¿Cuántos de los presidenciables habrán tomado este 1 de agosto en ayunas la caña con ruda? Cuando restan apenas una docena de días para las PASO nacionales, cualquier artilugio podría servir para buscar un resultado exitoso en las urnas dentro de dos domingos. Con el panorama todavía abierto entre el oficialismo y la oposición, y para entender dónde estamos parados y qué puede esperarse de cara a las primarias, aquí, una suerte de brújula política en cinco claves.
Clave 1: la película de las fotos provinciales
Juntos por el Cambio dio el batacazo en Chubut, arrebatándole el poder al PJ luego de 20 años. El triunfo de Ignacio Torres reforzó en el bando opositor lo que entienden como una “ola de cambio” que ya se vio en otros distritos. Por eso viajaron hasta allá Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. En el búnker de Unión por la Patria y en el Gobierno “localizaron” la derrota del peronista Juan Pablo Luque, sobre todo por la mala gestión de Mariano Arcioni, de vínculos con Sergio Massa. Lo mismo argumentaron para otros comicios.
Aunque las performances provinciales no son extrapolables a nivel nacional, poner la lupa en las que hubo hasta ahora podría marcar una tendencia del humor social dominante. La oposición está muy cerca al menos de duplicar la cantidad de distritos que tendrá bajo su radar desde el 10 de diciembre: a los que ya tiene –Capital Federal, Mendoza, Corrientes y Jujuy–, sumaría San Juan, San Luis, Neuquén y Chubut. Ya ganó además las PASO en Chaco y Santa Fe. Y pese a la derrota, hizo una elección competitiva en Córdoba y sumó números inéditos en La Pampa.
Sin ser cifras taxativas, en un recuento a grosso modo de las 17 elecciones provinciales que hubo este año, la marca JxC –más aliados circunstanciales– lleva sumados unos 4,2 millones de votos. Los dispositivos locales que se presentaron vinculados a UP, el Gobierno o al kirchnerismo estarían un millón de sufragios abajo. Todo el espectro peronista rondó los 4,5 millones de votos, pero incluyendo ahí opciones silvestres e independientes como la del cordobés Martín Llaryora –delfín de Juan Schiaretti–, cuyo electorado podría repartirse en las PASO entre el antikirchnerismo.
Clave 2: la abstención y el voto en blanco
Chubut también fue noticia por el nivel de ausentismo de su electorado. La participación a las urnas fue del 69,28%, una marca récord: por primera vez desde el retorno democrático en una elección local fue a votar menos del 70% del padrón. En las PASO de Santa Fe –dos domingos atrás– participó el 63% del electorado, el registro más bajo desde 2011, año en que comenzó a aplicarse el régimen de primarias.
El promedio de las votaciones ejecutivas provinciales se ubica alrededor del 70%, lo que refleja una merma de 5 puntos en la concurrencia, en espejo con lo que sucedió en 2019, como ya elDiarioAR explicó en detalle la semana pasada. El ausentismo es una alerta clave para entender el clima social imperante de cara a las presidenciales. La excepción provincial fue Tucumán, que casi llegó al 85% de asistencia: el resto de las provincias estuvieron por debajo de 77%.
El descontento también se puede palpar en el voto en blanco. En Chubut fue la cuarta opción, con 10,37 %, luego de los candidatos de JxC (34,87), el peronismo (33,01) y el candidato referenciado en Javier Milei (12,43). El promedio de las provinciales está muy cerca de los 8 puntos. El caso de mayor impacto fue Tierra del Fuego, con 21,07%.
Clave 3: la preponderancia de Buenos Aires
Es una verdad de perogrullo que la provincia de Buenos Aires define la elección nacional por su peso relativo en el mapa electoral. De las 35.394.425 personas habilitadas para votar en todo el país, el distrito bonaerense concentra el 37,04%, poco más de 13 millones de votantes. Muy detrás están las demás jurisdicciones principales: Córdoba tiene el 8,66% de padrón, Santa Fe, 7,96%, y la Capital Federal, 7,16%.
La Provincia tendrá entonces un papel clave a nivel político. Por el lado del oficialismo, es la apuesta de Unión por la Patria para contrarrestar la avanzada antikirchnerista en la franja centro del país. Una lectura focalizada interpreta que es también el máximo bastión del kirchnerismo, no solo por la búsqueda a la reelección del gobernador Axel Kicillof, sino por el refugio que puede ser para todo el dispositivo referenciado en Cristina Kirchner en un hipotético gobierno nacional de JxC, sobre todo por la dificultad que tiene la campaña de Massa con una inflación interanual de 130 puntos. Aunque tiene interna con Juan Grabois, el deseo del ministro de Economía es quedar en las PASO como el candidato nominal más votado para llegar con chances a octubre.
