Día D del criptoescándalo: la Cámara de Diputados interpela a Francos y Cúneo Libarona para que den explicaciones sobre el caso $LIBRA

Por primera vez en 30 años, la Cámara de Diputados será escenario de una interpelación a un funcionario del Poder Ejecutivo Nacional. La última vez había sido a Domingo Cavallo, en el 1995, y terminó con el exministro de Economía del menemismo denunciando a Alfredo Yabrán como jefe de una “mafia enquistada en el poder”. Tres décadas después, la oposición busca un impacto similar en la interpelación al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. ¿El motivo? El criptoescándalo que comenzó en el Día de los Enamorados, con un tuit de Javier Milei promocionando una memecoin que se derrumbó a las pocas horas, y que hoy empapa a toda la cúpula del poder libertario.
Guillermo Francos viene preparando su testimonio hace días. Todo lo que diga podrá ser utilizado en la causa judicial que investiga la presunta estafa cometida por el Presidente con la cripto $LIBRA. Tanto en la Argentina como en los Estados Unidos, en donde un exfiscal federal del Departamento de Justicia, llamado Timothy Treanor, viene trabajando en una demanda colectiva. Por este motivo es que la exposición del jefe de Gabinete será clave en el desarrollo de la investigación judicial. Así como en el tenor de la campaña electoral.
El discurso de Francos girará en torno a dos ejes: la inexistencia de delito y al hecho que el derrumbe del valor de $LIBRA, que generó pérdidas por más de US$200 millones, no causó un perjuicio económico para el Estado argentino. En la Jefatura de Gabinete, sin embargo, mantienen el secretismo sobre los detalles. Francos sostiene que es porque “desde el punto de vista público a nadie le interesa el tema”, tal como afirmó a Radio Splendid en la previa de la sesión. Insiste en que el criptogate “tiene poco que ver con la administración pública”, pero que igual asistirá a las 14 horas, cuando comience la sesión, a dar explicaciones.
En la oposición lo esperan con la guardia en alto. Esperan que haya fair play, pero sospechan que pueda haber juego sucio. La interpelación de funcionarios nacionales está amparada por el artículo 71 de la Constitución, pero existen muchas lagunas en el reglamento de la Cámara de Diputados que podrían abrirle la puerta a la creatividad reglamentaria. El mayor temor es que, en un exceso de reglamentarismo, Francos y Cúneo Libarona se nieguen a participar de la sesión si, por ejemplo, no hay quórum.

El reglamento nada dice sobre la necesidad de que haya quórum, pero tampoco lo decía para las sesiones informativas del jefe de Gabinete. Y Francos, hace un par de semanas, apostó hasta último momento a que no hubiera quórum para dejar el informe de gestión escrito e irse, sin hablar. Esta salida, cuya autora intelectual es la bullrichista Silvana Giudici (PRO), podría replicarse el martes, por lo que la oposición se concentra también en porotear tener 129 presentes. A pesar de que, desde el despacho de Martín Menem, advierten que no será un problema.
Desafío opositor
Para la oposición nucleada en el peronismo de Unión por la Patria, el pichettismo de Encuentro Federal, el radicalismo díscolo de Democracia para Siempre, así como la Coalición Cívica y la izquierda, la interpelación es una prueba de fuego. No solo la gestión libertaria juega sus fichas en la sesión: la oposición también. Y esto es así porque lo que suceda el martes definirá si el criptoescándalo queda en el olvido —como pasó, entre otros casos, con la visita de diputados de La Libertad Avanza a la cárcel de Ezeiza para fotografiarse con el genocida Alfredo Astiz— o si se convierte, en cambio, en un escándalo que pueda agrietar la coraza comunicacional que blinda a Milei.
Es un desafío. No fue fácil conseguir la mayoría parlamentaria para forzar a los funcionarios nacionales a dar explicaciones al Congreso. Hubo que sacrificar muchos nombres —como el de Manuel Adorni y Karina Milei— para hacerse con el número e, incluso así, hubo dos que anunciaron que no asistirán: el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular de la Comisión Nacional de Valores, Roberto Silva. Raras veces la oposición tuvo la posibilidad de sortear el blindaje que Milei —con la ayuda de sus aliados en el PRO, los gobernadores y el radicalismo— logró construir a su alrededor. Y necesita aprovecharlo.
Es por este motivo que los alfiles de la oposición, como la camporista Paula Penacca, el pichettista Oscar Agost Carreño, la radical Carla Carrizo y el lilito Maximiliano Ferraro, vienen trabajando un plan de labor que organice la sesión. Hace tres décadas que el Congreso no interpela a un funcionario e, incluso entonces, el oficialismo tenía que lidiar con un un sistema bipartidista: un escenario muy distinto al caos de atomización partidaria que predomina hoy en el Congreso.

El plan de labor diseñado por la oposición presenta tres etapas. En la primera, los funcionarios interpelados tendrán de 60 a 90 minutos para realizar una defensa conjunta. Luego será el turno del interpelador, que realizará las preguntas y repreguntas a Francos y Cúneo Libarona. Será un ida y vuelta de pregunta-respuesta y estará en manos de un grupo de diputados específicos, que cada bloque opositor que impulsó la interpelación designará internamente. No habrá lugar para el oficialismo ni el PRO ni ninguna de las bancadas que votaron en contra de la interpelación: estos bloques recién podrán intervenir en la tercera etapa.
La última etapa será más similar a un clásico informe de gestión. Los diputados y diputadas intercalarán preguntas con discursos y, cada cinco o seis intervenciones, los funcionarios responderán de modo global. Los discursos de los jefes de bloque se dejarán para el cierre, ya que el objetivo es priorizar las respuestas de los funcionarios, más que las alocuciones políticas.
Será una sesión larga. En la oposición especulan que durará más de 10 horas, aunque los detalles se terminarán de definir el martes por la mañana en una reunión de labor parlamentaria con Menem y el resto de las bancadas.
Si bien la mira opositora se encuentra, por estas horas, en ordenar la sesión y conseguir la mayor cantidad de respuestas posibles de los funcionarios, hay otro tema que estará revoloteando durante la jornada: la comisión investigadora $LIBRA. El miércoles a la mañana, apenas unas horas después de que finalice la interpelación, se reunirá por primera vez la comisión que la oposición logró aprobar para investigar el criptoescándalo. Debido a una serie de maniobras de Menem, que creó interbloques a piacere para hacerse con más sillas, la comisión se encuentra al borde de la parálisis. Y la oposición aprovechará la sesión del martes para desbloquearla.
MC/JJD
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