José Luis Espert debutó en el arte de ser diputado. Presentó un proyecto y se peleó tanto en la Comisión de Presupuesto como en el plenario. Ganó en la sesión que le bochó el proyecto de Presupuesto 2022 al Gobierno y perdió en el debate sobre la suba del piso de Bienes Personales. En sus dos semanas como diputado, ya mostró diferencias respecto a su socio y friendenemy ideológico Javier Milei. Si bien ambos son economistas ultraliberales, Espert desplegó un perfil más orgánico que Milei, quien estuvo ausente en la reunión de Comisión en la que se debatió el Presupuesto. Espert relativiza esas diferencias, pero tampoco las niega.
El FMI criticó la gestión de Mauricio Macri con el préstamo que recibió. Le achacó fuga y falta de controles, entre otros puntos. ¿Qué opina?
La gestión de Macri fue un desastre. No en vano terminamos en una crisis impresionante en el 18 que siguió en el 19. Por eso perdieron la elección. Así que la crítica del fondo está bien hecha. Yo le critico al Fondo toda la plata que le dio a Macri sin ninguna condicionalidad prácticamente. Fue muy livianito para entregarle 57.000 millones de dólares. Debería haberle pedido mucho más. Hubiera sido necesario que se inmolara y se olvidara de la re-reelección, haciendo el ajuste que había que hacer. Cuando uno plantea un acuerdo con el FMI es porque se fue a la B previamente. Argentina se fue a la B porque tomó demasiada deuda. Eso es todo.
¿Fue un préstamo político influenciado por Donald Trump para favorecer a Macri?
Sí, sí. Yo lo dije siempre: este préstamo del Fondo no es para salvar a un país, sino para salvar a un gobierno, el gobierno de Macri. Lo cual está mal.
¿Cree que el FMI busca lavar sus propias culpas en la crítica a Macri?
Sí, como pasó en el 2001. En el 2001 pasó lo mismo. Apoyaron a la Argentina de manera indebida. Es más, en un intento de aparentar corrección política, lo llevaron a Menem a exponer al Fondo, cosa que con un presidente nunca ocurre. Y luego en el 2002, 2003, el Fondo elabora un informe haciendo un mea culpa de cómo apoyó a la Argentina durante los 90. Lo mismo está pasando ahora con este informe. En lugar de hacer tanto mea culpa, que sean más cuidadosos a la hora de prestar o a la hora de aprobar.
Usted es un exponente del liberalismo y, sin embargo, es crítico del gobierno de Macri y de la gestión de Domingo Cavallo. ¿Cómo se explica?
Como liberal fue mucho más fácil criticar a Macri. Siempre dije que no tenía nada de liberal, sino que era un kirchnerista de buenos modales. Fue más difícil con Cavallo. Porque hizo una reforma pro-mercado extraordinaria, pero yo tenía claro que Cavallo iba a terminar muy mal o que la convertibilidad iba a terminar muy mal por la misma causa que terminaron muy mal todos los programas en Argentina. Por el déficit fiscal. La Argentina hace 60 años que tiene un Estado que gasta más de lo que recauda, que vive con déficit. Y ese déficit siempre te genera crisis a la larga. El déficit fiscal derrumbó el plan de inflación cero de Gelbard, derrumbó el plan de Martínez de Hoz, derrumbó el plan Austral, derrumbó el plan de convertibilidad, derrumbó el plan de los Kirchner, derrumbó el plan de Macri y está derrumbando el plan de Alberto, también.
¿El déficit fiscal es un hilo común problemático que ve en gestiones de líneas ideológicas contrapuestas?
Sí, incluso de civiles y militares también.
Si ese es el único problema de la economía Argentina, ¿por qué no se fuerza el déficit cero y listo?
Porque la corpus política maneja el gasto, no como algo que tiene que volver al pueblo bajo la forma de bienes públicos sino como un instrumento de poder. Yo que estuve estos días presente en la Comisión de Presupuesto y Hacienda y en el recinto, vi cómo revolean los millones de pesos de la gente que paga impuestos de un lado para el otro. Un diputado se levanta y dice: “Yo quiero subsidios para regar el desierto...”; el otro se levanta para decir: “Yo quiero subsidios para pagar la luz más barata en mi provincia”. Y la plata esa, es toda guita de impuestos que paga la gente. Hay mucha irresponsabilidad en el manejo del gasto en el Congreso. En el Congreso entran presupuestos del Gobierno siempre con déficit. Salen del Gobierno como ley, presupuestos con déficit. Y siempre terminás con crisis.
¿Pero son significativos esos gastos de la política que menciona?
Sí, sí, porque son capas geológicas. Cuando vos pasas de 8 a 21 ministerios, vos decís “bueno, son 13 ministerios más”. Pero no, porque son 13 ministerios nuevos, cada ministerio tiene decenas de secretarías, centenas de subsecretarías, después vienen las direcciones nacionales, después vienen los asesores... No, son capas geológicas que se van acumulando. Multiplicas cada ministerio por 24. ¡Es infernal!
