El primer ministro del Reino Unido dijo que prohibirá una variedad de pitbull

Jessica Murray

Midlands, Reino Unido —

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Tras una serie de ataques en el Reino Unido, la raza de perro American bully XL será prohibida en ese país a finales de año, según ha declarado el Primer Ministro Rishi Sunak.

El Primer Ministro ha pedido a los ministros que trabajen con la policía y expertos para definir la raza “con vistas a prohibirla”, convirtiéndola en la primera raza prohibida desde 1991, año en que se introdujo la Ley de Perros Peligrosos.

“El american bully XL es un peligro para nuestras comunidades, especialmente para nuestros niños”, afirmó. “Comparto el horror de la nación ante los recientes vídeos que todos hemos visto. Ayer vimos otro presunto ataque de un perro bully XL, que trágicamente se ha saldado con una víctima mortal”.

“Actualmente no es una raza definida por la ley, por lo que este primer paso vital debe darse rápidamente. Está claro que no se trata de un puñado de perros mal adiestrados, sino de un patrón de comportamiento que no puede continuar”.

El viernes se confirmó que Ian Price, de 52 años, había muerto tras ser atacado por dos perros en Stonnall, West Midlands, y la policía dijo que creía que los animales, ambos muertos, eran perros de la raza bully XL.

Las imágenes de un perro de esta raza atacando a personas en la calle en Birmingham (incluida una niña de 11 años que sufrió heridas en el hombro y el brazo) provocaron protestas esta semana.

Sunak declaró que la raza quedaría prohibida en virtud de la Ley de Perros Peligrosos y que las nuevas leyes entrarían en vigor a finales de año. “Estos perros son peligrosos. Quiero asegurar al público que tomaremos todas las medidas necesarias para mantener a salvo a la gente”, declaró.

Se cree que el bully XL, la variante más grande de la raza American bully, llegó al Reino Unido en torno a 2014, y se cree que fue criado a partir de perros como el pitbull terrier americano —una de las cuatro razas prohibidas cuando se introdujo la Ley de Perros Peligrosos.

La raza bully XL estuvo relacionada con seis de los diez ataques mortales a perros en el Reino Unido en 2022, y este año ha estado implicada en al menos dos muertes.

La activista Emma Whitfield, cuyo hijo de 10 años, Jack Lis, fue asesinado por un bully XL en el sur de Gales en 2021, dijo en respuesta al anuncio: “Estoy llorando. Estoy sentada llorando. Ni siquiera tengo palabras ahora mismo”.

El portavoz oficial de Sunak negó que se hubiera producido ningún retraso en la prohibición, que será aplicada conjuntamente por el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales y el Ministerio del Interior.

“Está claro que esta raza de perro no está definida en la ley, por lo que es correcto tomarse el tiempo necesario para considerar la mejor manera de poner fin a estos horrendos ataques que estamos viendo”, dijo. “Ese trabajo ya se ha hecho y por eso hemos confirmado hoy la postura”.

La Coalición de Control Canino —formada por diversas asociaciones proteccionisas (la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, Battersea, Blue Cross, Dogs Trust, la Asociación Veterinaria Británica, la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales escocesa, el Kennel Club y Hope Rescue— se ha opuesto a la prohibición de la raza y ha manifestado estar “profundamente preocupada por la falta de datos que respalda esta decisión”.

“Los recientes incidentes son muy angustiantes y nuestros condolencias están con todos los implicados y afectados”, afirman en un comunicado. Pero, lamentablemente, prohibir la raza no impedirá que se repitan este tipo de incidentes“. Durante 32 años, la Ley de Perros Peligrosos se ha centrado en prohibir tipos de perros y, sin embargo, ha coincidido con un aumento de las mordeduras de perro, y las recientes muertes demuestran que este enfoque no está funcionando”.

“El gobierno británico debe abordar el problema de raíz ocupándose de los criadores sin escrúpulos, que anteponen el beneficio al bienestar, y de los propietarios irresponsables cuyos perros están peligrosamente fuera de control”.

También se ha planteado la preocupación de que una prohibición de la raza American bully XL sería difícil de aplicar, debido a sus similitudes con otras razas y a que no es una raza reconocida oficialmente por el Royal Kennel Club.

“Una prohibición de estos perros podría llevar inadvertidamente a que otras razas caninas se incluyeran en la misma categoría y, en consecuencia, se prohibieran en el Reino Unido”, declaró Rhianna Tsiattalou, abogada defensora criminalista. “La naturaleza mestiza de estos perros significa que sería un desafío complejo aplicar una prohibición en todos los casos”.

En un vídeo publicado por el Daily Mail, Boris Johnson sugirió que no apoyaba la prohibición. Sosteniendo a su propio perro, un cruce de jack russell llamado Dilyn, dijo: “El problema no es el perro, sino el dueño”.

Tres grupos que hicieron campaña a favor de la prohibición de los bully XL —Bully Watch, la Campaña para la Regulación de Perros Peligrosos Basada en Evidencia y Protejan a Nuestras Mascotas— afirmaron que la prohibición era “clave para proteger la salud tanto de los humanos como de los perros”.

“Nuestras investigaciones demuestran que estos perros son una amenaza clara para la salud pública, y son mucho más peligrosos que otros perros: han causado la mayoría de las muertes humanas y la muerte o mutilación de innumerables mascotas queridas, ya que han aumentado su popularidad en los últimos tres años”, afirmaron.

La prohibición permitiría a la policía actuar contra los perros peligrosos, afirmaron, al tiempo que protegería a los “buenos perros de buenos dueños” mediante el Índice de Perros Exentos.

Los propietarios de una raza prohibida que no se considere peligrosa para el público pueden recibir un certificado de exención que les permite tener el perro bajo estrictas condiciones, como asegurarse de que el animal está esterilizado, lleva microchip y va siempre atado con correa y bozal en público.

Entre las muertes recientes causadas por la raza en cuestión figura la de Natasha Johnston, de 28 años, que murió mientras paseaba a ocho perros en Caterham (Surrey) en enero. La investigación concluyó que había sido su propio perro, un bully XL, el causante de las heridas mortales, por lo que fue sacrificado.

En mayo, Jonathan Hogg, de 37 años, murió tras recibir mordeduras en un brazo, una pierna y la cabeza mientras cuidaba del perro de un amigo en Manchester.

Traducción de Santiago Armando