Con la abrupta suba del dólar paralelo como telón de fondo, la mesa chica de Juntos por el Cambio volverá a reunirse este martes para reforzar un programa económico consensuado entre sus accionistas. El cónclave de los presidentes de los partidos socios –el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano– revela la ansiedad que tiene la oposición para ofrecerle al electorado una salida plausible a la crisis, en medio de su propia interna política, y cuando faltan poco menos de cuatro meses para las PASO.
En los hechos, la intención de la cumbre opositora es comenzar a diagramar la agenda de una serie de reuniones “a corto plazo” con los economistas que están asesorando a todos los precandidatos de la coalición, según supo elDiarioAR de uno de los dirigentes invitados al convite. La cita es a las 10 en la sede de la fuerza de Elisa Carrió en CABA. Allí será anfitrión el diputado nacional Maximiliano Ferraro. Recibirá al flamante titular del PRO, Federico Angelini, que reemplaza a Patricia Bullrich por su licencia para la campaña, al radical Gerardo Morales y al peronista Miguel Ángel Pichetto.
La aceleración de la crisis económica que no logra resolver la Casa Rosada –el blue superó ayer los $460– motivó a la mesa chica política a volver a encontrarse, luego de la reunión ampliada de sus máximos dirigentes en febrero pasado, cuando abrieron la polémica al advertir sobre “una bomba” que estaría dejando el Frente de Todos: “Están dejando una situación peor que la de 2015 y una bomba armada para el pueblo argentino”, expresaron entonces en un comunicado.
Después de eso se subieron a la ola de críticas por la inflación de marzo del 7,7% y cuestionaron muy duro la decisión de Sergio Massa de obligar al sector público a cambiar bonos en dólares por títulos especiales en pesos. La última discusión económica abierta llegó el fin de semana, cuando el director argentino ante el FMI, Sergio Chodos, acusó a exfuncionarios de Mauricio Macri de pedirle al organismo que bloquee fondos frescos para el país.
Los calificó de “antipatriotas”. Y aunque no los mencionó públicamente, trascendió que se trató de Hernán Lacunza, ex ministro de Hacienda; Alfonso Prat Gay, antecesor en el Palacio de Hacienda, y Guido Sandleris, ex titular del Banco Central, quien rechazaron la acusación. “A la oposición no le importa incendiar la patria para lograr sus objetivos”, cargó ayer el jefe de Gabinete, Agustín Rossi.
Justamente Lacunza es uno de los economistas de PRO que orbita alrededor de dos de sus precandidatos. El ex ministro trabaja en los planes de gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Bullrich, a su vez, tiene como asesor principal al diputado Luciano Laspina y al ex banquero Enrique Cristofani. “La idea es reunirse con todos los economistas. Vamos a organizar eso”, sostuvo la influyente fuente de JxC consultada sobre la reunión de este martes.
Son varios los técnicos que aportan masa crítica a los postulantes opositores. El asesor principal de Morales es Eduardo Levy Yeyati. Otros especialistas consultados son Matías Surt (del instituto Hannah Arendt, vinculado a Carrió) y Juan Carlos Sánchez Arnau (del espacio de Pichetto). También son economistas de referencia en la oposición los legisladores Ricardo López Murphy, Martín Lousteau y Martín Tetaz.
Shock o gradualismo
La interna en JxC que protagonizan Bullrich y Larreta tiene como componente económico la diferencia en los tiempos sobre los cuales aplicar un ajuste fiscal que ambos coinciden como inevitable para bajar la inflación. Mientras la ex ministra de Seguridad piensa en “dinamitar” el régimen actual desde el día cero –tal como lo expresó en el Foro Llao Llao–, el jefe de Gobierno apuesta a un discurso más moderado –suele hablar de “desarrollo” y “plan integral”–.
La preocupación por la economía ya motivó una reunión que les pidió Macri a los precandidatos amarillos a principios de este mes. En las oficinas del ex mandatario en la avenida Libertador –como publicó entonces elDiarioAR– la idea que se compartió fue que, en caso de ganar las elecciones, el ajuste económico debe comenzar antes de asumir.
“Es muy posible que durante los últimos meses de este Gobierno y en los primeros meses del próximo haya que ir digiriendo el desastre que se está haciendo en materia inflacionaria”, dijo, por caso, Laspina la semana pasada en Bariloche.
El plan de Bullrich para “salir lo más rápido posible del cepo cambiario”, según sus dichos textuales, contempla: “Equilibrar las cuentas públicas, reformar el Banco Central, tener los precios relativos alineados y haber unificado el tipo de cambio”.
Larreta, a su vez, prometió “terminar con el déficit” en un año y usó las figuras de “revisar” y “bajar” los gastos para evitar hablar de ajuste. Planteó también la necesidad de que el Banco Central sea independiente y prometió levantar los controles de cambios, pero sin adelantar cuándo.
Pese a ciertos coqueteos con los libertarios, en JxC no hay quien apueste a un plan de dolarización como plantea Javier Milei. De hecho Lacunza salió a contestarle el fin de semana al diputado y precandidato por su plan “mágico”, como lo calificó: “Para dolarizar se necesitaría un tipo de cambio cercano a $3000 por dólar. Ni siquiera es atractivo”, le dijo a CNN.
Pichetto también se metió en el debate económico y dijo el domingo: “Sería importante que medianamente vayan tratando de estabilizar la economía”, le apuntó al Gobierno, y descartó que sea conveniente para la oposición que “todo vuele por los aires”.
En el radicalismo apuntaron a elDiarioAR que el cepo puede sacarse “recién en doce meses”, luego de que se impongan ciertas condiciones de “estabilización”, como sería corregir el tipo de cambio. Según el especialista consultado, tendría que haber una devaluación que lleve al dólar cerca de su cotización MEP, que ayer estuvo en $443.
“El shock fiscal es la solución menos mala de todas”, apuntó la calificada fuente económica, que también rechazó la dolarización, pero vaticinó que la escalada de la inflación podría seguir hasta ubicar la suba de precios en los dos dígitos mensuales. En ese escenario, planteó una dura advertencia hacia el Gobierno: “Massa no llega a agosto”.
MC