Para la oposición también es determinante el distrito por lo pareja que está la interna entre Larreta y Bullrich. Si los sondeos que se conocen le dan la ventaja a la exministra, sobre todo en el interior del país, en las huestes del jefe de Gobierno prenden velas para que una buena cosecha en el conurbano bonaerense incline la balanza a su favor. En el AMBA aparece como favorito el larretista Diego Santilli, precandidato a gobernador bonaerense, que disputará las PASO contra el bullrichista Néstor Grindetti. En esa reñida contienda, tanto Larreta como Bullrich buscarán aprovechar el sprint final para profundizar sus apariciones en la provincia y sumar aliados internos.
Siendo una pecera tan grande, también es el lugar donde quieren pescar votos los libertarios y la izquierda, que llega a las internas con una oferta relegada en el debate político por la concentración mediática que tuvo Milei. Si la elección presidencial se polariza más entre UP y JxC, la apuesta de las dos fuerzas de extremo será sumar fuerza para sus respectivas bancadas en el Congreso.
Clave 4: la votación concurrente en Capital Federal
Por primera vez habrá elecciones “concurrentes” en CABA: serán simultáneas con las nacionales, pero los precandidatos a jefe de Gobierno se elegirán por el sistema de boleta electrónica, y no por la tradicional de papel. Para los porteños será un desafío, porque el mismo día tendrán que utilizar dos métodos de votación distintos, y para dos peleas políticas diferentes. Ambos sistemas van a convivir en el mismo cuarto oscuro: primero se votará para las PASO nacional, con las boletas dispuestas en un biombo de cartón en un rincón del aula, y luego en la porteña, con la máquina de voto electrónico situada en otro rincón.
Para “capacitar” al electorado, el Instituto de Gestión Electoral comenzó a desplegar unos 150 dispositivos de votación electrónica en “puntos de alto tránsito”.
La concurrencia fue una decisión política de Larreta, que logró así esquivar el intríngulis para definirse a las claras sobre su sucesión: dentro de la misma interna de JxC, el PRO postula a Jorge Macri y el radicalismo va con Martín Lousteau, aliado del alcalde en la pelea nacional. Con el alcalde intentando jugar al equilibrista, hay expectativa sobre los movimientos que pueda hacer el expresidente Mauricio Macri para terminar de inclinar la balanza en favor de su primo. El partido amarillo gobierna la Ciudad desde hace 16 años.
Clave 5: las otras elecciones
Si bien la atención para el domingo 13 está puesta en las presidenciales, el mismo día habrá elecciones para otros cargos políticos. Además de Buenos Aires y la Capital Federal que elige a sus candidatos para los cargos ejecutivos, ese día también elegirán postulantes para la gobernación en Santa Cruz, Entre Ríos y Catamarca. Y habrá comicios en un sinfín de municipios, como todos los del conurbano, claves en la pelea bonaerense.
A nivel nacional se vota también la renovación de bancas parlamentarias: la mitad de Diputados y un tercio del Senado. Entre todas las provincias se elegirán 135 nuevos diputados, con Buenos Aires otra vez como preponderante: aportará 35 bancas. Ocho distritos eligen sus tres senadores: Buenos Aires, Formosa, Jujuy, Misiones, La Rioja, San Luis, San Juan y Santa Cruz. Cómo quede distribuido el Congreso será clave para el próximo gobierno y sus intenciones de avanzar en cualquier tipo de reformas, más cuando la realidad actual es una parálisis virtual por la paridad numérica entre oficialismo y oposición.
También se sufragan 43 nuevos legisladores al Parlasur: 19 serán electos a nivel nacional por distrito único, un tramo que va pegado a la boleta presidencial, y otros 24 distritales, uno por cada jurisdicción.
Lejos de que la carrera por la Casa Rosada se defina en dos domingos, será recién el primer paso. El calendario se extenderá al menos por dos meses más: las generales están agendadas para 22 de octubre. Y si ninguna fórmula logra más del 45 por ciento de los votos o una diferencia con el segundo de más de diez puntos, habrá balotaje, con fecha prevista para el 19 de noviembre, a menos de un mes de la asunción del próximo presidente.
MC/DTC