A medida que se abre la Caja de Pandora en la que se convirtió la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri, van apareciendo víctimas de un aparato de espionaje ilegal. Cuando el juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé procesó a los jefes de la AFI, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, se supo que los espías macristas habían armado carpeta de los jueces federales cordobeses Jaime Díaz Gavier y Julián Falcucci, quienes integraron los tribunales que juzgaron delitos de Lesa Humanidad como el del CCD La Perla y por las causas donde estuvo involucrado el ex jefe del Ejército, teniente general César Milani.
“Era previsible que esto sucediera; pero me sorprendió la tardanza con que apareció la evidencia de ese espionaje. No tengo ninguna duda que podíamos ser blanco de espionaje los miembros del Tribunal Oral Federal de La Rioja que juzgamos la llamada Causa Milani; estas cosas nunca se sabe bien quién las ordena ni por qué. De por sí, Milani era un personaje observable. El juicio de Milani era muy especial para Macri por haber sido jefe del Ejército de Cristina”, señaló el juez federal Díaz Gavier, una de las víctimas del espionaje macrista.
El magistrado cordobés le dijo a elDiarioAR que “puedo inferir que Arribas y Majdalani como jefes de la AFI deben haber puesto especialísima atención en la Causa Milani, porque era una causa muy especial: el imputado había sido jefe del Ejército durante la presidencia de la señora Cristina Kirchner; estábamos en vísperas de las Primarias de 2019 y objetivamente estos delincuentes querían saber cómo íbamos a fallar para utilizar la causa con un uso político”.
En agosto de 2019, el ex jefe del Ejército del último gobierno kirchnerista fue absuelto por el TOF de La Rioja que integraron Díaz Gavier, Falcucci y Enrique Lilljedhal, por el secuestro y torturas de Pedro Olivera (ya murió) y de su hijo Ramón Alfredo Olivera, un dibujante técnico que hacía trabajos sociales junto al asesinado obispo Enrique Angelelli. El juez Enrique Lilljedhal votó en disidencia y solicitó cuatro años de prisión para Milani.
El fallo, además le impuso penas de hasta 10 años de prisión a otros seis imputados, incluso al ex juez federal Roberto Catalán, que fue condenado a cuatro años. En el debate oral y público intervinieron la fiscal Virginia Miguel Carmona y el fiscal Rafael Vehils Ruiz, quienes habían solicitado condenas de hasta 20 años.
En noviembre del mismo año, en otro juicio, el teniente general Milani, fue absuelto por los jueces Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedahl del Tribunal Oral Federal (TOF) de Tucumán, por la desaparición del soldado Alberto Ledo, pero sentenció al otro imputado, el ex capitán Esteban Sanguinetti, a 14 años de prisión. Este militar recibió el beneficio de la prisión domiciliaria por tener, al momento de la sentencia, 77 años de edad.
Cuando ocurrieron los hechos de Olivera y Ledo, el ex jefe del Estado Mayor General del Ejército revistaba como subteniente en el Regimiento 141 de Ingenieros en la provincia de La Rioja.
Díaz Gavier le dijo a elDiarioAR que “estos episodios son escandalosos, recibimos la solidaridad de la JUTOF (Junta de Tribunales Orales de la República Argentina), que en un comunicado fue muy clara, muy explícita. Estos hechos forman parte de las presiones o injerencia del gobierno de Mauricio Macri en el Poder Judicial, dirigida a jueces independientes cuyas resoluciones o fallos no fueran satisfactorios o sirvieran a sus intereses”.
-¿Así como se expresó la JUTOF, recibió la solidaridad de la Asociación de Magistrados?
-No. Las autoridades de la Asociación de Magistrados no se comunicaron conmigo ni con el doctor Julián Falcucci, tan celosa que es de otras acciones con los jueces por parte del sistema. La Asociación de Magistrados es representativa de aquellos sectores que apoyaron al gobierno de Mauricio Macri. Sólo recibí la solidaridad de las líneas internas Compromiso Judicial y Lista Celeste, que son opositoras a la conducción.
Díaz Gavier aseguró que el fallo que él firmó absolviendo a Milani por el secuestro y las torturas de Pedro Olivera y su hijo Ramón Alfredo “objetivamente es el resultado jurídico atado a Derecho, es un fallo muy serio. El fallo ha sido casado, ha sido apelado, además el caso fue llevado al Consejo de la Magistratura. La Corte Suprema tendrá la última palabra”.
-¿Va a constituirse en querellante?
-No lo sé aún. Estos tipos son un conjunto de sinvergüenzas que no sé hasta dónde se infiltraron. Son unos inútiles que integraron los servicios de inteligencia, haciendo cosas oscuras, quizá armaron una carpeta con recortes de diarios, porque son tan inútiles que no sirven ni para espiar. Quiero evaluar hasta dónde se infiltraron. Pero no se trató de una acción aislada, de eso estoy seguro. Contemporáneamente al espionaje durante el fallo de Milani, hubo una serie de posteos en Facebook por algún representante de la Secretaría de Derechos Humanos de Macri, con una catarata de infundios en contra mío, por la sentencia de ese juicio.
