Alberto Fernández intentó evitar, hasta último momento, las PASO en el peronismo de Santa Fe entre el gobernador Omar Perotti y su ministro Agustín Rossi. Intervino, sin el éxito esperado, vía Santiago Cafiero, el encargado de negociar una solución, al principio salomónica, que al final se limitó a que sea una rendición de Rossi. Agotados los plazos para enmendar boletas, solo quedan dos salidas: la primaria o que alguna de las dos boletas, desista de competir.
El presidente quedó frente a una encerrona: un ministro suyo, y justamente uno al que en el último tiempo incorporó a su mesa política, y al que promovió como candidato en Santa Fe, queda enfrente de un gobernador del PJ, lo que desafía una regla no escrita -y tampoco infalible- de los peronismos: que no se le hacen internas a un jefe de distrito sobre la base de que eso puede debilitarlo.
Cafiero, según reconstruyó elDiarioAR de fuentes del entorno de Perotti y de Rossi, gestionó un acuerdo pero la última alternativa que validó el gobernador fue inaceptable para el ministro de Defensa. Rossi aceptó bajarse de la senaduría para encabezar diputados, pero le dijeron que no. Luego propuso que sea Alejandra Rodenas, actual vicegobernadora, la que vaya en el primer escalón. Otro no. Se planteó que ni Rossi ni Rodenas vayan en la lista pero un dirigente de ese sector encabece la boleta y repartan los lugares. Tampoco. La contraoferta de Perotti fue un diputado entre los entrables. “Agustín hizo todos los esfuerzo para buscar un acuerdo porque se lo pidió Alberto. Pero del otro lado, no cedieron nada”, explicó una fuente del PJ.
Así se terminó de cristalizar un escenario problemático para Fernández. Permitir que Rossi siga como ministro en una primaria contra Perotti implica, a simple vista, consentir la disputa. Acelerar la salida del ministro le abre un frente tan o más complicado: buscar un sucesor para que se haga cargo de Defensa, un área especialmente sensible. y donde no abundan las figuras que pueden ponerse al frente. La historia reciente lo demuestra: Fernández, en su dibujo original, dijo que no quería recurrir a figuras que ya habían sido ministros, lo que excluía a Rossi, pero rápido optó por el santafesino por la dificultad y especificidad que tiene esa cartera.
Hay un hecho que grafica el nivel de complejidad. En noviembre pasado, un grupo de retirados lanzaron la “Mesa de Enlace Militar”, una especie de espacio político para elevar demandas sindicales de la fuerza pero, sobre todo, con un objetivo de presión política. Rossi desactivó la operación en 12 horas e hizo desfilar, luego de una foto y notas en los medios, a los ex militares con desmentidas públicas. Fernández corroboró, frente a ese episodio, que había acertado con la elección del ministro.
La semana pasada, Cristina Fernández charló con el ministro y elogió su desempeño en Defensa, dato que más allá del halago fue una forma indirecta de pedirle que se baje de su candidatura en Santa Fe. No ocurrió y 48 horas después, cuando escaló la tensión, Perotti habló con Cristina y le ofreció bajar a Roberto Mirabella de la lista del Senado para poner en ese lugar a Marcelo Lewandowski, escoltado por María de los Ángeles Sacnun. En el rossismo dicen que la vice jamás le pidió que se baje. En el perottismo afirman que la decisión de validar a Sacnun como segunda de Lewandowski, Cristina por la decisión de Rossi de mantener su lista en carrera.
Derivaciones
Desde Lima, el miércoles a la noche, Fernández dijo en una entrevista con el canal C5N que los ministros que son candidatos deberán dejar sus cargos en el gabinete. “Es una regla ética”, especificó y resolvió, al menos parcialmente, un dilema. “Es una regla que yo puse”, dijo el presidente y amplió: “Una regla ética que quiero preservar y la verdad es que de Daniel Arroyo es muy grande, también la pérdida de Agustín (Rossi) es muy grande para mí. La pérdida de Vicky Tolosa Paz es muy grande pero es la regla que me impuse”.
Fernández, como contó este diario, tiene decidido que el intendente de Hurlingham Juan Zabaleta será el reemplazante de Daniel Arroyo en Desarrollo Social. Es una carta que está en la baraja de Fernández desde la semana pasada y que elDiarioAR contó en una crónica publicada el miércoles 21 de julio donde da cuenta que para el lugar de Arroyo figuraban Zabaleta, Mariano Cascallares o Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo Social bonaerense.
Tras el cierre, el presidente tenía resuelto ese movimiento que terminó de coronar en una charla mano a mano el domingo en Olivos. Sin embargo, no había contemplado tener que cubrir ahora la vacante que, tarde o temprano, dejará Rossi.
Por eso, la primaria del PJ de Santa Fe, además de ser un problema político para Fernández porque involucra a un gobernador y a un ministro suyo, también es un problema operativo porque tiene que encontrar un sucesor para Rossi para Defensa, ministerio que no aparecía entre los que tenía previsto modificar. Dato adicional: Rossi apareció, en alguna conversación, como una figura que Fernández podría ubicar en otro cargo de mayor volumen político pero, sobre todo, figuraba entre los ministerios no alcanzados por aquello de “funcionarios que no funcionan” que dijo Cristina Fernández.
Otro hecho precipitó todo. La decisión de Axel Kicillof de hacer jurar como ministro de Salud a Nicolás Kreplak, en lugar de Daniel Gollan, que va segundo en la lista detrás de Victoria Tolosa Paz estableció un parámetro que a Fernández le costará obviar. ¿Por qué algunos ministros dejan su cargo y otros no?
En el plan original, Fernández tenía otro plan: hacer los cambios en el gabinete, con la salida de Arroyo, después de las elecciones y como parte de un cambio más grande, una especie de relanzamiento de su staff de gobierno. El lunes, de hecho, cuando terminó de ajustar con Arroyo que sería candidato, le dijo que se prepare para hacer campaña y seguir en el ministerio. Pero el caso Rossi forzó un cambio de planes. Y, como contó este diario, una disputa doméstica en Hurlingham, terminó de acelerar el desembarco de Zabaleta en Desarrollo Social. “”Vamos a esperar a mi regreso y vamos a poner todo eso en orden“, dijo Fernández este miércoles y dio más precisiones. ”Tengo un nombre para suceder el nombre a Daniel Arroyo, pero téngame paciencia un poquito, voy a volver a llegar a la Argentina, voy a reunirme con esa persona y ahí lo anunciaremos“, anticipó.
Aquí se contó que la jura de Zabaleta sería al regreso de Fernández de Perú. Una opción es que sea este mismo viernes. La otra es que se postergue para la semana que viene. De ese modo, se marcarán los tiempos también para Rossi. Una explicación para que ese caso se demore es que el santafesino, en verdad, participa de una primaria porque es precandidato mientras los demás, Tolosa Paz, Gollan y Arroyo, integran listas únicas.
En gobierno se fijó como deadline el 18 de agosto, día que según el calendario electoral comienza a regir la prohibición de realizar actos institucionales. Pero todo indica que el recambió deberá acelerarse. Hay, incluso, nombres en la ruleta aunque circulan como versiones oficiosas. Es el caso de Alejandro Granados, intendente de Ezeiza, que sonó para ese mismo cargo cuando Daniel Scioli era candidato a presidente y empezó la designación, prematura, de un gabinete ficcional porque luego perdió la elección.
PI