya había ensayado el funeral de Francisco. Fueron muchos los que rebotaron la noticia de que Bergoglio tenía un doble, y que de hecho el Papa auténtico (aunque estos grupos no reconocen a ninguno tras la muerte de Benedicto XVI) habría fallecido hace meses y quien estaba en el hospital era su doble. Una mentira que, por cierto, ya circuló cuando hace 12 años Ratzinger anunció su dimisión. Y después siguió vivo durante una década, por cierto.

El entorno de Francisco ya se encargó de desmentir que el Papa tuviera alguna dolencia que lo invalide para seguir ejerciendo el Papado, especialmente una cognitiva, mostrando el deseo de Bergoglio de no renunciar y seguir con su trabajo una vez salga del hospital, pues tiene “mucho por hacer”. Aunque todo dependerá, claro está, de la evolución de un cuadro médico que desde el principio ha sido calificado de “complejo” por los facultativos.

No es la primera vez que sucede. De hecho, desde el fallecimiento de Ratzinger, los enemigos del Papa Francisco en el interior de la Iglesia han cambiado la estrategia que siguieron durante los primeros años de pontificado de Bergoglio. Así, ya no gastan tantas energías en criticar al Papa o sus medidas a favor de los gays, las mujeres o los divorciados vueltos a casar, y tras la muerte del Papa emérito dejaron de avalar las teorías de ausencia de legitimidad del pontífice argentino para, directamente, preparar el hipotético escenario de su muerte e influir en el cónclave que habrá de elegir, llegado el caso, a su sucesor.

Desde que hace dos años Francisco ingresara, de urgencia, también por una bronquitis, la maquinaria del fango eclesial se puso a funcionar. Blogs ultraconservadores, movimientos tradicionalistas y miembros de los movimientos que se sienten traicionados por Bergoglio (Opus Dei, Kikos, Comunión y Liberación o el Sodalicio, entre otros), con el aval de los considerados adversarios de Francisco en la Curia, como los cardenales Sarah, Burke, Müller o Cipriani (y, en menor medida, Rouco Varela) o el ex nuncio Viganò (excomulgado recientemente por Francisco y muy cercano a Donald Trump) se han dedicado a lanzar bulos sobre nuevas enfermedades del Papa, supuestos cambios de humor o infundios respecto a su salud mental, algo que molesta especialmente a Francisco.

Junto a ello, y gracias a la financiación de varios think tank cercanos al movimiento MAGA en Estados Unidos, El Yunque en México, los grupos cercanos a Milei y Bolsonaro en Argentina o Brasil y, en menor medida, grupúsculos vinculados a la ultraderecha católica española, estos sectores llevan varios años convocando reuniones en hoteles de lujo de toda Europa, a los que invitan a cardenales y obispos. El último, organizado por el grupo ACTON, tuvo lugar en Sintra, y en el mismo participaron unos 80 prelados. En dichos encuentros no se critica abiertamente a Francisco, sino que más bien sirven para generar confianza y ofrecer favores a algunos purpurados que puedan participar en un futuro cónclave y, de paso, hacer que se conozcan. Porque uno de los grandes problemas –no resueltos por los afines a Francisco– es que los cardenales que habrán de votar por un nuevo Papa no se conocen.

Una web para conocerlos a todos

Hace meses, todos los cardenales con derecho a voto (139 en la actualidad) recibieron un grueso volumen con los nombres de todos los cardenales. A su vez, se ha abierto una web que presenta una lista de todos los posibles papables, alineados en torno a su supuesta ‘ortodoxia’ en temas relacionados con la moral sexual, las misas en latín y la doctrina tradicional. Y es que este grupo juega con una ventaja, que por el momento no ha sabido ser neutralizada por los sectores más alineados con Francisco. Por mucho que Bergoglio haya nombrado prácticamente a todos los cardenales con derecho a voto, éstos no se conocen ni están en contacto entre ellos. Apenas se reunieron en 2022 con motivo de una reunión extraordinaria convocada por el pontífice.

La iniciativa College of Cardinals Report es apoyada por el Sophia Institute Press, con sede en New Hampshire, un ente que ya ha apoyado publicaciones tradicionalistas y contrarias a las aperturas de Francisco.

En la web se habla explícitamente del “próximo cónclave” y tiene sus propios candidatos. Algunos de ellos, todo hay que decirlo, ya tienen más de 80 años y no participarían en el cónclave, sea cuando sea. Entre los candidatos con más posibilidades destaca la figura de Pietro Parolin, el secretario de Estado, quien pese a ser nombrado por Francisco pasa por ser un hombre conservador y, sobre todo, controlado por el cuerpo diplomático, el otro sector que no ha sido capaz de controlar Francisco en estos 12 años. Robert Sarah, Peter Erdo, Willem Eljk, Gerhard Müller o el congoleño Fridolin Ambongo son algunos de ‘sus’ candidatos, que contrastan con otros de corte más ‘francisquista’, como Matteo Zuppi, Pierbattista Pizzaballa o el filipino Tagle. El estudio está liderado por los periodistas Edward Pentin, uno de los más críticos con el actual obispo de Roma, y Diane Montagna.

El Papa no va a renunciar

“No inventemos nada, el Papa se está recuperando”. De manera rotunda, el decano del Colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, ha desmentido los rumores que hablan de una hipotética renuncia papal. En declaraciones a La Repubblica, el purpurado, de 91 años, y que hace tres semanas fue renovado por Francisco como el hombre que dirigirá los preparativos de un futuro cónclave, señaló que “no hay que hablar de dimisión”. El Papa “en pocos días volverá al Vaticano”, zanjó Re.

Y fue más allá, negando que se hayan producido reuniones para preparar su salida. “El decano no ha tenido una reunión de cardenales”, señaló, de igual modo que ha debido hacer la Guardia Suiza cuando algunos medios informaron, falsamente, de un supuesto “ensayo” para un funeral papal.

El cardenal Gianfranco Ravasi, por su parte, acusaba este viernes a “una fuerte corriente anti-Bergoglio” presente “sobre todo en la red y en los sitios estadounidenses”. “Aunque nunca sea explícita, es evidente una expectativa de cambio que se expresa también a través de las 'fake news'. Hay una fuerte polarización”, asegura el purpurado.

En la misma línea, el presidente de la Pontificia Academia por la Vida, Vincenzo Paglia denunció cómo “no faltan cuervos” que hablan de la muerte de Bergoglio, aunque “saber que el Papa también sigue bromeando me parece una noticia útil para todos”. Y es que, mal que les pese a algunos, el Papa sigue vivo. Y trabajando en su habitación del hospital. Aunque las últimas noticias sean más preocupantes que la víspera.

DM

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