En solo una semana, más de un millón de personas han huido de la guerra de Ucrania. Entre ellos están quienes prepararon la maleta nada más escuchar las primeras explosiones en la madrugada del 24 de febrero, pero también quienes esperaron hasta creérselo del todo. Están quienes pasaron días atrapados en filas kilométrica de coches, y quienes decidieron abandonar su vehículo y caminar a pie. La cifra, según estima el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), es solo el principio del que ya es el mayor flujo de refugiados de los últimos 75 años.
La Agencia de la ONU teme que más de diez millones de personas pueden huir de sus hogares en Ucrania por la invasión rusa, incluyendo las cifras de quienes se ven forzados a desplazarse en el interior del país en su huida de los bombardeos. De momento, las autoridades polacas solo permiten la salida del país de menores, mujeres y hombres mayores de 60 años.
“En solo siete días hemos sido testigos del éxodo de un millón de refugiados de Ucrania a los países vecinos. Para muchos millones de personas más, dentro de Ucrania, es el momento del alto el fuego, para que se pueda brindar asistencia humanitaria que salve vidas”, solicitó este jueves el alto comisionado, Filippo Grandi.
Los Estados miembros de la Unión Europea han acordado activar, por primera vez en la historia la directiva de protección para garantizar la acogida temporal automática en suelo comunitario de quienes escapan del ataque ruso. El acuerdo consiste en dar protección temporal a ciudadanos ucranianos y su familia. A los residentes de terceros países de larga duración en Ucrania se les podrá aplicar la directiva de protección temporal automáticamente o conceder un estatus adecuado o equivalente recogido en la legislación nacional del país de acogida, según decida el país –según la propuesta inicial de la Comisión Europea, se les aplicaba directamente la directiva–.
Polonia, primer país de acogida
La mayor parte de los refugiados de la guerra ucraniana han llegado a Polonia, aunque decenas de miles de ucranianos también están huyendo a otros países vecinos, como Hungría, Moldavia y Rumanía, entre otros. Se espera que en los próximos días parte de los desplazados vayan llegando a otros países de la Unión Europea, en muchos casos para encontrarse con familiares de la diáspora.
Iryna es una de las mujeres que tomó la decisión de salir del país el mismo 24 de febrero. “A las cinco de la madrugada escuché los sonidos de las bombas, cogí las cosas muy rápido, como en 20 minutos, cogí el coche con mi madre y mi hijo y salimos hacia la frontera. Hicimos una parada para comprar más cosas: agua, comida y gasolina. Había muchísimos coches. Tardamos más de un día en conseguirlo. En la frontera esperamos alrededor de cinco horas, parados, en el coche”, detalló la mujer, a elDiario.es. La refugiada agradece la generosidad del pueblo polaco: “Nada más cruzar nos vinieron a preguntar si necesitábamos algo. Nos dieron agua, comida y medicinas para mi madre. La gente está siendo muy amable y cariñosa con nosotras”.
“Había noticias sobre la posible guerra desde hacía meses, pero nosotros no nos lo creíamos, confiamos en que vivíamos en un país democrático, que no era posible… Nunca lo vimos. Ahora estamos aquí. Miro al pasado y veo que, unos días atrás, había ido con mi hijo al cine. Pienso en lo importante que es vivir tus días simples, tu rutina, en tu país. He perdido todas mis cosas. He perdido mi hogar. He perdido mi perfume, mis libros, mi ropa… Es lo menos importante, pero todo se ha ido”, decía la mujer.
En un almacén de venta al por mayor de Korczowa (Polonia), se acumulan los camastros. Hay cientos de refugiados, en un enjambre creciente. Entre ellos está Elena. cuando la guerra estalló, tenía pendiente una intervención por el cáncer que padece. “Quizás puedan operar en Alemania”, especula su hermana. Su hijo, de 27 años, se ha quedado atrás para combatir.