Después de que la violencia haya cesado durante siete días, desde el 24 de noviembre, este viernes acabó el acuerdo entre Israel y el grupo islamista Hamás para un cese de las hostilidades y el intercambio diario de diez rehenes israelíes por 30 presos palestinos. Los mediadores no han logrado que Israel y Hamás acuerden una extensión de la tregua, y las bombas han vuelto a caer sobre Gaza, donde han muerto 109 personas en lo que va de día, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí.
Israel ha justificado la reanudación de los ataques por una violación de la pausa por parte de Hamas, que ha lanzado numerosos proyectiles contra territorio israelí, donde hoy han vuelto a sonar las alarmas antiaéreas. “Hamás violó la pausa operacional y además disparó hacia territorio israelí. Las Fuerzas de Defensa de Israel han retomado los combates contra la organización terrorista Hamás en la Franja de Gaza”, ha dicho el Ejército en un comunicado. Pocas horas después, ha afirmado haber atacado por aire, tierra y mar “200 objetivos terroristas” en el enclave palestino desde las 05:00 de la mañana (06:00 en España).
Desde ese momento, han fallecido al menos 109 gazatíes y centenares han resultado heridos, ha informado el Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás. Según medios palestinos, los ataques israelíes abarcan el norte y el sur del enclave palestino, incluyendo las localidades de Jan Younis y Rafah, consideradas 'seguras' hasta el momento y en las que se han refugiado cientos de miles de residentes que se marcharon de la zona septentrional.
Según ha circulado en redes sociales, Israel ha lanzado panfletos en Jan Younis pidiendo a sus residentes que se desplacen todavía más hacia el sur, hasta Rafah, en la frontera con Egipto. “La ciudad de Jan Yunis es una zona de combate peligrosa”, señala el folleto. El Ejército ha publicado además un mapa de la Franja en el que divide todo el territorio en diferentes áreas a las que asigna un número y que dice que servirá para facilitar la evacuación de civiles cuando así lo ordene.
Los mediadores, encabezados por Qatar, no han logrado que Israel y Hamás acuerden extender la tregua, que se prolongó dos días el pasado lunes y otro día más, el jueves, in extremis. El Ministerio de Exteriores qatarí ha informado en un comunicado que “las negociaciones entre las dos partes continúan con el objetivo de volver a una pausa” en las hostilidades. “Qatar está comprometido, junto a sus socios mediadores, a continuar con los esfuerzos que llevaron a una pausa humanitaria y no dudará en hacer todo lo que sea necesario para volver a la calma” en Gaza, ha asegurado en la mañana del viernes. También ha señalado que “los continuos bombardeos sobre la Franja de Gaza en las primeras horas tras el fin de la pausa complican los esfuerzos de mediación”.
Doha fue quien anunció los términos del primer acuerdo, para el que fueron necesarias semanas de conversaciones y, cada día desde el viernes pasado, ha informado de cada paso del intercambio de los rehenes israelíes en manos de Hamás por presas y menores palestinos en prisiones de Israel. Desde el 24 hasta el 30 de noviembre, han sido liberados 110 cautivos a cambio de 240 prisioneros palestinos y, según Tel Aviv, todavía hay 137 rehenes en la Franja, incluidos niños. La liberación de los extranjeros secuestrados por Hamás ha sido obtenida en negociaciones paralelas entre los islamistas y los respectivos países de origen de los rehenes, al margen del acuerdo sellado entre Hamás e Israel.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que ha visitado este jueves Israel por cuarta vez desde el estallido del conflicto el 7 de octubre, ha constatado “una evolución muy positiva en la última semana”. “Desde el primer día, nos centramos incansablemente en intentar conseguir la liberación de los rehenes en Gaza”, ha afirmado Blinken, que también buscaba una prolongación de la tregua que posibilitara la entrega de todos los secuestrados.
Estados Unidos ha presionado a favor de un alto el fuego después de respaldar a Israel en las primeras semanas de su ofensiva sobre la Franja de Gaza, en la que murieron más de 15.000 personas entre el 7 de octubre y la entrada en vigor de la tregua, el 24 de noviembre, según datos del Gobierno gazatí.
Israel había prometido en varias ocasiones que después de la tregua reanudaría su campaña militar en Gaza –donde sus tropas han permanecido desplegadas en el norte– hasta conseguir su principal objetivo: “desmantelar a Hamás”. La Administración Biden ha pedido más detalles sobre cómo lo hará y también precaución al Ejército israelí en su avance hacia el sur de Gaza, adonde se han marchado cientos de miles de desplazados del resto del enclave.
Según cifras de la ONU, dos tercios de los habitantes del enclave palestino han tenido que abandonar sus hogares debido a la violencia desde el día 7. En la semana de tregua, algunos regresaron pero se encontraron con sus casas inhabitables o muy afectadas por los ataques israelíes (que han destruido o dañado unas 300.000 viviendas). Durante el cese de los bombardeos, los gazatíes también han aprovechado para buscar a los desparecidos, que probablemente quedaron sepultadas cuando sus casas se derrumbaron –las autoridades locales calculan que unas 6.500 personas están bajo los escombros.
Otro de los aspectos principales del acuerdo entre Israel y Hamás era la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, a la que han podido acceder en los pasados días cientos de camiones con ayuda humanitaria, suministros médicos, gasolina y gas para cocinar. Sólo durante la aplicación de la tregua han llegado camiones cisternas desde Egipto, a través del paso fronterizo de Rafah, con combustible y gas para cocinar, ambos fundamentales para los gazatíes. Las organizaciones humanitarias han pedido que el flujo de alimentos, agua, combustible y suministros médicos continúe, y aumente, para paliar el sufrimiento de la población civil.
La coordinadora humanitaria de la ONU en los Territorios Palestinos, Lynn Hastings, ha dicho a través de la red social X (antes Twitter) que “las partes deben proteger a los civiles y ofrecer acceso a los actores humanitarios para entregar (ayuda) en toda la Franja de acuerdo a las necesidades y según la Ley Humanitaria Internacional”. Y ha añadido que “la ayuda humanitaria debe continuar de forma incondicional”.