La principal objeción que le hizo Juntos por el Cambio al Presupuesto 2022 del Gobierno era la inflación proyectada de apenas 33 puntos. ¿Usted también rechazó el proyecto por eso?
Por supuesto que también fue por la inflación y el crecimiento económico que eran ridículos, pero lo primero que uno evalúa en un presupuesto es si hay consistencia entre el gasto público que fija el artículo 1 y el resto del financiamiento que fija el artículo 1. No había ninguna coherencia porque los niveles de déficit y endeudamiento que te llevaban ese gasto público era imposible que la Argentina los lograra. Y un diputado que es un servidor de la gente no puede votar un presupuesto que lleva al país a una crisis. Que la lleve el Gobierno si quiere pero yo no voy a poner mi voto en un presupuesto que lleva al país a una crisis segura. Argentina no iba a lograr recolocar deuda por 20.000 millones de dólares como pensó ese presupuesto fallido.
Y respecto a la suba del piso del impuesto a los Bienes Personales, ¿por qué lo rechazó?
En subir el mínimo no imponible estoy totalmente de acuerdo. Estoy totalmente en desacuerdo en que, para financiar esa pequeñísima pérdida de recaudación, del 0,5 por mil, se subieran las alícuotas de otros tramos de Bienes Personales. O sea, para bajar Bienes Personales, subieron Bienes Personales. Una cosa ridícula. Y más ridículo todavía es Juntos por el Cambio, que batiendo el parche durante toda la sesión de que iban a cumplir con el mandato popular de bajar impuestos, no consiguiera la totalidad de diputados para ganar la votación. Le faltaron tres, uno enfermo de Covid y dos paseando por el mundo. No lleva en la sangre bajar impuestos para favorecer al ciudadano.
¿Qué pasó con esa sesión fallida de Juntos por el Cambio? ¿Fueron al ruedo de la sesión creyendo que tenían los votos?
Si yo hubiese sido un líder de Juntos por el Cambio, si estuviera obsesionado con bajar impuestos a la gente porque sé que la gente no puede más de pagar impuestos, habría hecho primero un buen poroteo.
Firmó una solicitada en contra del pase sanitario que busca alentar la vacunación entre los que todavía no lo hicieron. ¿Por qué?
Lo firmé porque todavía está en una fase muy experimental la vacuna en la Argentina y en el mundo. Sigue habiendo montones de miles de miles de contagiados a pesar de las dos dosis. Por lo tanto, no me parece bien andar ya con lo de un pase sanitario. Y eso que yo me puse las dos dosis. Yo no soy anti-vacuna, todo lo contrario, pero de ahí a ir a un pase sanitario... no.
¿Que las vacunas bajen las muertes y la carga viral entre contagiados no le parece argumento suficiente?
No, no es argumento para poner un pase sanitario, la verdad, todavía no.
Firmó esa solicitada junto a algunos diputados del PRO. ¿Es un antecedente de futuras movidas coordinadas?
No, de ninguna manera.
Presentó un proyecto de ley ya. ¿De qué se trata?
Sí, empecé mi mandato el 10 y, a pesar de todo lo que trabajé con lo del presupuesto y de bienes personales, presentamos con Carolina Píparo, o sea los dos miembros de Avance Libertad, un proyecto de ley por el cual obligamos al Congreso o la Gobierno a que si no tiene presupuesto antes del 31 de diciembre de cada año, tiene que cerrar el Gobierno. Como en Estados Unidos.
¿Qué significa cerrar el Gobierno?
Es no poder gastar. Tenés que gastar en función del Presupuesto de tu año: no tenés Presupuesto, no podés gastar. Eso obliga al Congreso a tratar con mucha antelación el Presupuesto, no una semana antes de fin de año, como se hizo ahora.
¿Qué expectativa tiene respecto a que se trate y avance?
Vamos a ver. Ahora cuando volvamos a sesionar, vamos a ver qué acogida tenemos. Por supuesto, vamos a empezar la peregrinación con Carolina Píparo por todos los bloques y todos los diputados para que nos lo aprueben. Va a ser difícil porque a todo el mundo le gusta seguir gastando a costa de toda la gente de laburo.
Lleva casi dos semanas como diputado. ¿Qué balance hace?
Muy bueno. Me encantó. Como yo digo lo mismo hace 30 años, parezco un disco rayado, y he puteado siempre contra todo presupuesto deficitario que tenía que analizar como consultor, la verdad es que ponerle voto negativo a un Presupuesto deficitario después de haberlo puteado desde el otro lado del mostrador, fue extraordinario. No podemos votar Presupuestos que a la larga terminan perjudicando tanto a la gente.
Ganó esa pulseada, después perdió en Bienes Personales.
Sí, es así. Después perdí con lo de Bienes Personales porque yo no estaba de acuerdo con financiar la baja con una suba. Pero así es la vida. A veces se gana y a veces se pierde.
¿Se ve apoyando algún proyecto del Gobierno?
