A días de asumir, Javier Milei continúa definiendo su gabinete. Sandra Petovello, como se confirmó, será la ministra de Capital Humano, de cuya órbita dependerá Educación, que bajará de rango, de ministerio a secretaría, y María Eleonora Urrutia está llamada a ser la secretaria del área. ¿Quién es la posible funcionaria del gobierno de La Libertad Avanza?
Nació en Mendoza, estudió Derecho en la Universidad Nacional de Cuyo y continuó su formación en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), donde obtuvo el máster en Economía y Ciencia Política, la misma institución donde Milei es docente y tiene un doctorado honoris causa.
La ESEADE es un instituto universitario de educación privada que fundó en 1978 Alberto Benegas Lynch (h), a quien el presidente electo considera el máximo exponente del liberalismo. De allí nació el vínculo de Urrutia con el ideario liberal, lo que también la llevó a desempeñarse como investigadora en la Universidad del Desarrollo de Chile, otra institución de marcado corte neoliberal.
Su trabajo no es lo único que la mantiene conectada al país andino. Urrutia está casada con Hernán Büchi, el ministro de Economía de Chile durante el gobierno de facto de Augusto Pinochet, entre 1985 y 1989, y defensor acérrimo del libre mercado. Su vínculo con la dictadura chilena no se reduce a su matrimonio: abarca también sus escritos y publicaciones en redes sociales, donde niega el terrorismo de Estado ejercido por los militares a ambos lados de la cordillera de los Andes.
Respecto del gobierno militar argentino, en 2018, a 42 años del derrocamiento de María Estela Martínez de Perón, Urrutia publicó un artículo en el diario chileno El Líbero, donde subraya la manera “pacífica” de proceder de la dictadura de Jorge Rafael Videla a la hora de tomar el poder. “La pacífica sublevación militar que destituyó al gobierno de Isabelita gozó de un apoyo irrestricto de parte de todos los partidos políticos, personalidades y estamentos de la sociedad civil de todas las ideologías”, escribió.
La abogada se apega, como ya lo han hecho Javier Milei y su vice, Victoria Villarruel, a la teoría de los dos demonios y la noción de “excesos” cometidos en el marco de una “guerra civil” para justificar las torturas, homicidios y desapariciones forzadas cometidas entre 1976 y 1983 en Argentina. Incluso ya llegado a afirmar que las Fuerzas Armadas no han cometido delitos de lesa humanidad, como se les ha atribuido en el Juicio a las Juntas, dado que no existían a nivel nacional “leyes vigentes al momento de los hechos” que contemplaran tales crímenes y porque todos los actos delictivos se cometieron contra “población combatiente”.
ACM