Qué se juega en el Congreso: el quórum de Cristina Kirchner y el avance de la oposición

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La moneda de la nueva composición del Congreso está en el aire desde el 12 de septiembre y terminará de caer esta noche. Pero si se repiten los resultados de las PASO, la peor cara de la moneda será para el oficialismo: Cristina Kirchner perderá el quórum propio en el Senado, y la bancada en Diputados quedaría aún más lejos del ansiado número de 129 legisladores propios que da la llave para iniciar cualquier debate. En definitiva, el Gobierno estará más obligado que nunca a negociar con la oposición.

Pero lejos de ser pesimistas, en el oficialismo buscan la cautela y evitan arriesgar cualquier desenlace. “Escenario incierto”, expresaron ante elDiarioAR desde una de las espadas parlamentarias del Frente de Todos, lo que marca la pauta que los resultados de las urnas se van a esperar con los dientes apretados. “Más de un millón de electores definen su voto en las últimas 72 horas, no estamos hablando del 15”, agregó, en referencia a la foto final que se verá el lunes.

La principal disputa política está en la Cámara alta, que hasta ahora conduce la vicepresidenta con una holgada mayoría propia. De las 72 bancas en total, el Frente de Todos tiene hoy 41. Pero si se repiten los números de las primarias en las ocho provincias que renuevan sus tres senadores (Catamarca, Chubut, Corrientes, Córdoba, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán), la bancada oficialista retrocedería a 35 escaños y estaría obligado a negociar con partidos provinciales para llegar a los 37 necesarios para el quórum. Sería una dura derrota, ya que de los 15 lugares que pone en juego en esta elección, apenas recuperaría nueve

En contraposición, Juntos por el Cambio lograría avanzar varios casilleros: pasaría de 25 a 31 senadores. De los ocho que pone en juego, sumaría seis más. Dominar el Senado es clave para obturar o ratificar cualquier proyecto que provenga de Diputados, así como avalar nombramientos de jueces, tema siempre sensible para Cristina Kirchner.

En ese marco general, y a juzgar por lo que dejó septiembre, cada distrito tiene sus particularidades de cara a las legislativas, con el atractivo especial que despiertan La Pampa y Chubut, donde el FdT quedó segundo y apuesta todas sus fichas para no entregar tan fácil el quórum. 

En La Pampa, el kirchnerismo confía en descontar los diez puntos de distancia que tuvo con la sumatoria de las cinco listas que jugaron la interna macrista. Busca sacar una tajada de esa dispersión opositora, sumar nuevos votos ante una mayor participación electoral y apelar a la historia: en las legislativas 2017 también remontó una primaria en desventaja y ganó por solo 76 votos.

Y en la provincia patagónica, como el peronismo fue dividido por fuera de las internas y ambas listas quedaron detrás de Juntos por el Cambio, hubo una fuerte presión oficial para que el gobernador Mariano Arcioni baje su lista. Pero no lo consiguió. 

A su vez, en Santa Fe el macrismo daría un batacazo contra el oficialismo local de Omar Perotti, ya que la interna de cuatro listas –con la sorpresiva victoria de la periodista Carolina Losada– le sacó diez puntos que parecen irremontables a la lista del FdT.

También parece estar echada la suerte en el resto de los distritos. JxC ganaría los dos escaños para la mayoría en las provincias radicales de Corrientes y Mendoza, quedando uno por cada distrito para el kirchnerismo. Situación inversa ocurriría en las peronistas Tucumán y Catamarca. 

La única jurisdicción donde el kirchnerismo no sumaría senador sería Córdoba, ya que Carlos Caserio –actual presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda– no podría renovar el cargo. Quedó tercero en las PASO detrás del macrismo –la boleta de Luis Juez se alzaría con la dos primeras bancas– y el peronismo local metería a Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti, quien ya remarcó su oposición a la Casa Rosada luego de que Alberto Fernández calificara a la provincia de “terreno hostil”.

La pelea para Diputados, provincia por provincia

La Cámara baja renueva un tercio de su composición y tiene una proyección nacional, ya que todas las provincias eligen representantes. Y si bien el Gobierno ansiaba en estas elecciones conseguir la mayoría propia para el quórum y marcar agenda, la dura derrota en las PASO en todo el país lo dejó muy lejos de tener 129 bancas propias. De hecho, el compás de espera que acaba este domingo hizo, por ejemplo, que un proyecto esencial como el Presupuesto 2022 aún esté congelado.

