Pedro Sánchez ha pedido “comprensión y magnanimidad” a los españoles ante los indultos de los líderes independentistas. En la misma línea que habían hecho los miembros del Gobierno en los últimos días, el presidente se lanza a esa tarea pedagógica en la que muestra empatía con los miles de personas que admite que tienen “reparos” hacia esa decisión, pero sostiene que es lo mejor para reparar los daños que se produjeron especialmente en el año 2017 con las leyes de desconexión, el referéndum y la declaración unilateral de independencia que posteriormente se anuló.
La condena de los 12 independentistas -exmiembros del Gobierno regional o dirigentes de asociaciones separatistas- responde a su papel en la organización de una consulta ilegal de autodeterminación en octubre de 2017, que quedó marcada por la violencia policial. Semanas después de esa votación, con una alta abstención y cuyos resultados no fueron verificados independientemente, el Parlamento regional promovió una declaración unilateral de independencia. El Gobierno central, entonces controlado por el PP, respondió destituyendo al Gobierno regional e interviniendo la autonomía.
“Comprendo que pueda haber ciudadanos que tengan reparos sobre esta decisión que pueda tomar el Gobierno de España, sobre todo pensando en hechos acaecidos en 2017 con las leyes de desconexión, el referéndum, la declaración unilateral de independencia y su anulación. Entiendo que pueda haber quien tenga reparos pero les pido que tengan confianza. Tenemos que hacer una apuesta por la convivencia la reparación de esos errores de 2017”, ha explicado en una rueda de prensa junto al presidente de Argentina, Alberto Fernández.
“Vamos a construir convivencia”, ha aseverado Sánchez, para quien esa apuesta por “la distensión, la convivencia y la superación de la crisis” requiere de “magnanimidad” que ha pedido tanto a la sociedad española como, en concreto, a la catalana, así como “comprensión” hacia los pasos que dé el Gobierno. En ese sentido, ha explicado que lo primero será una reunión en Moncloa con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y “posteriormente” se retomará la mesa de diálogo, aunque ha evitado pronunciarse sobre una fecha. “Veremos cuando se tiene que celebrar”, ha dicho. Otra de las incógnitas que aún no despeja el Ejecutivo es si los indultos se concederán antes del encuentro entre los presidentes o después.
Sánchez no ha querido “vetar” explícitamente al líder de ERC, Oriol Junqueras, en esa mesa de diálogo, pero ha mostrado su preferencia por que no esté. El argumento de Sánchez es que la mesa es de gobiernos y que, por tanto, sus miembros deben formar parte de los mismos. No obstante, en el primer encuentro se sentaron personas ajenas a la Generalitat, como las diputados de ERC Marta Vilalta y Josep Maria Jové, la parlamentaria de Junts Elsa Artadi y el ex jefe de gabinete de Carles Puigdemont y Quim Torra, Josep Rius. “Me permitirá que no me pronuncie sobre esta cuestión. No me gusta vetar a nadie. Es una mesa entre gobiernos, pero insisto no empezamos bien si en la respuesta le digo que esta persona tiene que estar o no, tenemos que trascender estos debates”, ha respondido a preguntas de los medios de comunicación. No obstante, el propio Govern ha enfriado la posibilidad de que Junqueras se siente en esa mesa de diálogo.