La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se presentó ante la jueza María Eugenia Capuchetti y solicitó ser querellante en la investigación por el intento de homicidio, confirmó a elDiarioAR una fuente del entorno de la funcionaria.
Fernández de Kirchner realizó la solicitud a través de los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, quienes la representarán en el expediente. La figura de querellante le permite a las víctimas o damnificados acceder a la causa, solicitar medidas de prueba, indagatorias, testimoniales e impulsar la acusación contra los imputados.
En la presentación, firmada por los letrados Juan Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, la Vicepresidenta solicitó ser parte querellante en razón del derecho que le otorga el artículo 82 del Código Procesal Penal.
“Dejo asentado que ejerceré los derechos que me corresponden como acusadora privada respecto de toda otra persona cuya responsabilidad surja de la investigación”, señaló la exmandataria.
Fernández de Kirchner requirió además que se dé “acceso urgente” al expediente electrónico por parte de sus abogados, y añadió en la presentación que, en caso de que volviera a dictarse el secreto de sumario, se convoque a sus letrados a todo acto “definitivo e irreproducible”.
También añadió que, cuando lo considere oportuno, se constituirá como “actora civil” con el patrocinio del abogado Gregorio Dalbón.
Ese acceso incluye la información que eventualmente se recabe sobre sus custodios. El fiscal Carlos Rívolo solicitó a la jueza que identifique los teléfonos celulares personales y laborales de todos los miembros de la custodia de la funcionaria para investigar el posible incumplimiento de deberes de funcionarios públicos en su tarea de brindar protección a Fernández de Kirchner.
La jueza Capuchetti deberá ahora analizar si corresponde que la vicepresidenta sea aceptada como querellante y comunicarle su decisión a las partes.
Fernández de Kirchner declaró como testigo el viernes 2 de septiembre ante la jueza y el fiscal Carlos Rívolo. Ambos magistrados se trasladaron hasta su domicilio en el barrio porteño de Recoleta y escucharon a la expresidente contar que no se dio cuenta de que un hombre estaba apuntando y gatillando un arma de fuego a centímetros de su cara, como publicó elDiarioAR. No fue hasta momentos más tarde cuando se percató de lo que había ocurrido.
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