A medida que avanza la primavera en el campo de batalla, todos los ojos siguen depositados sobre el avance ruso en Bajmut y la esperada contraofensiva de Ucrania. Por el momento, Kiev dice que las tropas rusas se pusieron a la defensiva salvo en algunas zonas del este y desliza, sin dar detalles, que algunos aspectos de su contraofensiva ya están en marcha. Mientras Rusia continúa construyendo fortificaciones, el jefe de la OTAN, que estuvo de visita esta semana en el país, asegura que confía en que el Ejército ucraniano esté en condiciones para recuperar más territorio.
Tras una ofensiva de invierno que parece haber dado pocos frutos, Moscú pasó a la defensiva excepto en dos zonas: Bajmut y Avdivka –ambas en la región de Donetsk, que, junto a Lugansk, integra el Donbás–, según dijo esta semana el jefe de la inteligencia militar de Ucrania, Kyrylo Budanov. “El 31 de marzo de 2023 fracasó otro intento de la ofensiva rusa, la llamada ofensiva de invierno-primavera. Debían alcanzar las fronteras administrativas de las regiones de Donetsk y Lugansk”, aseguró el lunes en una entrevista recogida por la agencia Ukrinform.
Según indicó, “Rusia pasó a una operación defensiva estratégica” para aferrarse a los territorios que capturó. “Hay dos excepciones. La primera es el intento de capturar Bajmut. (...) La situación allí es complicada, pero Bajmut sigue en pie. El segundo es un intento de semicapturar Avdivka desde el lado norte, donde se encuentra el frente principal de Marinka, básicamente un intento de llevar a cabo una acción activa allí”.
La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Malyar, dijo que las fuerzas rusas se están concentrando en las direcciones de Avdivka, Marinka, Bajmut y Limán, todas ellas en el este de Ucrania. Este viernes aseguró que en la mayoría de estas zonas no logran avanzar y los soldados ucranianos no solo se defienden, pero sí reconoció avances rusos en la disputada Bajmut. “Sigue siendo el punto más caliente. (...) Están destruyendo casas y edificios. En algunas zonas, están avanzando”. Señaló que la situación “es tensa pero está bajo control”.
Las fuerzas ucranianas siguen aferradas al extremo occidental de esta pequeña localidad que Moscú aún no logró capturar por completo. Lideradas por los mercenarios del grupo Wagner, las tropas rusas continúan su asalto para hacerse con el control de la ciudad reducida a ruinas que desde verano fue foco de una batalla agotadora y de desgaste que infligió grandes pérdidas en ambos bandos. Según el Ministerio de Defensa de Rusia sus unidades continuaron sus ataques contra la fuerzas ucranianas fortificadas en el oeste de la localidad.
Según la última estimación de control del terreno del think tank con sede en Washington Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Rusia se adjudicó territorios que equivalen aproximadamente al 87,9% de Bajmut. De acuerdo con los cálculos del analista militar Konrad Muzyka, actualizados a 16 de abril, los rusos mantienen alrededor del 70% de la ciudad.
Esta semana, el Washington Post reveló que, según los documentos clasificados filtrados supuestamente por Jack Teixeira, miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts, EEUU advirtió en enero del posible cerco de las fuerzas ucranianas y sugirió a Kiev que abandonara la ciudad.
Más allá de Bajmut, las intenciones de Ucrania de lanzar una operación ofensiva contra las fuerzas rusas siguen copando la atención. Este viernes, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que “confía” en que Ucrania esté preparada para recuperar más territorio. “Confío en que ahora estarán en condiciones de poder liberar aún más territorio”, dijo Stoltenberg a los periodistas coincidiendo con la reunión en la base aérea de Ramstein (Alemania).
Desde Ucrania, Malyar llamó a no reducir la contraofensiva ucraniana a ninguna ofensiva activa y fechas concretas, alegando que se trata de un conjunto de medidas que ya se están tomando. En este sentido, dijo que las fuerzas de Kiev ya están llevando a cabo “algunas acciones de contraofensiva, incluido en el este”, según recogieron los medios del país.
