Papa Francisco (1936-2025)

En “procesión” fuera del Vaticano, sin zapatos rojos y dentro de un solo ataúd: el funeral de Estado del papa Francisco

Raúl Rejón

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El 26 de abril, sábado, se entierra al papa Francisco. Las exequias de Bergoglio son un funeral de estado que estrenará un ritual algo simplificado y más sobrio que el de sus predecesores.

Todos los funerales de papas se dividen en tres estaciones. La primera culmina cuando se traslada el cadáver de la capilla donde reposa tras certificar su muerte a la basílica de San Pedro para el velatorio público. Ya no pasa por el palacio arzobispal, como anteriormente sucedía, sino que va directamente de un punto al otro.

Segunda etapa en San Pedro

Una vez que el féretro sale de la capilla de la Casa de Santa Marta –su lugar de residencia– y procesiona por la plaza de los Protomártires Romanos y por el Arco de las Campanas hasta la plaza de San Pedro, donde penetra en la Basílica vaticana por la puerta central, comienza la segunda estación, que dispone una capilla ardiente de no menos de tres días.

Ahí se estrenan más simplificaciones rituales. Se ve un único ataúd, hecho de madera y cinc, en lugar de los tres que se han utilizado tradicionalmente. La costumbre de encajar tres sarcófagos, además de las simbologías de los materiales, buscaba crear una capa hermética alrededor del cuerpo del cadáver. Francisco ha dejado dispuesto que su caja se entierre luego a ras de suelo sin elevaciones.

Además, en ese sentido, el féretro va a expuesto solo en ese ataúd sin colocarlo sobre un túmulo ornamental decorado: desaparece pues el catafalco sobre el que se veló, por ejemplo, a Juan Pablo II. Tampoco tiene el báculo papal –un cayado rematado en una esfera con crucifijo o cruz–, que se relaciona más con el poder del pontífice en lugar de su función pastoral. En este momento es cuando se forman las largas hileras de fieles católicos aguardando turno para pasar por delante del Papa difunto.

Los atavíos papales para el difunto incluyen:

  • El palio: una banda de lana blanca distintivo del alto clero con cruces.
  • La casulla: la vestimenta sacerdotal en este caso de color rojo que es el empleado en las exequias papales.
  • La mitra: una toca alta y apuntada para cubrir la cabeza de personalidades eclesiásticas.

En otras ocasiones han destacado los zapatos rojos que asomaban en el féretro. Francisco se negó a utilizar este calzado propio de los papas (simbolizan la sangre de los mártires y el poder papal). En su lugar calzó unos zapatos negros gastados que son los que se han podido ver durante el velatorio privado.

Lo normal es cerrar el ataúd antes de la misa exequial del sábado. Se ha dispuesto que el funeral comience a las 10.00. Las lecturas durante la ceremonia se realizan en diferentes idiomas –para Benedicto XVI se empleó el español, el latín, el inglés, el alemán y el italiano–.

Esa ceremonia –de larga duración– se celebra en la plaza de San Pedro. Oficia el decano de los cardenales, Giovanni Battista Re, de 91 años. Como funeral de estado, entre los invitados están jefes de estado y gobierno algo en lo que difiere de los funerales de Benedicto XVI, que murió como emérito y no como Papa ejerciente. En este sentido se parece más a las ceremonias de Juan Pablo II, a las que asistieron unas 200 de estas autoridades.

La sepultura: “Franciscus”

En la tercera estación, el cortejo fúnebre se traslada a Santa María la Mayor, una basílica mayor de la cristiandad muy vinculada con la monarquía española. La tumba de Francisco en este templo es simple. Y, de acuerdo con el testamento del Papa, solo dirá. “Franciscus”.

A partir de ese momento se suceden los nueve días de misas denominados novendiales. Un periodo, supuestamente, para prepararse para el cónclave que votará al siguiente Papa.