“Un compromiso histórico” que resuelva el problema de fondo entre Cataluña y el Estado. Eso es lo que quiere Carles Puigdemont para facilitar la investidura de Pedro Sánchez en lo que reconoció que se trata de un “momento especial” porque España se asoma a un “dilema”: llegar a un acuerdo con la formación independentista o la repetición de elecciones. “No estamos hablando de un parche para sacar adelante la legislatura y cerrar el paso a la derecha. Estamos hablando de que si hay acuerdo, este debe ser un acuerdo histórico, un compromiso histórico como el que ningún régimen ni gobierno español ha sido capaz de hacer realidad”, arrancó Puigdemont, en una comparecencia en Bruselas en la que se dirigió a los dos “grandes partidos españoles”.
Junto a eso, el ex presidente advirtió que se tienen que establecer ciertas “condiciones previas” para iniciar la negociación: “reconocer la legitimidad del independentismo”, el “abandono de la vía judicial” y la amnistía; un relator que medie y verifique los acuerdos, y el impulso al catalán en la Unión Europea. Todas estas condiciones, aseguró el líder de Junts, caben en la Constitución y pueden ser realizadas antes de la votación sobre la investidura de Pedro Sánchez.
Estos requisitos marcados por el ex presidente son previos a la negociación que, según su punto de vista, desembocaría en un acuerdo como el que “ningún régimen ni Gobierno español ha sido capaz de alcanzar desde 1714”. Es decir, un nuevo acuerdo constitucional con el que el Estado reconozca a Cataluña como nación y, por tanto, con derecho a autodeterminarse (aunque no necesariamente a la independencia).
“El pacto posible no es un pacto cualquiera sino con Junts, una formación a la que se ha arrinconado y despreciado sin descanso por parte de los dos grandes partidos españoles”, explicó el eurodiputado, que recordó que sumaron sus votos PSC y PP, junto a los comunes, para arrebatar la alcaldía de Barcelona a Xavier Trías, y posteriormente hizo referencia a los “elementos del conflicto”, los cuales citó por orden: la sentencia contra el Estatut, la “criminalización del 1-O”, el incumplimiento de las inversiones y la aplicación del 155.
“El 1-O no fue un delito, ni la declaración unilateral de independencia tampoco, como tampoco lo fueron las protestas”, expresó el expresidente catalán, que plantea la amnistía para centenares de condenas enmarcadas en el procés. Pero la amnistía no es un punto final para Puigdemont, que la ha situado como una exigencia para iniciar una negociación para la investidura, sino que es el comienzo de un camino que, a su juicio, debe conducir a un referéndum de autodeterminación.
Amnistía, relator, catalán… y acuerdo sobre la autodeterminación
Así, aseguró que las “condiciones previas para emprender el camino de la negociación” pasan por cuatro ejes. El primero es el reconocimiento de la “legitimidad del independentismo”; el segundo, el fin de la judicialización del conflicto; el tercero, la “creación de un mecanismo de mediación y verificación que aporte garantías del cumplimiento y el seguimiento de los acuerdos; y el cuarto ”fijar como únicos límites los definidos por los acuerdos y tratados internacionales que se refieren a derechos humanos (individuales y colectivos) y a libertades fundamentales“.
“Ninguna de estas condiciones previas es contraria a la Constitución, ni por descontado de ningún tratado europeo. Ni siquiera requieren un largo proceso legislativo. Son condiciones previas que se han de cumplir antes de que se agote el plazo para evitar nuevas elecciones [dos meses después de que el 27 de septiembre se ponga en marcha el reloj en la primera votación de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo], y que si se dan nos comprometen y obligan a trabajar por un compromiso histórico que resuelva el conflicto en la legislatura. Sólo depende de voluntad política”, aseveró.
“Cataluña es una nación, una vieja nación europea que se ha visto atacada en su condición nacional por los regímenes políticos españoles desde 1714”, afirmó el expresidente catalán, que ve en la independencia la única vía posible para la “supervivencia de Cataluña como nación”. “Correspondería a los responsables políticos españoles desmentir esta conclusión, pero no por el camino de las promesas y las palabras, sino por la de los hechos”, dijo antes de entrar en la concreción de sus exigencias.
El expresidente catalán expuso sus condiciones de cara a una negociación para la gobernabilidad en una conferencia en un hotel en Bruselas, a donde viajaron dirigentes de Junts para participar en una jornada interparlamentaria convocada por Puigdemont, a quien recibieron de pie con aplausos. En primera fila estaban sentados la expresidenta del Parlament Laura Borrás y su sucesora, Anna Erra i Solà, actualmente en el cargo, el exconseller Jordi Turull, y la portavoz adjunta de ERC en el Congreso, Teresa Jordà, entre otros. También asistieron los siete diputados de Junts, cuyos votos son claves para la gobernabilidad, y otros representantes del independentismo, como el diputado de la CUP Carles Riera.
Una conferencia esperada
La negociación del 'sí' de los de Puigdemont le devuelve al epicentro de la política española, una situación que el ex presidente no va a desaprovechar una vez que vuelve a ver disparada su popularidad en la capital comunitaria. A la conferencia fueron todos los medios españoles y también algunos representantes de la prensa internacional.
La conferencia estaba prevista desde la semana pasada y se produjo un día después de que el expresidente recibiera a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en su calidad de líder de Sumar, que se trasladó a Bruselas para abordar con el eurodiputado la investidura de Sánchez. El PSOE se desmarca de esa reunión y mantiene su vía de negociación, aunque preserva todo lo que tiene que ver con la amnistía, una propuesta -defendida desde hace casi seis años por los partidos independentistas- de la que los socialistas siempre han renegado, pero que ahora está sobre la mesa.
“Tenemos trabajadas varias fórmulas, pero por una cuestión de discreción no las vamos a exponer todavía. La amnistía no es la única fórmula. Lo importante es el objetivo, curar las heridas del pasado. Poner el marcador a cero. Hay unas fórmulas más lentas, otras más costosas. Creo que tenemos que ir etapa por etapa. Ahora mismo yo no estoy autorizado a hablar de otras fórmulas”, expresó el dirigente de En Comú Jaume Asens, que también participó en el encuentro de Díaz y Puigdemont, tras el que se mostró convencido de que el 'sí' de Junts a la investidura de Sánchez está más cerca.