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EL FUNERAL DE FRANCISCO

La monja que logró saltar el protocolo para despedir a su amigo el papa y es sobrina de una víctima de la dictadura

Genevieve Jeanningros, la amiga del papa Francisco

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Geneviève Jeanningros es monja y vive en una caravana junto a un parque de diversiones en las afueras de Roma. Vive en la pobreza mas absoluta junto a un grupo de feriantes y artistas de circo del Luna Park de Ostia Lido. Este miércoles, su figura diminuta, con las manos entrelazadas sobre la falda, observando a apenas unos metros la imagen de su amigo muerto circuló en el mundo entero. Geneviève Jeanningros tiene 81 años y hoy, en la Basílica de San Pedro, despidió a su amigo, el papa Francisco.

Geneviève Jeanningros es también la sobrina de Léonie Duquet, quien junto a Alice Domon fueron las dos monjas secuestradas y torturadas por el Grupo de Tareas que comandaba Alfredo Astiz. Ambas monjas continúan desaparecidas.

A fines de julio del año pasado, Geneviève fue noticia por una reunión que tuvo con su amigo. Fue poco después de que se conociera la visita que diputados del oficialismo hicieron a la cárcel donde se alojan los represores condenados por delitos de lesa humanidad. Entre ellos, Astiz.

No fue una simple reunión de amigos. Con esa imagen, el Papa se metió de lleno en el escándalo que generó la visita de los legisladores al penal de Ezeiza. En esa manera decir sin decir que tienen los sacerdotes, el Papa hizo una pausa en sus vacaciones y visitó a la monja, que también trabaja desde hace décadas con la comunidad LGBTQ+, en el barrio romano de Ostia. Ambos se fotografiaron y la imagen fue difundida por el sitio oficial del Vaticano. Más que un gesto para un gobierno que cuestiona la responsalidad de los represores que, además, fue reforzado con otra reunión, a los pocos, con Ana Fernández, nieta de Esther Ballestrino, otra de las víctimas del grupo de la iglesia de la Santa Cruz que fue infiltrado por Astiz en 1977.

Geneviève es francoargentina y pertenece a la Congregación de las Hermanitas de Jesús. Según señala la agencia católica ACI,  dedicó gran parte de su vida religiosa a acompañar a mujeres transexuales que ejercen la prostitución para poder subsistir en esta zona de las afueras de Roma donde muchas de las viviendas ni siquiera cuentan con electricidad.

Este miércoles logro saltearse el protocolo y se acercó más allá de lo permitido al féretro con el cuerpo del papa. Permaneció en silencio durante 20 mintuos.

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