Cristina Fernández de Kirchner convirtió al “Che, Milei” en su nueva marca registrada. Pasó de tratar al Presidente de “usted” a dirigirse a él en un tono irónico y chabacano, con un perfil combativo que estrenó con el año electoral y acentuó en las últimas semanas, en paralelo a la crisis política que se desató en el oficialismo a partir del escándalo cripto.
¿Es eficaz el nuevo registro de Cristina? Es foco de críticas, sobre todo en X, que apuntan a la escasa profundidad de sus planteos y lo predecible que se volvió el timing de sus publicaciones. Sin embargo, en su mesa chica están convencidos de que el nuevo estilo cumple la función de provocar, devolverle centralidad en el debate político y aumentar de modo significativo las interacciones en sus redes sociales.
“Los mensajes de Cristina tienen una gran repercusión e impacto. Se genera mucha conversación a partir de ellos, y eso siempre es positivo. Es cierto que muchos de los comentarios se quedan en el debate sobre el tono y el estilo antes que en los diagnósticos, pero Cristina en cada uno de sus mensajes viene anticipando temas que después se cumplen. La diferencia es que ahora lo hace con un tono informal, menos encorsetada que en otras oportunidades”, sostuvo a elDiarioAR un integrante de su equipo.
En esa línea, relativizó los cuestionamientos que derivan de sus apariciones. “Esas críticas son parte de un debate del micromundo de X (Twitter), donde todos se creen especialistas en comunicación. Todo lo que haga Cristina hay un sector que lo pone en debate: le cuestionan cómo comunican y qué comunica. Si publica 130 páginas con gráficos dicen que no lo lee nadie, si da clases magistrales dicen que a nadie le importan, si usa TikTok o escribe ‘che, Milei’ dicen que se banaliza. Los que critican son siempre los mismos, lo que les molesta es que ella hable”.
Desde el Instituto Patria sostienen que la ideóloga del cambio fue la propia Cristina y no sus asesores; argumentan que ella siempre aggiornó su estilo a la época. También aportan que el hecho de sumar insultos o apelar a un tono más grosero no va en línea con una estrategia para recuperar el voto de los jóvenes, sino con mostrar autenticidad. En esa línea, explican que donde mejor funcionan sus textos es en Facebook, cuyo usuario promedio tiene una edad más elevada que en las demás. Destacan que sigue siendo la red con más usuarios, y que los textos de Cristina son extensos y dan para debates que costaría más abordar en X.
La mesa chica de Cristina asegura que ella escribe sus propios posteos, sin agencia ni publicista, aunque colaboran en la edición de algunos de sus contenidos. Por eso, el “Che, Milei” —al igual que su variante de “Ay, Milei”, que estrenó en su última publicación— nació de su voluntad de mostrar un punto de inflexión: la pérdida de respeto ante la figura del Presidente, a la vez que la decisión de dar por finalizada la cordialidad inicial entre ambos.
Al polarizar contra Milei, Cristina apunta a recuperar centralidad en un año electoral y en medio de la disputa interna que mantiene con Axel Kicillof. También estira el misterio en torno a la posibilidad de ser candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires, una decisión en la que además de un factor político y otro personal, pesará la vía judicial: mientras que el Congreso buscará avanzar para sancionar el proyecto de Ficha Limpia, la Corte Suprema podría confirmar el fallo de Casación e inhabilitarla de por vida a ocupar cargos públicos. Si bien en su entorno apuestan a que no resolverá antes de la campaña, también admiten que los tiempos los maneja el máximo tribunal, con una composición interna que hoy está en disputa. Mientras tanto, Cristina se inclina por una agenda de carácter federal. Lejos de concentrarse en Buenos Aires, intenta ordenar el funcionamiento del PJ en las provincias e intervenir el partido en los lugares de mayor conflicto.
En el peronismo conviven distintas miradas, algunas críticas y otras celebratorias, del protagonismo de Cristina en las redes. “Antes éramos los dueños de la calle. Ahora el nuevo espacio público es el digital, y si no vemos que hay un nuevo hábitat no volvemos más”, se sinceró un importante dirigente del PJ. En ese sentido, algunos proponen imitar la estrategia de los libertarios en las redes, o al menos aprender de ellos.
Existe un consenso de que, en las últimas semanas, el Gobierno perdió la capacidad de instalar temas y controlar en gran medida la conversación pública. El problema, admiten en un sector del PJ, es que el peronismo está plagado de internas y genera conversación en torno a ellas, en lugar de enfocarse en otros temas. Ante la falta de coordinación y liderazgos indiscutidos, algunos proponen que la estrategia sea el silencio y evitar reaccionar ante las provocaciones. Apuestan al tiempo como el gran ordenador, y tienen un mantra: “El peor enemigo de Milei será Milei”.
LA/JJD