El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha acusado a la misión de la ONU en el sur de Líbano (FINUL) de ser “escudos humanos” del grupo chií Hezbollah, después de que cinco cascos azules resultaran heridos en los últimos días en al menos tres incidentes atribuidos a Israel. La negativa a “evacuar a los soldados de la FINUL los convierte en rehenes de Hezbollah. Esto pone en peligro sus vidas y las de nuestros soldados”, afirma el mandatario en un mensaje en vídeo. Netanyahu urge a las Naciones Unidas a que evacúen las tropas de las “áreas de combate” en Líbano.
La FINUL, por su parte, ha denunciado que esta madrugada, a las 4.30 hora local, dos tanques de las Fuerzas Militares de Israel han irrumpido a la fuerza y han destrozado el acceso principal de su sede dentro de la frontera de Líbano. “Pidieron en varias ocasiones que la base apagara todas las luces. Los tanques se marcharon 45 minutos después y la FINUL ha protestado por los canales oficiales para denunciar que la presencia de militares israelíes pone a los cascos azules en peligro”, asegura la misión en un comunicado.
Dos horas después, los cascos azules de la misma misión han detectado varios disparos desde unos 100 metros al norte y que han llenado la zona de humo. “A pesar de llevar máscaras de protección, 15 soldados han sufrido efectos como irritación de la piel y síntomas gastrointestinales, en el momento en que el humo se ha adentrado en la base”, dice el comunicado. Los 15 soldados han recibido tratamiento médico.
La FINUL también ha denunciado que los soldados de Israel bloquearon el avance de “un desplazamiento crítico”, negando su paso e impidiendo que se pudiera completar la misión. El texto añade que estos incidentes suponen el incumplimiento de la resolución de la ONU que desde 2006 estableció la presencia de cascos azules en Líbano, cuya misión está liderada por un general español.
Este último incidente y las declaraciones de Netanyahu llegan en un momento de especial tensión. Israel ha prometido responder al ataque lanzado por Irán la semana pasada con más de 180 misiles y que suponía, a su vez, la contestación de Teherán a los ataques contra milicianos de Hezbollah y Hamas, así como los bombardeos del Ejército israelí en Líbano. Además, el ministro de exteriores iraní ha asegurado este domingo que su país “no tiene líneas rojas” a la hora de defenderse.
En este contexto, Netanyahu ha dirigido su mensaje al secretario general de la ONU, António Guterres —que no tiene jurisdicción sobre la FINUL ya que la misión depende del Consejo de Seguridad—, y ha reiterado que Israel ha solicitado la retirada de los cascos azules en varias ocasiones. “Hemos recibido repetidas negativas, todas dirigidas a proporcionarle escudos humanos a los terroristas de Hezbollah”, ha insistido el mandatario, una frase que utiliza también para referirse a la población de Gaza o de Líbano, siempre que el Ejército israelí ataca infraestructura civil.
Los cascos azules se encuentran en Líbano de conformidad con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah. En los últimos días, la FINUL ha denunciado que cinco de sus soldados han resultado heridos en distintos incidentes atribuidos a Israel, cuyo Ejército invadió el sur de Líbano hace casi dos semanas para luchar contra el grupo libanés.
Italia tacha de “inaceptable” la petición de Netanyahu
La petición de Netanyahu ha sido rechazada este fin de semana por la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni. “La primera ministra reitera que es inaceptable que las fuerzas de la FINUL sean atacadas por soldados israelíes”, asegura un comunicado del gobierno italiano. Italia es uno de los países miembros de la misión de paz de la ONU en la región y Meloni ha conversado con Netanyahu para pedirle la “aplicación total” de la resolución de Naciones Unidas.
El gobierno de Líbano también ha condenado las palabras de Netanyahu y ha asegurado que representa “un nuevo paso en su estrategia de incumplimiento [de la legislación internacional]”, según un comunicado del primer ministro libanés que recoge el diario The Guardian.
Desde hace tres semanas Israel lleva a cabo una campaña de intensos bombardeos contra el sur y el este del Líbano, así como contra Beirut, que ha provocado la muerte de más de mil personas.
Este sábado, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, pidió a su homólogo israelí, Yoav Gallant, que garantice la seguridad de los cascos azules y de las Fuerzas Armadas libanesas, después de los ataques contra posiciones de las fuerzas de paz en el sur del país y de la muerte de dos soldados libaneses.
Gallant enfatizó que el Ejército israelí continuará tomando medidas para “evitar daños” a las tropas de la FINUL, pero advirtió que “Hizbulá opera y dispara en las cercanías de las posiciones de la FINUL, utilizando las misiones de mantenimiento de la paz como cobertura para sus actividades”.
Israel mata a más de 300 palestinos en el norte de Gaza en ocho días de incursión
Los avances del Ejército de Israel en el norte de Gaza ya han dejado más de 300 muertos en los últimos ocho días, según ha anunciado este domingo el Gobierno de la Franja. Las autoridades han denunciado que en esta región, donde aún quedan unos 400.000 gazatíes, se ha producido “una ola de asesinatos sistemáticos y un asedio total contra civiles, especialmente niños y mujeres”, que afecta a las zonas de Yabalia, Beit Lahia y Beit Hanoun.
El Gobierno de Gaza estima que la operación forma parte de un “plan de desplazamiento” de la población del norte, así como un “claro crimen de exterminio” que afecta, especialmente, al campamento de refugiados de Yabalia, donde hay unas 200.000 personas.
Solo este domingo al menos cinco palestinos murieron allí por un bombardeo israelí en la parte oeste del campamento, según ha informado la agencia palestina de noticias Wafa, que también ha denunciado que el Ejército utiliza robots explosivos que han dejado numerosas víctimas y desatado incendios en varios edificios.
“La ocupación (israelí) busca erradicar, quemar y destruir todos los sectores vitales” de Yabalia, ha dicho el Gobierno gazatí en su comunicado. Además, los principales hospitales de la zona siguen militarmente asediados y al borde del colapso, en especial el Kamal Adwan en Beit Lahia, donde la oficina humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) no pudo acceder el sábado para suministrar artículos de primera necesidad y combustible por tercer día consecutivo.
Los centros sufren la falta de combustible para mantener en funcionamiento los generadores que producen electricidad, necesaria para tratar a cientos de pacientes, especialmente a aquellos en unidades de cuidados intensivos.
Desde que Israel lanzó su ofensiva contra Gaza hace un año, más de 42.200 personas han muerto y otras 98.400 han sido heridas, mientras que las autoridades estiman que más de 10.000 cadáveres continúan entre los escombros del devastado enclave.
DM