Gabriela Cabezón Cámara ganó el Premio Fundación Medifé Filba por su novela ‘Las niñas del naranjel’
La escritora argentina Gabriela Cabezón Cámara obtuvo el Premio Fundación Medifé Filba por su novela Las niñas del naranjel. Luego de quedar entre los cinco libros finalistas, la publicación, que salió a través de la editorial Penguin Random House y ya recibió el prestigioso Premio Sor Juana Inés de la Cruz, fue anunciada como la ganadora a través de un comunicado de los organizadores del concurso.
Se trata de la quinta edición del Premio Fundación Medifé Filba, un galardón que busca distinguir a las mejores novelas publicadas en el país y “darle nueva visibilidad a libros que salieron un año atrás para volver a ponerlos en la discusión”. En esta oportunidad, la dotación del premio es de 3.500.000 pesos argentinos.
Con el controvertido personaje de Catalina de Erauso del Siglo de Oro Español en el centro de la escena –una figura más conocida como “La Monja Alférez” porque nació niña en 1592, luego se sumó como varón a la llamada Conquista española de América y más adelante escribió una polémica autobiografía– en Las niñas del naranjel Cabezón Cámara volvió a narrar, como lo había hecho en su celebrada novela Las aventuras de la China Iron, una impactante historia en movimiento.
Esta vez tomó una figura mítica para cruzarla con una selva que se parece bastante a las del cineasta japonés Hayao Miyazaki, con dos niñas indígenas que no paran de hacer preguntas, con palabras en guaraní y escenas disparatadas, con crueldades y asesinatos de todo tipo, con peripecias narradas con humor y vértigo en un territorio que, mientras Antonio se preocupa por escribir y de recordar, sigue siendo arrasado.
“Cuando leí su autobiografía, no podía creer esa especie de picaresca siniestra. Porque es una especie de picaresca del horror, del horror real, del horror histórico”, contó ante elDiarioAR la autora sobre sus primeras aproximaciones a este personaje singular cuando salió el libro y agregó: “A la vez me interesaba la conquista española no solo en su aspecto histórico, sino como un fenómeno que no se terminó nunca y que sigue hoy”.
Las palabras del jurado
El Premio Fundación Medifé Filba fue elegido esta vez por un jurado integrado por los escritores María Moreno, María Sonia Cristoff y Juan Mattio.
“Las niñas del naranjel tiene todo lo que le viene faltando a tanta novela escrita bajo el imperio de la fórmula simple y rendidora: es capaz de sumergirnos en peripecias sin por eso relegar la capacidad crítica de la literatura, su potencial desestabilizador; es capaz de vérselas con un personaje de la Historia sin por eso caer en la corsetería de los hechos; es capaz de lidiar con ambivalencias que despejan todo maniqueísmo tranquilizador; es capaz de sacarle chispas al lenguaje en vez de tomarlo como agente transmisor. Y, además, es capaz de devolverle una vitalidad extraordinaria al diálogo. Una novela luminosa en tiempos de oscuridad aplanadora: celebremos la paradoja”, aseguró María Sonia Cristoff sobre el libro elegido.
Por su parte, María Moreno señaló: “Sí el boom de la literatura latinoamericana excluyó a las mujeres, hoy su legado crece con la lengua alucinante de Gabriela Cabezón Cámara, una lengua capaz de mezclar sus lujosas impurezas -español castrense y guaraní opará, glosolalia feliz y música de tormentas- hasta construir, custodiado por la presencia omnipresente de la selva, un nuevo mundo nuevo. Las niñas del naranjel ya es un clásico desobediente”.
“Las niñas del naranjel trabaja con la tradición y con la historia para volverlas extrañas. Algo nos es levemente reconocible en la Monja Alférez, en la selva, en ese siglo XVII convulsionado y sangriento y de desamparo. Algo, también, nos es esquivo. Inquietante. Nos obliga a mirar de nuevo. Y otra vez. Y una más. Porque la literatura de Gabriela Cabezón Cámara hace torsiones sobre el lenguaje para obligarlo a decir su verdad. Y en esas torsiones, lo que encuentra, son hendijas sobre aquello que suponíamos ya conocido”, apuntó por su parte Juan Mattio y agregó: “Se puede llamar Latinoamérica, Conquista Española, misticismo u orfandad. Lo cierto es que Cabezón Cámara genera grietas en lo que pensábamos cerrado, quieto, ya visto. En la historia de Catalina de Erauso que es, también, Antonio, sin dejar de ser el protector de Michi y Mitãkuña y la sobrina de la priora de un convento, las identidades se pliegan, unas sobre otras, en franca y densa contradicción, corrompiendo lo que sabemos o creíamos saber del mundo. La novela que escribió Gabriela Cabezón Cámara es, entonces, un artefacto lingüístico que deviene artilugio óptico para ver, como si fueran nuevos, nuestro continente, nuestra historia y nuestras propias afirmaciones identitarias”.
Gabriela Cabezón Cámara nació en Buenos Aires en 1968. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA). En 2013 fue becada como Resident Writer en la Universidad de Berkeley, California y, en mayo de este año, recibió la beca de la Literarisches Colloquium Berlin también como escritora residente. Es escritora y periodista cultural. Sus artículos fueron publicados en distintos medios como Página12, Le monde diplomatique, Anfibia, Revista Ñ y Crisis. Trabajó como editora de Cultura del diario Clarín y actualmente se desempeña como docente en la carrera de Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) e imparte talleres en diversas instituciones.
Publicó, entre otros libros, La virgen cabeza, Le viste la cara a Dios y Romance de la Negra Rubia. Su novela Las aventuras de la China Iron fue elegida entre los libros del año en la edición en español del New York Times y de El País de España. Las niñas del naranjel, su última novela, ganó el premio Premio Ciutat de Barcelona 2023 y el Sor Juana Inés de la Cruz que se le otorgará en diciembre, durante la Feria Internacional de Guadalajara 2024.
AL
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