Panorama Político

Kicillof: nuevas melodías que se demoran y el escenario indecible de romper con los Kirchner

30 de marzo de 2025 00:33 h

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El último golpe sobre la mesa del eje Cámpora-Instituto Patria provocó un cimbronazo en el despacho de Axel Kicillof. La relación entre el gobernador y los Kirchner, tirante, plena de desconfianza e intrigas en los últimos dos años, dio otro paso hacia el conflicto explícito tras la presentación de un proyecto cristinista de unificación de los comicios nacionales y provinciales, al punto de que aceleró la imaginería de escenificar una ruptura con listas legislativas separadas.

El planteo de terminar con una pantalla de unidad tiene promotores de larga data en el gabinete bonaerense, pero también detractores de peso. Esencialmente, uno de los que marcha (¿marchaba?) con el freno de mano es el propio Kicillof, algo comprensible, porque es quien afrontaría los verdaderos riesgos de medirse electoralmente contra Cristina y, si sale mal, de terminar su mandato provincial nada menos que con su mentora y los ultras de Casa Rosada en la vereda de enfrente. El “animémonos y vayan” es siempre una carta envenenada de la política. La procrastinación y la negación del conflicto, también.

El proyecto de la cristinista Teresa García y otros catorce senadores provinciales para unificar los comicios bonaerenses con los nacionales, presentado el miércoles, elevó el estatus de la opción de dividir caminos.

No hay decisión tomada sobre continuar por rumbos separados, pero nada está descartado, transmiten en la oficina del gobernador. Hace semanas, esa hipótesis, aunque estuviera presente, era indecible. “Falta una eternidad, no hay que asustarse con estas escaladas”, previene una voz con peso y experiencia que habita la estructura kicillofista.

Axelistas y kicillofistas

Surge un matiz a tener en cuenta. No es lo mismo el kicillofismo —un puerto de llegada y, se verá, si un punto de partida, que comprende a ministros, legisladores e intendentes, dirigentes sindicales y de movimientos sociales, excristinistas, exmassistas y exalbertistas—, que el axelismo —grupo original que acompaña al gobernador desde sus tiempos de la militancia en la Facultad de Ciencias Económicas y/o de izquierda, como Carlos Bianco, Augusto Costa, Cristian Girard, Jesica Rey, Javier Rodríguez, Pablo López, Agustina Vila y Estela Díaz, todos con puestos clave en el gabinete—. El endurecimiento de posiciones de los axelistas los ubica como aliados tácticos de kicillofistas con territorio que, a fuerza de años de fricciones, se transformaron en chiitas del anticamporismo. Andrés Larroque y los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada) son voces cantantes de esa vertiente.

En el kicillofismo presumen que el proyecto de García fue pergeñado por el diputado provincial Facundo Tignanelli, alfil de Máximo en la Legislatura. En la oficina de Tignanelli desmienten la versión. De lo que no hay dudas es de que el texto fue aprobado por Cristina y actuó como acelerador del conflicto. Repitió una dinámica ya vista en la exasperante batalla entre Alberto Fernández y su vicepresidenta entre 2019 y 2023. Meses de negociaciones, hiatos de nada, iracundia de terceras líneas, operaciones de prensa y expectativas desmesuradas por una foto culminaban en una carta de Cristina que pateaba el tablero. La secuencia seguía con Alberto reinterpretando que la misiva, en realidad, había sido a su favor, extremo que todo aquel que está en contacto con Kicillof asegura que será evitado.

El proyecto de García, pergeñado por Facundo Tignanelli, alfil de Máximo en la Legislatura, y aprobado por Cristina, actuó como acelerador del conflicto. Repitió una dinámica ya vista en la exasperante batalla entre Alberto Fernández y su vicepresidenta entre 2019 y 2023

Aunque trazan diferencias de fondo y forma, la sombra de la experiencia de Alberto está muy presente entre los axel-kicillofistas. Hay voces en La Plata que advierten que ya está en curso un proceso de erosión que impide al gobernador trascender fronteras de la Provincia.

El desdoblamiento de las elecciones provinciales se transformó en una presa simbólica que va mucho más allá de las fechas para acudir a las urnas. Kicillof tiene potestad de decidir cuándo se vota, sin necesidad de aprobación legislativa, motivo por el cual en la gobernación evalúan al proyecto del eje Patria-La Cámpora como “inconstitucional”.

Qué está en juego

Hay argumentos razonables de uno y otro lado sobre la practicidad y los desafíos legales para votar por diputados nacionales y legisladores provinciales y concejales un mismo domingo o en dos, luego de la eliminación de las PASO nacionales y la instauración de la boleta única en reemplazo de la papeleta partidaria con la que se votó más de un siglo en el país.

