Descolocada y sin una estrategia definida después de la sanción de la ley Bases y la firma del Pacto de Mayo, la CGT busca ahora ganar tiempo y “sobreactuar” un pedido de diálogo al Gobierno que, en los hechos, ya existe por vía subterránea.
Sin margen ni decisión de maniobrar protestas o acciones directas, la central obrera apuesta a las presentaciones judiciales y a la formalidad de la solicitud de una audiencia con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, quien viene siendo el intermediario entre el Gobierno libertario y los jefes de los gremios.
Eso fue lo que se desprendió este miércoles tras una reunión de “mesa chica” cegetista para la cual había acumuladas sobradas expectativas: no sólo porque habían naufragado las negociaciones con el Gobierno por la promulgación de los artículos laborales de la ley Bases, sino porque el ala más dura del sindicalismo esperaba –y aún espera– un perfil más refractario ante las medidas de ajuste.
Como había informando elDiarioAr, el sector dialoguista de la CGT venía expresando su “visión” sobre algunos de los artículos más controvertidos de la ley, como el que creaba la figura de un trabajador independiente con hasta 5 trabajadores autónomos, o el que extendía el período de prueba incluso hasta un año antes de la efectivización. Nada de eso prosperó y el Poder Ejecutivo promulgó la ley tal como había sido aprobada por el Congreso.
Como toda respuesta de este miércoles, los jefes sindicales, entre quienes estuvieron los triunviros Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, optaron por dar vía libre a los gremios para que accionen en la Justicia contra la restitución del impuesto a las Ganancias para los trabajadores de la cuarta categoría (lo salarios que están por arriba de 1,8 millón de pesos), al comprender que no debe hacerse una acción colectiva desde la CGT porque esa medida no afecta a toda la rama de empleados en relación de dependencia.
Los popes sindicales se mostraron de acuerdo sobre ese punto después de haber escuchado las exposiciones de los abogados Hugo Moyano (hijo) y Marta Pujadas, quienes desestimaron hacer una presentación conjunta como la del verano pasado contra el DNU 70/23 de desregulación económica.
De todos modos, Pablo Moyano ya anticipó que el gremio Camioneros acompañará su presentación en la Justicia con una movilización al Palacio de Tribunales, como forma de mantener viva la conflictividad en la calle en medio de la pulseada con Milei.
Así piensan también otros gremios de transporte, industriales y servicios, que la semana pasada ya habían advertido de esta movida después de una reunión en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).
La falta de una medida de acción directa es el principal foco de conflicto entre el ala dialoguista y el sector que encabeza Moyano. Daer intentó dar una respuesta al salir de la reunión: “Esto es como el ajedrez y además hay que medir los tiempos.Hoy se habló de todo, las marchas son cuestiones tácticas, lo que hay que tener es una estrategia clara ante todo lo que estamos viviendo y para eso hay mirar todo el tablero”, esbozó el jefe sindical, enrolado en los dialoguistas.
De la reunión participaron también Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Mario Manrique (SMATA), Sergio Romero (UDA), Cristian Jerónimo (vidrio), Alejandro Amor (municipales), Julio Piumato (Judiciales) y Omar Plaini (Canillitas). Un convite que desde un principio había sido concebido como “ampliado”.
En lo formal, la CGT cursará también un pedido de audiencia con Cordero, el funcionario proveniente del Grupo Techint que está a cargo de la Secretaría de Trabajo, ubicada en el organigrama gubernamental debajo del paraguas del Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello.
Curiosa solicitud de diálogo a un funcionario con el que los sindicalistas no sólo vienen hablando sino que es el mismo al que, por lo bajo, no le atribuyen ninguna autoridad para tomar decisiones. Una forma tal vez de “ganar tiempo” mientras los gremios más combativos piden endurecer el perfil.
Pedidos a la carta
La CGT también resolvió convocar de manera formal a una reunión de su Consejo Directivo para el 25 de julio, cuando se analizarán los pasos a seguir después de los paros generales del 24 de enero y el 9 de mayo, tal como está pidiendo el eje Camioneros-La Bancaria-SMATA, que compone el ala combativa dentro de la sede de Azopardo 802.
¿Qué va a pasar ese día? “Vamos a analizar el desastre económico y rechazar el pacto que se firmó en Tucumán, que es una entrega total de los recursos naturales y del país”, dijo Pablo Moyano este martes al salir de la reunión.
Los “jugadores” del ajedrez
En el Consejo Directivo están todos los gremios que componen la “gobernanza” de la CGT y es donde conviven todas las personalidades: los “Gordos”, como se conoce a los gremios de servicios, los “independientes” –entre los que están UPCN y la UOCRA–, de buena relación con todos los gobiernos, y los sectores más duros, con Pablo Moyano a la cabeza, que nunca se sintieron del todo cómodos en el triunvirato pero ponen por encima la unidad sindical.
El ala dialoguista que conforman “Los Gordos” y los independientes es la que negoció la reducción de los artículos de la reforma laboral de la ley Bases, donde había 42 normas de flexibilización laboral y terminaron quedando 17, y que ahora busca encauzar algún tipo de relación con el Gobierno. Los artífices de ese diálogo fueron Daer y Andrés Rodríguez, de UPCN, que este miércoles ofició de anfitrión.
La CGT había sido invitada al acto en Tucumán pero, acaso en una concesión al sector duro, la organización resolvió de manera orgánica no asistir. Ahora busca abrir un nuevo compás de espera en búsqueda de que cambien los ánimos.
NP/MG