Todo es satisfacción para el Gobierno tras la ratificación de la Cámara de Diputados del veto de Javier Milei a la ley de Financiamiento Universitario. Luego de días de incertidumbre, en los que se barajó la posibilidad real de una derrota, La Libertad Avanza celebró su victoria pírrica en el Congreso y en sus filas ya se ilusionan con una alianza legislativa duradera con el bloque del PRO. “Mauricio jugó bien”, elogiaron cerca del Presidente al jefe de los amarillos.
Es que si bien la “muralla” de 85 voluntades fue construida también con miembros díscolos de la UCR y algunos representantes de los gobernadores peronistas, la mejor noticia para Balcarce 50 fue el alineamiento total que mantuvo la bancada que conduce Cristian Ritondo. Así lo dieron a entender fuentes oficiales a elDiarioAR, las mismas que ahora auguran un futuro promisorio para el vínculo que, no sin altibajos, une programáticamente a los libertarios con el PRO.
Durante la previa a la votación de este miércoles, en la mesa chica del Gobierno destacaban un hecho clave que sirve para comprender este nuevo clima: la reunión que mantuvo la semana pasada el asesor presidencial Santiago Caputo con el expresidente Mauricio Macri, dos figuras que lejos están de profesarse confianza mutua. Durante el cónclave, que tuvo lugar el jueves en las oficinas de la escribanía que pertenecía al padre de Caputo, ambos acordaron refrendar la alianza legislativa entre ambos espacios. Aunque el consultor le aclaró a Macri un punto: que la intención oficial no es ir hacia un esquema de cogobierno. Fue recién después de ese encuentro que el PRO decidió blindar el veto de Milei al aumento presupuestario para las universidades.
El objetivo último del oficialismo es constituir un interbloque en el Congreso. Para eso, echan mano a la supuesta “incondicionalidad” del apoyo de Macri al “cambio” que estaría llevando adelante hoy el gobierno de Milei. Sin embargo, la figura del expresidente no deja de ser considerada como una amenaza para la independencia política del proyecto que llegó al poder en 2023, a pesar de que el accionar del PRO en el recinto de ambas cámaras del Congreso haya demostrado ser un sostén para la gobernabilidad.
¿Es compatible la “fusión” legislativa propuesta por Milei con la voluntad del exmandatario de volver a echar a andar su partido, parado en la otra vereda de Patricia Bullrich y con intenciones fundadas de preservar su “identidad”? En el PRO no dudan en presentarse como la salvación a los problemas de “calidad” en la gestión libertaria. Un balance que poco tendría de desinteresado: los amarillos buscan desembarcar con su tropa en lugares estratégicos del organigrama del Estado, como son, entre otros, el área de Energía o Transporte, además de la discusión en torno al control de la Hidrovía.
Más allá de los idas y vueltas en la relación con Macri, en el Gobierno destacaron también la buena sintonía lograda en el recinto con los bloques de diputados que responden a los gobernadores. Varios mandatarios provinciales fueron fundamentales para sellar el veto a la ley universitaria. En el Gobierno le adjudicaron ese logro al titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y al subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, quienes fueron los encargados de detallarle a cada uno de los legisladores “dialoguistas” los costos fiscales que hubiera implicado el aumento presupuestario para sus respectivos distritos.
Es que una alternativa que llegó a ser analizada por Milei para cubrir ese gasto adicional era reasignar a Educación recursos de partidas previstas para proyectos de obra pública. Pero en el oficialismo siempre fueron conscientes de que esa decisión hubiera tensado todavía más la cuerda los gobernadores, con quienes el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se comprometió a girarles fondos para completar los proyectos de infraestructura que quedaron a medio terminar. El debate del Presupuesto 2025 promete estar marcado por estas inquietudes.
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