Tras comprobar que se acabó la etapa de su jefatura indiscutida dentro del PRO, Mauricio Macri se subió a un avión rumbo a Madrid. En la capital española sellará a fuego su afinidad ideológica con el Partido Popular (PP), la fuerza opositora al gobierno del Partido Socialista Obrero Españo (PSOE). El líder del PP, Pablo Casado, le está exigiendo al presidente Pedro Sánchez que renuncie y convoque a elecciones. Casado cuenta con el respaldo de otras dos fuerzas de derecha: Vox y Ciudadanos. Los tres espacios comparten cruzada en contra del oficialista PSOE .
En ese contexto tan alborotado y de resultado abierto, Macri fue invitado por Casado al Congreso del PP. El expresidente argentino dará un discurso con el jefe del PP. Así, se regalará un nuevo baño de antipopulismo global. Hace dos meses, había hecho algo parecido en un foro de líderes conservadores de América realizado en Miami. Durante la gira española en marcha, el ingeniero de la UCA además se encontrará con su amigo Mario Vargas Llosa y con los presidentes conservadores de Uruguay, Colombia y Ecuador.
Mientras Horacio Rodríguez Larreta busca correrse al centro, Macri reafirma su alianza con la derecha española y latinoamericana. El viaje del expresidente llegó después de haber acumulado un doble desaire en su contra. En un lapso de 48 horas recibió la negativa del alcalde porteño y la de María Eugenia Vidal. A ambos los recibió por separado en su casa de Acassuso. A los dos les sugirió que la mejor estrategia electoral era que la exgobernadora bonaerense fuera candidata en Provincia. Tanto Larreta como Vidal lo escucharon atentamente y después descartaron el consejo. Las charlas giraron alrededor de una coincidencia primordial: unidad hasta que duela.
Los exfuncionarios de Macri en la Ciudad le reconocen un lugar de liderazgo al expresidente. No tienen intenciones de apurar un parricidio que resultaría costoso para todo el PRO. Pero a la vez se animan a desacatar sus recomendaciones y mostrar un perfil que contraste con el del fundador del partido amarillo.
“Quiero ser bien claro: soy una persona de consulta desde mi experiencia, pero no peleo lugares ni me meto en discusiones internas”, difundió Macri apenas llegó a Madrid. El egresado del Cardenal Newman se muestra como una suerte de león herbívoro que está por encima de las pujas por los cargos.
Desde España, sin embargo, el expresidente tratará de influir sobre la definición de las candidaturas. Su vuelta a la Argentina está pautada para el 15 de julio, nueve días antes del cierre de listas.
El 8 de julio, presentará su Primer Tiempo en Madrid. Si bien el libro no colmó las expectativas de ventas - quedó muy por debajo del espejo invertido de Sinceramente de Cristina Fernández de Kirchner- Macri ya tiene planes de ir por una segunda obra. El expresidente proyecta escribir sobre su papá Franco. Sería un intento entre literario y psicológico de retratar una relación que por momentos se volvió tortuosa para el hijo mayor de Franco.
Macri viajó con su esposa Juliana Awada. También, con el ex secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, quien ofició de canciller en las sombras durante la presidencia macrista.
Tras su partición en el Congreso del PP, Macri tendrá ruedo en otro encuentro con clima de centroderecha. Será el foro atlántico. Ahí compartirá escena con la ascendente Isabel Díaz Ayuso, dirigente del PP que arrasó en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid.
En el acto también estarán el alcalde de Madrid José Luis Martínez Almeida y el ex presidente español José María Aznar. Los presidentes Luis Lacalle Pou (Uruguay), Iván Duque (Colombia) y Guillermo Lasso (Ecuador) se sumarán por zoom. El dirigente venezolano opositor Leopoldo López y el escritor Mario Vargas Llosa también participarán de la cumbre.
Al final de su tour pasará por Zurich, donde tiene agendada una serie de reuniones como titular de la Fundación FIFA. Regresará a Buenos Aires para la etapa decisiva del cierre de listas. Los preferidos mauricistas para las legislativas son halcones: Patricia Bullrich, Darío Nieto, Hernán Lombardi, Federico Angelini en Santa Fe y Gustavo Santos en Córdoba.
AF