Horacio Rodríguez Larreta empieza a sentir una presión cruzada. El alcalde ya no sólo convive con una Patricia Bullrich discursivamente indomable, que pretende encabezar la boleta de diputados por la Capital con el aval de Mauricio Macri. Ahora se le suma el reclamo velado del vidalismo para que Rodríguez Larreta ordene la boleta en su distrito, sin la necesidad de exponer a la exgobernadora bonaerense a una PASO contra Bullrich. Aunque María Eugenia Vidal la derrote, la primaria dejaría heridos de ambos sectores.
La mera existencia de una PASO porteña entre Bullrich y Vidal será leída como una imposición de Macri, en el territorio que gobierna Larreta desde hace seis años. El alcalde ensaya un equilibrio riesgoso. A 45 días para el cierre de listas, el armado de Juntos por el Cambio en la Capital y la Provincia es un enjambre de dudas. Vidal deshoja la margarita entre tres destinos: postularse en la electoralmente amigable Capital; sacrificarse para perder dignamente (o intentarlo al menos) contra el Frente de Todos en la Provincia, tal como le pide Macri; o entregarse a “vivir” y no ocupar un cargo, como le insisten sus hijas y su pareja Enrique Sacco.
En contra del deseo mauricista, la alternativa bonaerense suena cada vez más lejana. Sobre todo porque ella no pretende ser candidata a gobernadora en 2023. Y la chance de perder por más de 10 puntos contra el kiciloffismo, con el proceso de vacunación a toda marcha en la Provincia, sería un golpe drástico contra su buena estrella. Uno mucho peor que el recibido en 2019. Esta vez no contaría con el atenuante que incluyó de forma elíptica en su libro Mi camino: el de haber sido perjudicada por compartir boleta con un Mauricio Macri devaluado y en retirada.
Al momento está más orientada hacia boleta capitalina. En ese caso Vidal preferiría no someterse al desgaste de una primaria contra Bullrich. La exministra de Seguridad, también quisiera ahorrarse ese choque. Ambas apuestan a un dedazo externo que las acomode al tope de la lista porteña. Pero se tratan de padrinazgos distintos: el de Macri y el de Rodríguez Larreta. ¿El del pasado y el futuro? Se verá. Para que así sea, el alcalde debería adelantar el parricidio simbólico.
El consultor Lucas Romero, director de Elypsis, pone el dedo en esa llaga con una metáfora provocadora: “La oposición tiene que sacrificar a Macri en público”.
“¿Existe otro caso en el país en el que un gobernador no elija quien encabece su lista de diputados?”, se pregunta retóricamente un exfuncionario de Vidal. “Si eso no sucede, una lectura sería que Horacio no tiene la autoridad para decidir y qué Macri sigue conduciendo. Ese sería el mensaje para todo el sistema”, desafía el dirigente vidalista.
De visita en TN, Bullrich también desalentó la conveniencia de ir a una PASO con Vidal. “¿Qué va a decir la gente de nosotros? Van a decir ‘se pelean por un cargo'... yo no tengo ni la edad ni las ganas para pelearme por un cargo”, afirmó. La presidenta del PRO pretende que Vidal se postule en Provincia y le deje la Capital allanada para liderar un triunfo prescrito. En 2015, la PASO porteña entre Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, con derrota para quien sería vicegobernadora de Macri, marcó final del michettismo como corriente interna del PRO.
En territorio bonaerense, Larreta enfrenta otro brete. Se enfrenta al desafío de que el intendente de Vicente López Jorge Macri le juegue una PASO a su crédito porteño: el vicealcalde Diego Santilli. ¿Y si pierde Santilli? Jorge Macri se mueve en sociedad con Patricia Bullrich.
Este martes la jefatura nacional de JxC tendrá un nuevo cara a cara. El anterior había sido en abril. El encuentro se escenificará en un salón de Palermo llamado el Galpón de los Milagros. Los invitados son: Macri, Vidal, Larreta, Bullrich, los radicales Mario Negri, Martín Lousteau, Luis Naidenoff, más los representantes lilitos. ¿La presencialidad de la cita servirá para ordenar el hormiguero de la coalición opositora? En absoluto. Aflojará tensiones, como objetivo de máxima. Los detalles de las postulaciones no se resolverán en una reunión ampliada.
Vidal se definirá recién a fin de mes. Este miércoles viajará a Estados Unidos invitada por la OEA. La exgobernadora ya había sido designada veedora de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para las elecciones legislativas de El Salvador, el 28 de febrero pasado. Ahora el organismo conducido por el uruguayo Luis Almagro le dará otra misión. Y a su vez le armó una agenda de encuentros y visitas en Washington. Vidal se juntará con empresarios y representantes de ONGs. Su exministro de Economía en la Provincia, Hernán Lacunza, también la ayudó con la organización de algunas citas con actores del poder estadounidense.
A diferencia de Macri, Vidal no se vacunará en Washington. Así justificó su negativa en el programa de Alejandro Fantino: “Creo que en Argentina estamos en un momento de mucho descreimiento de la política, la gente le pide a los dirigentes que den el ejemplo en su máxima expresión. Es un momento de hacer gestos, aún cuando yo crea que no está mal vacunarse en el exterior, yo decido no hacerlo porque creo que muchos argentinos están esperando ejemplos”. Un guiño, otro más, de diferenciación con su (ex)jefe.
AF