La primera reunión de análisis electoral se concretó inmediatamente después de los festejos. Fue en la madrugada del lunes, cuando la ola amarilla ya era un dato irreversible. En el salón ubicado al lado del club GEBA, en Palermo, cinco personas se quedaron a repasar los resultados. Revisaron los porcentajes de las PASO provincia por provincia. Estaban Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri, Patricia Bullrich, el secretario de Ambiente porteño Eduardo Macchiavelli, más el diputado y presidente de la UCR Alfredo Cornejo.
Analizaron en particular el desenlace en tres provincias en las que Juntos por el Cambio perdió por pocos puntos: La Rioja, Neuquén y San Juan. Además de haber caído en elecciones reñidas, en los tres casos se dio una particularidad: la coalición opositora podría haber ganado o peleado el primer puesto, en caso de haber concretado alianzas con terceras fuerzas locales.
En la provincia conducida por el peronista sanjuanino Sergio Uñac, el oficialismo se impuso por 4,5 puntos. La lista del peronismo y el bloquismo unidos, encabezada por el actual diputado nacional Walberto Allende, le ganó a la candidata de JxC Susana Laciar. El conteo final fue 42,9%, contra 38,3%. Tercero quedó Marcelo Arancibia, el precandidato a diputado del frente Consenso Ischigualasto. Si bien existió un coqueteo entre Arancibia y los representantes de Juntos por el Cambio, finalmente se presentaron por separado. En San Juan hay tres bancas en juego.
En Neuquén se cumplió la norma: triunfó el Movimiento Popular Neuquino. Sus tres anotados para la primaria sumaron 35,50 puntos. JxC salió segundo: el empresario Mario Pablo Cervi sacó el 18 por ciento. Pero la Coalición Cívica compitió por fuera de Cambia Neuquén. El lilista Carlos Eguia sacó 18 puntos. La sumatoria hipotética les habría permitido pelear más arriba, en una provincia en la que se renuevan tres bancas.
En La Rioja, donde se eligen dos diputados, también hubo desacuerdos entre el radicalismo y el PRO. El agregado de ambos postulantes podría haber alcanzado los 34 puntos, todavía lejos del 52 por ciento obtenido por el Frente de Todos.
El plan de la mesa nacional de Juntos por el Cambio es tentar a las terceras fuerzas afines, casi sin chances de acceder a las bancas en disputa, para que bajen sus candidaturas y se acoplen al armado del frente opositor. La oferta incluye promesas de recompensa política a futuro.
Desde la madrugada del domingo, se potenció el reunionismo, las charlas y los mensajes de whatsapp entre macristas, radicales y lilitos. El objetivo del frente opositor es mejorar la performance general el 14 de noviembre. “En dos meses pueden pasar muchas cosas, la elección no está definida. Para mí fue un mensaje al Gobierno por sus políticas económicas”, opina el intendente de Lanús y jefe de la campaña de Diego Santilli, Néstor Grindetti.
JxC a su vez cuenta con dos antecedentes que pretende no repetir: el salto de las primarias a las legislativas de 2017 en La Pampa y San Luis. Hace cuatro años, con Macri en la presidencia, Cambiemos ganó las PASO y perdió las generales. Ahora, el frente se volvió a imponer en esas dos provincias.
En San Luis, el PRO y el partido Demócrata apoyan la candidatura del actual senador nacional y exgobernador Claudio Poggi, quien le sacó casi 10 puntos de ventaja al aspirante de Alberto Rodríguez Saá. En La Pampa, la brecha fue la misma en favor de JxC: un 10 por ciento. En Chaco la diferencia fue similar: 8 puntos, entre el postulante cambiemita y el del Frente de Todos, Juan Manuel Pedrini, elegido por el gobernador Jorge Capitanich.
“En esas tres provincias, si nos dormimos nos la dan vuelta. Ahora los gobernadores se van a poner más las pilas”, afirma un armador nacional de Rodríguez Larreta.
El alcalde porteño dedicó sus últimos dos días a conversar con cada uno de los candidatos que quedaron en carrera. Habló con el amplio ganador de la PASO para senadores en Chubut, Ignacio Torres; con el ganador de la primaria para diputados en Entre Ríos, Rogelio Frigerio; y también con los vencedores y los vencidos de Córdoba: tanto con el derrotado Mario Negri, como con el exultante Luis Juez.
El desenlace cordobés tuvo un plus de adrenalina para Rodríguez Larreta. Mientras Macri había apoyado explícitamente la boleta de Negri, él empujó de forma subrepticia la lista Juez. Desde la Ciudad le facilitaron encuestas, asesoramiento y expertise de campaña. Fue una doble victoria. La visible, contra el peronismo. La emancipatoria, contra Macri.
Desde la semana próxima, Rodríguez Larreta comenzará con su ronda de visitas a los candidatos provinciales de JxC. Al momento, el alcalde había evitado exponerse al internismo cruzado de las PASO, donde candidatos amarillos, radicales y lilitos compitieron entre sí. Su única apuesta a la luz pública fue en el AMBA. Ahí le puso el cuerpo a la campaña de María Eugenia Vidal en Capital y de Diego Santilli en la Provincia.
Superado el fratricidio civilizado de las PASO cambiemitas en 17 provincias, ahora Larreta sí hará campaña federal. El tour le servirá para reforzar su condición de presidenciable y líder nacional. Su equipo está resolviendo una hoja de ruta. En concreto, resta definir a qué provincias conviene que vaya. Porque existen elecciones que ya están ganadas de antemano, como las de Mendoza, Corrientes o Jujuy. Incluso Córdoba pinta de triunfo ya cantado para la boleta de Luis Juez. El itinerario confirmado contempla cameos junto a Vidal y López Murphy en Capital. También, apariciones bonaerenses en compañía de Santilli y (todavía se está negociando) de Facundo Manes. En Santa Fe, Entre Ríos, Salta, La Pampa y buena parte de la Patagonia, Larreta se exhibirá.
AF