Kiev fue extremadamente escrupulosa a la hora de proporcionar detalles sobre sus operaciones militares en anteriores contraofensivas –un ejemplo de ello fueron las acciones para recuperar Jersón, sobre las que las autoridades ucranianas mantuvieron un silencio operativo alegando cuestiones de seguridad–.
Malyar dejó claro que los militares ucranianos nunca anunciarán de forma preventiva el inicio de una contraofensiva y reiteró que sus fuerzas aspiran a recuperar todo el territorio ucraniano ocupado por Rusia. Señaló que, dada la compleja naturaleza del campo de batalla, las acciones contraofensivas ucranianas incluyen aquellas de naturaleza ofensiva como defensiva. Explicó que tales medidas “incluyen la preparación de equipos, de personal, la preparación de reservas y la formulación de tácticas (planes A, B y C, porque no puede haber un solo curso de acción, ya que el enemigo también reacciona ante esto)”.
“Hay que entender que esas decisiones se toman en muy poco tiempo, no en un mes o dos. El plan se elige finalmente de tal manera que el enemigo no pueda reaccionar”, dijo. “Las fuerzas armadas de Ucrania no están preparando actualmente una cosa para un momento concreto en una dirección concreta”.
En una entrevista con The Associated Press, Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, aseguró esta semana que Kiev lanzará su contraofensiva contra las tropas rusas cuando esté preparada y añadió que es solo cuestión de tiempo que el país alcance el nivel de preparación militar necesario para hacerlo.
A la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos, el lugar, el momento y la manera en los que Ucrania lanzará su contraofensiva en las próximas semanas fue objeto de muchas especulaciones. Según indicó Danilov el pasado 6 de abril, es una información que solo tiene un número muy limitado de personas, “no más de entre tres y cinco”.
Muchos prestan especial atención al sur, entre ellos el analista militar Oleh Zhdanov, que cree que las fuerzas ucranianas tratarán de atravesar el corredor terrestre entre Rusia y la anexionada península de Crimea, avanzando desde Zaporiyia hacia la ciudad de Melitópol y el mar de Azov –lo que, de tener éxito, podría dividir a las tropas rusas en dos mitades y cortar las líneas de suministro más al oeste, en dirección a Crimea, según explicó–.
Rusia prepara sus defensas
Las tropas de Moscú se están preparando ante una posible contraofensiva de Kiev, particularmente en el sur. El 12 de abril, la inteligencia de Defensa británica dijo que Rusia había terminado de construir tres capas de líneas defensivas a lo largo de 120 kilómetros de la línea del frente en la región de Zaporiyia en previsión de un asalto ucraniano hacia Melitópol. “Consisten en una primera línea de posiciones de combate avanzadas y, a continuación, dos zonas de defensas casi continuas y más elaboradas. Cada zona se encuentra a unos 10-20 km por detrás de la anterior”, decía el informe. “Las defensas tienen el potencial de ser obstáculos formidables, pero su utilidad depende casi por completo de que cuenten con el apoyo de artillería y personal suficientes”.
Los preparativos defensivos parecen continuar. Este jueves, el portavoz de un grupo táctico ucraniano explicó que las fuerzas rusas en la orilla oriental de la región sureña de Jersón están equipando las líneas defensivas y construyendo fortificaciones en sus ubicaciones. “Están tratando de fortalecer sus posiciones, atrincherarse, dispersarse entre la población civil”, dijo. Varias imágenes de satélite también muestran fortificaciones rusas en la ciudad de Berdiansk, ocupada en la costa del mar de Azov, próxima a Mariúpol, así como una compleja red de trincheras cerca de Medvedivka, una localidad pequeña al norte de Crimea, próxima al cruce hacia el territorio continental de Ucrania.
El tiempo también es un factor. Se habló largo y tendido sobre la llegada de la primavera al campo de batalla, ya que se considera que la mejora del tiempo prepara el terreno para posibles nuevas ofensivas –pasado el duro invierno, seguido del barro al descongelarse el suelo, que dificulta las operaciones mecanizadas–. En su último informe, el Ministerio de Defensa británico cree que debido a las “condiciones blandas del terreno en la mayor parte” de Ucrania, “es muy probable que la presencia de barro esté ralentizando” las operaciones de ambas partes. No obstante, también considera probable en espacio informativo ruso “se esté exagerando” el impacto del barro en las fuerzas de Kiev para elevar la moral de los suyos y “debilitar a los partidarios de Ucrania, de cara a la esperada contraofensiva ucraniana”.
