Elecciones porteñas

La Ciudad como ensayo general: Milei se mete en la campaña de Adorni y agita la pelea con los Macri

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Después de una semana de luto, la campaña en la ciudad de Buenos Aires se prepara para reactivarse. Y lo haría con una jugada de alto voltaje simbólico: según pudo saber elDiarioAR, el presidente Javier Milei analiza salir a la calle el próximo martes 29 de abril para acompañar a su vocero y candidato, Manuel Adorni, en una recorrida proselitista. El evento —que por ahora no fue confirmado oficialmente— está condicionado por una serie de factores: el debate de candidatos porteños previsto para ese mismo día, la preocupación por eventuales protestas opositoras y, sobre todo, el hermetismo que rodea cada movimiento del jefe de Estado. “No queremos que se organicen para pudrirla”, deslizaron en Casa Rosada.

Milei ya le había puesto la cara a la campaña de Adorni. Lo hizo con un spot en el que, sin metáforas, lo bendijo como su heredero político en territorio porteño. “Es mi voz en la Ciudad”, dice el Presidente en cámara, antes de elogiar su defensa del “modelo libertario”. Pero ahora evalúa ponerle también el cuerpo. A contramano de las estrategias clásicas, no se trataría de un acto masivo ni de una caravana militante, sino de una aparición breve, controlada y en una locación mantenida en reserva. Inicialmente, la bajada de Milei iba a realizarse en Plaza Irlanda, en el barrio de Caballito, pero a último momento el equipo de seguridad presidencial pidió mudar la actividad a otro punto con mejores condiciones logísticas.

La semana pasada, quien sí salió a la calle fue Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad acompañó a Adorni en una caminata por Recoleta, junto al legislador Juan Pablo Arenaza, ex PRO y hoy enrolado en La Libertad Avanza. Fue una actividad discreta, sin aparato partidario ni globos amarillos, en la que el candidato conversó con vecinos y repitió una de las máximas que rige su campaña: “Nada fingido”. Según su entorno, el vocero evita los grandes actos porque no quiere parecerse a la política tradicional. Su zona de confort, insisten, son las redes sociales y los sets de televisión.

El regreso a la calle coincide con una reactivación planificada de la campaña oficialista en todo el país, tras el impasse impuesto por la muerte del papa Francisco. Esta semana, las actividades proselitistas quedaron en suspenso, pero a partir del fin de semana volverán los spots, las caminatas y los posteos. En la Ciudad, la agenda se acelera: el lunes 28, Adorni, que formó parte de la comitiva que acompañó a Milei al Vaticano, cerrará con un discurso una cena de la Fundación Libertad, en reemplazo de Milei, que estará regresando de Roma. Y si las condiciones lo permiten, el martes sería el turno de la recorrida junto al Presidente.

Lo que sí está confirmado es el cierre de campaña, que ya tiene sede: será en Plaza Holanda, punto del primer acto político de Milei en 2021, bajo una estética deliberadamente austera, con un pequeño escenario, sin escenografía partidaria y un único orador: el Presidente. “Un mini mini Parque Lezama”, ironizaron en el entorno libertario.

El despliegue está pensado como parte de una estrategia más amplia: nacionalizar la elección porteña, empujar desde arriba y blindar a Karina Milei del fuego cruzado que llega desde el PRO. La secretaria General de la Presidencia no aparece en los afiches, ni en los actos, ni en los spots. Pero es la figura omnipresente. En su entorno explican que prefiere mantenerse fuera de escena. No dicen que es por su alto nivel de imagen negativa en la Ciudad —superior al 50%—. Sin embargo, nadie duda de que maneja la lapicera. La lista violeta que lleva a Adorni como cabeza visible responde de manera directa a ella, con Pilar Ramírez como jefa de bloque y operadora de confianza. “Está en todo, aunque no se vea”, resumieron cerca suyo.

Del otro lado, el macrismo endurece su estrategia. Silvia Lospennato —la primera candidata del PRO a la Legislatura— intenta capturar el voto útil antikirchnerista y posicionarse como la candidata de la “Ficha Limpia”. En cada entrevista recuerda su pelea contra la habilitación de Cristina Kirchner y denuncia un pacto entre el gobierno nacional y el peronismo para frenar esa ley. En las filas amarillas no faltan los que acusan a los libertarios de haber negociado su portergación como retribución por el salvataje en el caso $LIBRA. El blanco, una vez más, es Karina.

La pelea no es solo por las bancas, sino por el control del electorado más fiel a la derecha porteña. Mauricio Macri, corrido de las listas pero activo en las sombras al igual que Karina, acusa a la hermana del Presidente de haber dinamitado todos los intentos de acuerdo, no solo en la Ciudad sino también en provincias clave como Santa Fe, Chaco o Jujuy. Ella, por su parte, considera al expresidente parte del pasado. El conflicto es personal, pero también estratégico: Karina quiere posicionarse lo mejor posible con vistas a 2027; Macri, resistir en su terruño.

Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires, ambos espacios negocian un acuerdo contra reloj. El 14 de mayo vence el plazo para inscribir alianzas y, cuatro días después, se vota en la Ciudad. Esa cronología envenenada convierte cada gesto, cada foto y cada declaración en una jugada de ajedrez con múltiples tableros. ¿Podría sellarse un acuerdo bonaerense a pesar de la guerra porteña? ¿O acaso su desenlace será el factor que determinará su ruptura?

En ese tablero en tensión, Adorni juega su partido. El vocero confirmó su participación en el debate oficial de candidatos porteños, pero rechazó la invitación del canal TN para un debate paralelo. Cerca suyo argumentaron que “discrimina” a los postulantes menos competitivos y privilegia el rating sobre la representación política. Su entorno insiste en preservar la narrativa de “anti-casta”: estar en el sistema, pero combatiendo sus lógicas tradicionales.

De cara al 18 de mayo, la mayoría de las encuestas muestran a Leandro Santoro primero, aunque sin despegarse, y a Ramiro Marra —referente libertario desplazado de escena— sin poder alcanzar los dos dígitos. Al igual que Lospennato, el desafío de Adorni es capturar el voto antikirchnerista, esquivando tanto al PRO como al peronismo. Por eso en las últimas semanas su discurso viró: menos críticas a Macri, más golpes directos al candidato del PJ.

Aun así, el panorama no es lineal. Desde el entorno del vocero admiten que todavía hay sectores del electorado —sobre todo mayores y menos politizados— que no terminan de asociarlo plenamente a Milei. “Increíblemente, hay una parte que no lo compatibiliza con Javier”, reconocen cerca de Adorni. La apuesta, en ese contexto, es que la presencia del propio Presidente ayude a sellar esa identificación simbólica en el tramo final de una campaña que promete ser decisivo.

PL/JJD