En la pulseada subyace una lectura con miras al 2027. Kicillof prevé que la presidenta del Partido Justicialista Nacional, Cristina, y el presidente del Partido Justicialista Bonaerense, Máximo, se apropiarán de la lapicera para ordenar listas nacionales y de la estrategia de campaña.

Los Kirchner no pueden permitir que otra figura emerja como eventual ganadora en el único distrito en el que ese apellido sigue siendo decisivo. De allí que pretenden que el domingo electoral sea leído como una pelea mano a mano entre Cristina y Milei, conocedores del valor de la foto del ganador en la provincia en que habita 37% de la población argentina. Como tituló su proyecto sin dobles interpretaciones la senadora García, “una provincia, un país, una elección”.

El gobernador entiende el desdoblamiento como una vía para ir a las urnas con una identidad propia en el tramo provincial, algo que necesita tanto para su proyección política como para desarmar la mayoría opositora en ambas cámaras, que incluye a las derechas mileísta y macrista, la UCR, el FIT y, cada vez más seguido, a La Cámpora y el massismo.

“Si nos va bien, en diciembre empieza otro partido”, dice otra fuente kicillofista. El partido que empieza es terminar de romper amarras con Cristina y pergeñar la postulación presidencial.

Sin retorno

La voz anteriormente citada que pide no acelerar escenarios de ruptura admite que el proyecto de García torna “mucho más complicado retroceder posiciones”. “Sentó un punto innegociable para Cristina, y Áxel tampoco puede bajarse del desdoblamiento. Para él, pasó a ser algo más importante hasta que los lugares en las listas. Esto no se puede resolver sin que alguno aparezca como perdedor o con el auto rayado”, reconoce.

Máximo Kirchner es relatado en una posición irreductible, dispuesto a profundizar la ofensiva contra un gobernador al que ubica en el terreno de la traición.

El sistema político atribuye a Cristina dotes pragmáticas, que la llevaron, por ejemplo, a elegir candidatos presidenciales incluso opuestos a sus convicciones en fondo y forma, y a pactar con peronistas que apostaron a que fuera presa durante el gobierno de Mauricio Macri. ¿El irreductible Máximo convencerá a su madre o la negociadora Cristina pondrá en caja a su hijo?

En el último lustro, las posiciones de Máximo no hicieron más que anticipar las decisiones de Cristina en cuestiones cruciales, como la reprogramación de los pagos del FMI negociada en 2022, la relación con Alberto, la cercanía con Massa y el manejo de los subsidios de energía. No sólo las anticiparon, sino que, a posteriori, la expresidenta aprovechó cada oportunidad para enfatizar que su hijo tenía razón. Si se sigue la línea de los conflictos entre Máximo y Kicillof, desde la elección del impoluto Martín Insaurralde en la jefatura de gabinete hasta la carta de García por el desdoblamiento de esta semana, es esperable que el diputado nacional vuelva a determinar el rumbo.

Al tetris provincial se suma un tercer actor, Massa, dueño de bancas imprescindibles para aprobar proyectos en las cámaras provinciales. El excandidato presidencial va y viene, mientras sólo rompe el silencio para alentar “actitudes de grandeza que depongan intereses personales”. El proyecto de García para unificar las elecciones provinciales con las nacionales contó con la firma de la massista Sofía Vannelli, contrariando lo sostenido hasta ese miércoles por el Frente Renovador. “Massa puro”, reflexionó un ministro bonaerense.

La desconfianza entre el gobernador y el excandidato presidencial es enorme, pese a que ambos construyeron un modo de articulación aceptable cuando se cargaron la campaña al hombro en 2023. “Massa tira toda la nafta que puede para que se incendie todo y aparecer como el que apaga el fuego”. Otra voz del mismo sector le baja el precio. “Opera todo el tiempo para aparecer como la tercera pata. ¿A vos te parece que tiene el 33% de los votos o de la representación, o se está sobrevendiendo?”.

Hay quienes afirman haber escuchado a Kicillof clamar en las últimas semanas por la urgencia de terminar la dependencia y el loteo de cargos con el sector de Massa.

Carta Abierta axelista

Máximo mira con perplejidad los pasos de Kicillof. El gobernador pasó de resistir injerencias en áreas sensibles del gabinete bonaerense durante tres años a armar una agenda de actos propios, ausentarse de los de Cristina y lanzar el Movimiento Derecho al Futuro, apoyado por más de cuarenta intendentes y un entramado de dirigentes políticos, sindicales y sociales mucho más amplio del que preveían propios y extraños. Ese sello fue presentado como un proyecto bonaerense, pero resulta que comenzó a tejer adhesiones y filiales en las provincias, y a apadrinar candidatos para las elecciones que vienen.

Un paso del axel-kicillofismo es especialmente sensible para los Kirchner. El gobernador bonaerense avanza sobre dos terrenos en los que Cristina se percibe indesafiable: el mundo de los derechos humanos y la comunidad científico-universitaria. Es inminente la publicación de un manifiesto que legítimamente podrá ser leído como la Carta Abierta de Kicillof.