“Cabe esperar que las condiciones de la superficie mejoren en las próximas semanas. La amenaza de las minas probablemente siga siendo un factor más importante a la hora de limitar la maniobra de los combatientes fuera de la carretera”, dice la inteligencia británica.
El apoyo de Occidente
Ucrania continuó recibiendo las armas, incluidos los tanques, de sus aliados occidentales. Esta semana, las autoridades confirmaron la llegada de los avanzados sistemas misiles antiaéreos Patriot. Según informa el Financial Times, Kiev buscó presionar a sus aliados para que refuercen sus reservas de misiles de cara a la reunión de este viernes en la base estadounidense de Ramstein de los representantes de los países del grupo de contacto sobre la defensa de Ucrania. A finales de marzo, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski dijo en una entrevista que la contraofensiva contra Rusia “no podía comenzar aún” hasta que los aliados occidentales enviaran más apoyo militar.
Este jueves, en vísperas de la reunión de Ramstein, Zelenski recibió al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en Kiev, quien dijo que el principal objetivo ahora de la alianza es “naturalmente, garantizar que Ucrania prevalezca” y que el presidente ruso, Vladímir Putin, “no gane la guerra”.
“En el mejor de los casos, uno puede suponer que Ucrania tiene un poco de margen para una serie de ofensivas en el transcurso de la primavera, tal vez en el verano, dependiendo de cuándo decidan lanzar esta ofensiva. De acuerdo. La pregunta, sin embargo, es: '¿Qué pasa después?”, dijo a principios de abril Michael Kofman, experto en el Ejército ruso, en el podcast War on the Rocks. “Porque muchos de los indicadores sugieren que en términos de ayuda material de Occidente, que esto puede ser el nivel más alto de apoyo. No sé si esto es cierto o no, pero creo que va a ser un reto, especialmente en ciertas categorías, y tiendo a centrarme mucho en la munición de artillería”.
“Va a ser un reto proporcionar a Ucrania una ventaja relativa suficiente sobre el Ejército ruso después de este periodo ofensivo. Una cosa es proporcionar a Ucrania la cantidad de munición que necesita (...) para luchar contra el Ejército ruso o defenderse de las ofensivas. Otra cosa es ser capaz de proporcionar el tipo de equipo y la cantidad de munición necesarios para lograr una ventaja decisiva sobre las fuerzas rusas”, explicó el analista. “Salga como salga esta ofensiva, Ucrania va a perder personal, va a perder equipamiento y va a gastar mucha munición”.
Según uno de los documentos de alto secreto que forma parte del material filtrado de EEUU y citado por el Washington Post, los servicios de inteligencia estadounidenses advirtieron en febrero de que Ucrania podría no reunir suficientes tropas y armamento para su contraofensiva prevista en primavera y quedarse “muy corta” en sus objetivos de recuperar el territorio ocupado por Rusia. Por el contrario, cree que la ofensiva solo permitirá “ganancias territoriales modestas”.
Por su parte, se cree que Putin sigue convencido de que el tiempo está de su lado. De acuerdo con otro de los documentos publicados por el Post, Washington evaluó que incluso si Ucrania recuperara cantidades “significativas” de territorio e infligiera “pérdidas insostenibles a las fuerzas rusas”, algo que consideraba poco probable, esto no conduciría a conversaciones de paz. La inteligencia estadounidense cree que, en el escenario de que Kiev obtuviera una ventaja decisiva, en lugar de rendirse, el Kremlin optaría por anunciar una “nueva movilización nacional” para nuevas operaciones de combate.
El documento describe, según el medio estadounidense, que “el escenario más probable” es un estancamiento el que ninguno de los bandos logra una ventaja decisiva y también afirma que en todos los escenarios barajados “las negociaciones para poner fin al conflicto son improbables durante 2023”. EEUU advirtió que este tipo de análisis relacionados con la guerra en Ucrania es cambiante.
IG