Críticas de Olivera y Ledo
Tras enterarse del espionaje de la AFI macrista a los jueces Díaz Gavier y Falcucci, Ramón Alfredo Olivera cuestionó a los magistrados cordobeses: “La JUTOF nada dice sobre las pruebas que se encontraron sobre el espionaje ilegal, ni de cómo el mismo se concretó; o cuál fue la obstrucción en la administración de justicia de los jueces o de qué manera influyeron o pretendieron hacerlo en la decisión del Tribunal, teniendo en cuenta que Milani fue absuelto y favorecido con un fallo arbitrario por los jueces Díaz Gavier y Falcucci, no según los espías de Macri, sino según el fiscal de la Cámara de Casación, donde actualmente se encuentra el expediente”.
Ramón Alfredo Olivera fue detenido e interrogado ilegalmente junto a su padre, Pedro Olivera, en marzo de 1977. En 1979 ya había denunciado a Milani ante la Comisión Interamericana de DDHH (CIDH), lo que le valió un sumario del Ejército al entonces subteniente Milani. En 1984, lo volvió a denunciar ante la Comisión de Derechos Humanos de La Rioja.
Por casualidad, mientras estaba detenido, Olivera se enteró de la identidad de su interrogador cuando el secretario penal del juez Roberto Catalán llamó al entonces subteniente por su apellido. “Milani me decía en la sala del juzgado que me habían cortado la carrera de subversivo”, declaró Olivera hace 37 años. Ramón Olivera estuvo preso cuatro años y siete meses y sufrió varios simulacros de fusilamiento. Mientras que su papá Pedro fue liberado a los pocos días, cuando un grupo de tareas lo dejó en la calle. Como consecuencia de la tortura recibida quedó con severas secuelas en su salud.
Olivera detalló a elDiarioAR que “el fiscal (Javier) De Luca observa claramente que Milani no era ajeno a lo que ocurría con la represión ilegal en La Rioja” y se preguntó: “¿Los jueces Díaz Gavier y Falcucci cuando expulsaron de la audiencia a la Madre de Plaza de Mayo, Marcela Brizuela de Ledo, madre del soldado detenido-desaparecido Alberto Ledo, también lo hicieron presionados por los espías de Macri?”.
Graciela Ledo, hermana del conscripto Alberto Agapito Ledo, un riojano que hacía el servicio militar en Tucumán, desaparecido el 17 de junio de 1976 también criticó a los jueces espiados por Macri: “El juez (Enrique) Lilljedahl lo condenó. Nosotras con mi mamá y con Alfredo Olivera ya denunciamos a estos jueces ante el Consejo de la Magistratura y les pedimos el juicio político. Díaz Gavier no expulsó de la sala de audiencias a la hija de Milani cuando le gritó ”oportunista“ a mi mamá. Pero no dudó en ordenar sacarnos a mi mamá y a mi, cuando mi mamá le gritó ”traidora“ a Hebe”.
El soldado Ledo, un militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) fue secuestrado de la cuadra que el Batallón 141 de Construcciones tenía en la localidad tucumana de Monteros. El entonces capitán Esteban Sanguinetti en persona sacó a Ledo en tres oportunidades a “hacer una recorrida por la zona”, ya que allí operaba una célula del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Dos semanas después, el 4 de julio de 1976, preocupada porque su hijo no se comunicaba con ella, Marcela Brizuela de Ledo, viajó a Monteros. El Ejército le informó oficialmente que su hijo “había desertado”. Ese informe lo firmó el subteniente Milani.
Graciela Ledo señaló a elDiarioAR que “los videos muestran claramente cuando, en una inspección ocular, se los ve a Díaz Gavier y a la abogada de Milani, (Mariana) Barbita, que caminan del brazo. ¿Lo hizo presionado por los espías? Acá el principal espía es Milani; lo sabemos nosotras con mi mamá, hace 45 años que buscamos justicia por mi hermano; hace 45 años que somos espiadas y perseguidas. Nos espiaron en las escuelas, en los lugares de trabajo, nos espiaron cuando participábamos de los grupos juveniles con monseñor (Enrique) Angelelli, nos espiaron en dictadura y nos espiaron en el juicio; Milani nos mandó a espiar con una persona que se hacía pasar por periodista, Fernando Ortega Zabala, Fernando OZ se hace llamar. Vino a casa a contarnos un cuento que quería hacer un libro sobre Milani, vino a sacarnos información. Los servicios siempre estuvieron, los orgánicos como los espías del Ejército, de Gendarmería, de la Policía y los inorgánicos. Si el espionaje de Macri presionó a estos jueces para sacar un rédito político, Milani hubiera sido condenado”.