Yo estoy abierto a apoyar no solo proyectos del Gobierno sino de Juntos, del socialismo, del trotskismo. Si son proyectos que tengo claro que ayudan a la gente, que le sirvan a la gente a la cual nosotros le debemos nuestro mandato, yo no tengo problema en apoyar el proyecto de nadie. No tengo anteojeras ideológicas. Estoy ahí para votar leyes que le sirvan a la gente, vengan de donde vengan. Así como digo que no tengo acuerdos superestructurales con ningún espacio ni me interesan, también te digo que no tengo problemas en apoyar un proyecto que me parezca coherente, de cualquier otra bancada.
A Javier Milei lo cuestionaron por no haber ido a la Comisión de Presupuesto cuando se debatió el proyecto. ¿Coincide con las críticas?
Sí, pero después estuvo en las dos sesiones amplias en las que se debatió. No lo vería como un antecedente de que no va a trabajar. La verdad que no.
Tampoco presentó proyectos aún…
No, no. Tuvimos muy poquitos días para laburar, la verdad. Yo porque soy medio loco trabajando pero no le puedo pedir el mismo ritmo de laburo a los demás. Son muy complicadas las sesiones, además. Nuestro mandato empezó el viernes 10 de diciembre, el lunes 13 ya estábamos con Presupuesto y una semana después de haber empezado nuestro mandato, el martes, ya había otro proyecto nuevo. Hubo poco tiempo la verdad.
Milei, sin embargo, mostró un perfil más escéptico respecto al trabajo en el Congreso. ¿No hay un contraste de perfiles entre el de él y el suyo?
Respetando la decisión de Millei, por supuesto, creo que es importante estar y dar todos los debates posibles ahí dentro del Congreso. Además, me pagan para eso los ciudadanos, para estar ahí.
¿Usted cree más en la dinámica parlamentaria y él es más escéptico?
Yo creo que hay que estar. Y dar el debate ahí. Me gusta poner el cuerpo.
¿Qué mito o prejuicio tenía sobre el trabajo como diputado y se le modificó en esas dos semanas?
Yo venía muy mal tratado por todos los empleados públicos que me tocaron, cuando me tocaba ir a una repartición. Creo que es la queja de todo el mundo. Pero la gente del Congreso, por lo menos la que nos tocó y nos atiende a nosotros, es amorosa. Amorosos los chicos de la Cámara, amorosos, divinos. El cafetero, el que te sirve el agua, el que te lo cruzás, el que te abre la puerta, la policía, divinos.
Pero no creo que lo vayan a votar…
Hubo una chica que me pidió una foto, y le mandé un video para el novio de ella, que trabaja ahí en el Congreso.
¿Con Sergio Massa cómo fue la convivencia?
Muy educados todos.
Usted dijo que había que “convertir en queso gruyere a todos los delincuentes”. Y a los pocos días unos policías de la ciudad asesinaron al joven Lucas González. ¿Se arrepiente de haber afirmado eso?
No, no me arrepiento de mi frase. El suceso de Lucas González forma parte de mi frase. Esos policías, no eran policías, eran delincuentes. Les correspondía la cárcel si no se resistían. Y si se resistían, queso gruyere para ellos. No se resistieron y terminaron en la cárcel, como delincuentes comunes.
¿Pero ese discurso no puede alentar al gatillo fácil por parte de la policía?
No me considero tan relevante.
No lo digo por usted. Es un discurso que circula.
No, un caso como el de Lucas González que repito, fueron delincuentes los que lo asesinaron, no policías, hacía 10 años que no se repetía. Lo que sí ocurre, no cada 10 años sino cada 9 horas en la Provincia de Buenos Aires, es que muere un inocente a manos de delincuentes. Eso sí ocurre.
¿Qué mirada tiene respecto a la negociación y posible acuerdo con el FMI para reprogramar el préstamo que pidió Macri?
Vamos a ver si hay acuerdo. Quiero verlo y ver qué tipo de acuerdo. A mi me parece importante que haya un acuerdo pero quiero ver qué tipo de acuerdo.
¿Qué tipo de acuerdo no apoyaría en el Congreso?
Uno con una suba de impuestos.
¿Considera que el FMI puede pedir suba de impuestos?
Sí. Lo ha pedido mil veces. Es típico que pida devaluación y suba de retenciones. Para recaudar más y compensar la suba de precios internos.
Pero el FMI comparte su obsesión sobre el déficit fiscal.
Pero no tiene la misma obsesión que yo con la baja del gasto público. El FMI lo que procura es cerrar la brecha del déficit como sea necesario. En cambio, para mi es importante cerrarla con baja del gasto público, no de cualquier manera como pide el FMI.
¿Creciendo no es lo mismo o mejor?
No, porque son recuperaciones muy espasmódicas las que tenés con este déficit. Si vos crecés con déficit, como ahora, crecés un tiempo y después dejás de crecer. Vas a ver en el 2022. No va a dar mucho crecimiento, si es que da crecimiento. Primero está cerrar el déficit bajando el gasto público pero, claro, con un programa de mucho consenso y después empezar a crecer. Eso es mucho más sostenible y más sano.
AF/WC