“Se pierde por afano”. Todavía faltaba casi una hora para que Rodrigo de Loredo reconociera públicamente la victoria del peronismo en las elecciones de Córdoba Capital, que Patricia Bullrich ya admitía por lo bajo el peor escenario para Juntos por el Cambio. La foto de unidad opositora que buscaron armar con Horacio Rodríguez Larreta se frustraba antes de concretarse. La frase del candidato radical desde el escenario fue la descripción más elocuente de la noche: “Los hice venir al pedo” ya es un meme de la política vernácula.
Es que toda la coalición opositora en bloque se concentró en la ciudad mediterránea para ungir a un dirigente que algunas voces lo consideran un diamante en bruto. Tendrán que esperar para sacarle brillo. Bullrich y Larreta fueron a capitalizar una victoria que De Loredo les prometió convencido: se lo decían sus encuestas y hasta un boca de urna “digital” que en horas de la tarde lo daban 47 a 45 sobre el peronista Daniel Passerini.
Los presidenciables fueron con sus respectivos compañeros de fórmula –el mendocino Luis Petri y el jujeño Gerardo Morales–, y con sus aliados circunstanciales: Martín Lousteau, jefe político del cordobés en la facción radical Evolución, Alfredo Cornejo, accionista del Grupo Malbec que apoya a Bullrich, y el ecuánime gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés. Hasta Mauricio Macri llamó por teléfono desde Europa.
Ninguno tuvo la postal que quería. Sobre el escenario, en silencio, Larreta y Bullrich se ubicaron a cada lado de De Loredo. Se habían encontrado antes, en un salón VIP del búnker. Allí evitaron fotografiarse. Una voz testimonial del encuentro aseguró a elDiarioAR que fue “sin fricciones”.
Consumado el resultado –pese a que todavía no había números oficiales–, ambos intentaron tapar la derrota con expresiones vía las redes sociales. “Felicitaciones @RodrigodeLoredo y @SoherElSukaria por la elección y la campaña que llevaron adelante en la Ciudad de Córdoba. Con propuestas en vez de chicanas, con un plan y una visión de futuro para la ciudad, en vez de agresiones, y con un gran equipo muy comprometido. Juntos vamos a seguir trabajando para ganar este año y hacer el cambio de nuestras vidas en Córdoba y en toda la Argentina”, escribió Larreta en Twitter. “Siempre con los cordobeses y con @rodrigodeloredo. La lucha sigue en cada rincón del país. El cambio es imprescindible e imparable”, lo siguió Bullrich.
En el larretismo creían que anoche sumaban un distrito más a la serie de victorias que recogieron recientemente en las provinciales de San Juan, San Luis y Santa Fe. Un armador en las provincias del jefe de Gobierno lo teorizó como la “trazabilidad de la gobernabilidad”. Tendrá que hacerle una cruz al punto de Córdoba en el mapa nacional.
En el bullrichismo esperaban un triunfo para apuntalar su idea-fuerza del “cambio”, “todo o nada”. Aún confían en que en el distrito mediterráneo la exministra encabeza las encuestas. Aventuran que podría ser la provincia que le dé la victoria en las PASO, como un revival del Macri 2015. Anoche la tierra prometida de JxC fue un paso en falso.
Pase de facturas
Una de las pocas veces que Larreta y Bullrich se mostraron juntos durante su disputada campaña había sido justamente en la misma capital cordobesa, cuando Luis Juez lanzó su candidatura para gobernador. Entonces el alcalde le estampó un sorpresivo beso a la exministra, que a su lado calificaron como “el beso de Judas”. Después vendría el coqueteo electoral de Larreta con Juan Schiaretti y la derrota del senador en la contienda provincial. La unidad se empantanó y anoche hubo pase de facturas.
“Los dirigentes no se juegan por nadie. Semanas atrás dijeron que podían arreglar JxC, pero hay una confusión y una mezcla. A la gente no le da todo igual”, recogió elDiarioAR de una fuente muy involucrada en el armado opositor cordobés. Como hace un mes por Juez, en el capítulo local cambiemita creen que el jefe de Gobierno fue uno de los culpables por la performance de De Loredo.
“Patricia siempre vino a apoyar a los candidatos. Ella siempre está, nunca especuló”, defendió la voz, accionista del PRO. Cerca de Bullrich creen que el alcalde pactó con Schiaretti en el momento en que Javier Pretto saltó del partido amarillo –adonde había llegado por Larreta– a ser el vice de Passerini.
La campaña también se enrareció cuando dos candidatos a concejales de la lista de De Loredo –Cristian Chesarotti, que iba 9º y Jessica Rovetto Yapur, 10º– quedaron involucrados en investigaciones vinculadas con el narcotráfico. Anoche lo recordaban en off desde el larretismo.
Ausentismo vs. cordobesismo
Otra causa del golpazo en contra podría ser la altísima abstención. De 1,1 millón de electores, más de 475.000 cordobeses no fueron a votar. El 40% del padrón. En los comicios provinciales había sido un tanto menor, el 32%. Hasta Macri culpó públicamente al peronismo de desalentar la participación, luego de que la Junta Electoral anunciara que no habría sanciones para quienes no asistieran a votar.
Pero los resultados fueron contundentes en favor del oficialismo. Passerini juntó poco más de 312 mil votos –47,72%–, 30 mil más que Martín Llaryora –el gobernador electo– en la misma ciudad durante las elecciones provinciales de hace un mes. De Loredo recogió anoche casi 262 mil sufragios –39,98%–, 26 mil más que Juez en aquella oportunidad.
Sobre el dueto Llaryora-Passerini, que será el encargado de la transición generacional del “cordobesismo” que fundó José Manuel de la Sota, el gran ganador del domingo fue Schiaretti. Con De Loredo reconociendo la derrota bien temprano –a diferencia de Juez, que tardó casi una semana–, el mandatario local pudo usar de trampolín las elecciones municipales para su pelea en las PASO nacionales.
“Queremos que termine la maldita grieta que tanto nos hace daño”, dijo Schiaretti como último orador en el búnker de Hacemos Unidos por Córdoba. Resumió su candidatura en “la división de poderes, la libertad de expresión y no espiar ni perseguir a nadie”. Y haciendo leña del árbol caído, buscó sacar provecho de la unidad de JxC que ayer quedó trunca: “No se hace una buena gestión si se viven peleando como perros y gatos entre los políticos, si solo se hacen fotos marketineras”.
MC