Con la foto de septiembre y comparando la composición actual, el FdT retrocedería de 120 a 117 diputados, mientras JxC sumaría un legislador a los que ya tiene: de 115 pasaría a 116. Si bien habría una cuasi paridad entras las dos fuerzas dominantes de la política actual, el macrismo se sentiría ganador: no solo porque pone más fichas en juego –sumaría una más a las 60 que está revalidando, en tanto el kirchnerismo renovaría 49 escaños de los 51 que le vencen en diciembre–, sino que aspira a sumar fuerza para su sueño idílico del 2023: que un gobierno no-peronista tenga mayoría en el Congreso, algo inédito en la democracia argentina. 

El resto de las 127 bancas que cambian este año se repartirían por el sistema proporcional D’Hondt entre los extremos del arco político –cuatro para el trotskismo y cuatro para la sorpresa de los libertarios–, y nueve para partidos provinciales. 

Como todos los comicios, la madre de las batallas será la provincia de Buenos Aires, que por su peso demográfico renueva 35 diputados. Si Diego Santilli repite su victoria, JxC obtendría 16 legisladores, entre ellos el neurólogo y debutante en la política Facundo Manes. Un escaño menos obtendría el FdT, con Victoria Tolosa Paz a la cabeza. Frente a otro “colorado”, el Gobierno volvería a sufrir la maldición que acarrea en todas las elecciones de medio término: nunca ganó desde que en 2009 Néstor Kirchner perdió contra Francisco de Narváez.

De las restantes bancas, dos serían para el Frente de Izquierda de Nicolás del Caño y Romina Del Plá y dos para los debutantes libertarios José Luis Espert y Carolina Píparo. Con las manos vacías quedaría el ex ministro K Florencio Randazzo.

La Capital Federal renueva 13 escaños, diez de los cuales son macristas. Y si María Eugenia Vidal gana como en septiembre, JxC renovará apenas siete lugares. El kirchnerismo obtendría tres lugares, con Leandro Santoro a la cabeza. Dos bancas quedarían para la boleta de la otra sorpresa libertaria: Javier Milei. Y la restante para Myriam Bregman de la izquierda.

La mayoría de las nueve bancas en disputa en Córdoba quedarían para JxC (se llevaría 5), mientras la fuerza del gobernador Schiaretti se alzaría con 3, con la figura de Natalia De la Sota, hija del fallecido ex mandatario. El FdT arañaría allí la banca restante, a cargo de Martín Gill. Y Santa Fe –que también pone nueve en juego– aportaría cinco diputados de JxC, tres para el kirchnerismo, y uno para el Frente Amplio Progresista.

Por la radical Mendoza –cinco bancas en disputa– volvería a Diputados Julio Cobos, junto a dos legisladores más por JxC. El par de bancas restantes las obtendría el FdT. Misma cuenta quedaría en Entre Ríos, donde en septiembre arrasó la boleta del ex ministro macrista Rogelio Frigerio.

JxC también ganó en Corrientes, gobernada por el radical Gustavo Valdés: allí sumaría dos bancas, contra una del FdT. El mismo resultado daría la elección en La Pampa y Salta. El macrismo ganaría dos bancas más en Misiones, pero la restante en juego sería para una fuerza provincial.

En las pocas provincias donde ganó el Gobierno las PASO, las victorias más contundentes fueron en Santiago del Estero –se quedaría con las tres bancas en juego– y La Rioja –se alzaría con las dos en disputa–. En Catamarca y San Juan se daría una cuenta 2 a 1 a favor del kirchnerismo. 

En Neuquén se mantendría el histórico liderazgo del Movimiento Popular Neuquino, con dos bancas frente a una de JxC. En Río Negro también ganó una fuerza local, y sumaría una banca, mismo número que la boleta macrista. Y situación parecida habría en San Luis, con dos bancas para la boleta encabezada por el ex gobernador Claudio Poggi y una para el kirchnerismo, lo que sería un duro revés para la dinastía Rodríguez Saá.

En otras provincias también habría duros revés para sus gobernadores. En Chaco –donde está Jorge Capitanich– y Tucumán –distrito del jefe de Gabinete y mandatario en licencia, Juan Manzur– la situación sería de empate, con dos diputados para el macrismo y dos para el kirchnerismo en cada provincia. Lo mismo en Chubut, Tierra del Fuego y Formosa –terruño histórico de Gildo Insfrán–, con un legislador para cada fuerza. 

También habría empate en Jujuy –donde gobierna el radical Gerardo Morales–, pero ahí entre tres fuerzas: el macrismo, el kirchnerismo y la sorpresa de la izquierda trotskista, cada uno con una banca. Y Cristina Kirchner no solo perdería el quórum en el Senado, sino también para Diputados en su provincia, Santa Cruz: el oficialismo de su cuñada Alicia Kirchner se llevarían un escaño, al igual que el macrismo y un partido local.

MC/WC