Días atrás, el gobernador se reunió con los investigadores del CONICET Carolina Mera, Sandra Carli, Juan Pablo Paz, Andrés Kreiner, Osvaldo Uchitel, Alberto Kornblihtt y Felix Requejo, la expresidenta del Consejo, Ana Franchi, y los exministros de Ciencia Daniel Filmus y Roberto Salvarezza. Todos ellos, referenciados en la agrupación Ciencia y Tecnología Argentina (CYTA), evaluaron “defender lo construido de cara al futuro”, mientras ardía la interna bonaerense.

No fue una foto aislada.

Guillermo Durán, decano de Ciencias Exactas de la UBA, milita por “Axel 2027” y es de máxima confianza de Kicillof. La vice de Exactas , Valeria Levi, y Rodrigo Quiroga, profesor de Bioinformática en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Córdoba, se inscriben en la misma línea. Los titulares de Exactas, junto a Dora Barrancos, profesora consulta en la Facultad de Ciencias Sociales, y Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular del Instituto Leloir, motorizan la declaración de próxima divulgación “Derecho al Futuro - Universitarios de la UBA con Axel”. El texto invita a “pensar y llevar adelante una salida al contexto de opresión y abandono por parte del Estado Nacional”. Otros pronunciamientos similares circulan en universidades nacionales con sede en la provincia de Buenos Aires.

Conocedores de la movida anticipan que la recolección de firmas alcanza a referentes de los más diversos campos, varios de ellos de peso mundial en su disciplina, como Gabriel Rabinovich, definido como “insospechado de kirchnerista”, y Kornblihtt, por el contrario, muy cercano a Cristina. También sumaron su adhesión casi todos los integrantes de CYTA.

En el mundo Puan —Facultad de Filosofía y Letras—, el proyecto tiene una adherente probable, de indudable peso en esa calle de Caballito: Soledad Quereilhac, docente de Problemas de la Literatura Argentina, investigadora del CONICET y pareja de Kicillof.

No es extraño que Puan sea amigable a un proyecto peronista de izquierda. Su decano y vicedecana, Ricardo Manetti y Graciela Morgade, también son firmas de probable adhesión al manifiesto.

¿Y las nuevas melodías?

La hipótesis de que, pasadas las elecciones, podría comenzar otro partido para Kicillof supone la aparición de una pata rezagada, cuya demora conspira contra cualquier proyecto alternativo a los Milei.

Se sabe que el gobernador resiste las políticas ultraderechistas desde el primer día. Todo un dato, habida cuenta de que los Kirchner y Massa creyeron que era tiempo de bajar los decibeles y dejar que los Hermanos se cocinaran en su propio fuego, cálculo que ya se demostró errado y los obligó a entrar al barro al tiempo que el Presidente aceleró la polarización. El perfil distintivo de Kicillof se torna clamoroso en el contraste del 90% de los gobernadores, hojas al viento de los tiempos políticos. “Escudo y red”, bautizó el axelismo su estrategia de defensa y contención ante el regocijo con la motosierra. No alcanza.

No hay muchas noticias de cuál es la propuesta programática de Kicillof, ni su lectura sobre las limitaciones económicas evidentes que mostraron los gobiernos de los Kirchner y Alberto Fernández. Cómo piensa superar la restricción de divisas con la que ahora vuelve a chocar el terraplanismo ultraderechista, cómo piensa financiar políticas redistributivas con un método que no sea la máquina de emitir billetes que encandiló al kirchnerismo, cuál es una política impositiva progresiva y realizable, cómo se logra un Estado eficiente y se crean mecanismos que morigeren la corrupción alguna vez en la vida. ¿En las recorridas bonaerenses piden más Estado? Bien, en lo posible, que no pase por las manos de Insaurralde ni sea sometido a un loteo de intereses privados y sectoriales que habilite el discurso de sus aniquiladores. ¿Se combatirá la brutalidad policial con Sergio Berni a cargo de Seguridad? ¿De qué manera el aumento del presupuesto educativo puede recrear efectivamente el sueño igualitario de un país? Resta saber qué piensa Kicillof sobre cómo se para Argentina ante la distopía Donald Trump, la dictadura de Nicolás Maduro y la masacre cotidiana que el ejército de Benjamin Netanyahu perpetra en Gaza.

Un mundo que excede con creces la necesidad de salir de la encerrona que significan los Kirchner para la oposición y de resistir la crueldad de los Hermanos Topo. 

SL

slacunza@eldiarioar.com

La nota fue actualizada a las 17.30 del 30 de marzo de 2025, con una aclaración sobre la no participación del diputado provincial Facundo Tignanelli en el proyecto de Teresa García.