Las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasel llegaron este sábado a su quinta jornada consecutiva en Barcelona. La concentración se desarrolló de manera pacífica hasta que pasadas las 20:15h comenzaron los primeros disturbios con lanzamientos de piedras y saqueo de tiendas. Una hora después hubo una fuerte represión policial, ya en el barrio de Gràcia, que dejó varios heridos. Los Mossos d'Esquadra informaron este domingo que hay un total de 34 detenidos, tres de ellos menores de edad: 31 personas en Barcelona, otra en Lleida y dos más en Tarragona.
La concentración de este sábado, más numerosa que las de los últimos días, empezó en la plaza Universitat. Los manifestantes se reunieron escuchando música y con actuaciones musicales improvisadas mientras iban llegando columnas de manifestantes desde distintos barrios de la ciudad. Sobre las 20, los concentrados se dirigieron hacia plaza Urquinaona, protegida por un fuerte dispositivo policial.
Con gritos de “Urquinaona, ho tornarem a fer [Urquinaona, lo volveremos a hacer]”, en referencia a los disturbios de la sentencia del procés de 2019, los manifestantes lanzaron algunas piedras y objetos a los Mossos pasadas las 20h sin que hubiese habido represión hasta este momento. Durante este sábado, el Ayuntamiento retiró los contenedores de la mayoría de las calles adyacentes para evitar que los manifestantes puedan organizar barricadas.
Los Mossos dispersaron rápidamente la concentración y los manifestantes, cada vez más disgregados, se fueron separando y juntando en grupos más pequeños. Sobre las 20:30, algunos encapuchados subieron por passeig de Gràcia y saquearon diversas tiendas de multinacionales. También atacaron la sede de la Bolsa de Barcelona, donde se prendió un pequeño fuego en la puerta que fue apagado por los bomberos. Otros grupos montaban barricadas en distintos cruces del barrio del Eixample mientras la policía seguía haciendo subir a los manifestantes, todavía muy numerosos, hacia el norte de la ciudad.
Cuando centenares de manifestantes estaban ya en el barrio de Gràcia, los Mossos los rodearon y reprimieron duramente a los concentrados, dejando varios heridos, muchos de ellos con golpes de porra en la cabeza, según pudo constatar elDiario.es.
Después de cinco jornadas de protestas que acabaron con disturbios, saqueos, detenidos y heridos -el martes una chica perdió el ojo presumiblemente por el impacto de una bala de 'foam'- el foco se puso tanto en la violencia como sobre los Mossos d'Esquadra, al que las dos fuerzas del Govern en funciones -Junts y ERC- empezaron a revisar su modelo de actuación en los disturbios.
Los mandos policiales, muy tensionados, respondieron con un comunicado en el que amenazaban con convertir el cuerpo policial en “ingobernable” si no tenían apoyo de los responsables políticos. El conseller de Interior, Miquel Sàmper, convocó para este domingo una reunión con los principales sindicatos de los Mossos d'Esquadra tras pedir estos una reunión “urgente” y asegurar que los ánimos en el cuerpo estaban “muy crispados”.