“El renunciamiento de Cristina es irreversible”. “Alberto no tiene liderazgo”. “No hay candidato: nadie se mueve como candidato”. Las tres frases, como estiletes, sintetizan la mirada de los gobernadores del FdT que el lunes pasado reactivaron, ante la hipótesis de un inminente y multimillonario fallo de la Corte Suprema en favor de Horacio Rodríguez Larreta, las cumbres del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
Pueden, las frases, tomarse como mandamientos del caos peronista y define, más que un desafío, la admisión de que el Frente de Todos (FdT) encontró un punto de crisis inédito para el formato clásico de los peronismos: no sólo por la ausencia de candidatos a presidente para el 2023 sino, sobre todo, por la falta de jefes.
De la charla de los doce mandatarios en el CFI, en el primer tramo solos y luego con la rama de los “gordos” de la cúpula de la CGT, se desprenden esas guías que confluyen, según reconstruyó elDIarioAR en conversaciones con gobernadores y dirigentes, en un diagnóstico general: “Cada uno, en su distrito, hace lo que puede”. El calendario híbrido, que tendrá a La Pampa como escala electoral inicial, refuerza esa tendencia: no hay plan maestro para ordenar un cronograma de elecciones que contemple conveniencias y oportunidades.
Hay, sin embargo, un contexto previo: desde hace meses, los jefes territoriales del PJ repiten una queja vinculada con que el Gobierno nacional opera en clave puramente “ambeña”, los que definen son de CABA o del conurbano -el AMBA-, y la lógica -aunque haya una inmensa cuota de votos en ese territorio- y las demandas del interior están fuera de agenda. La presencia de Juan Manzur como jefe de Gabinete tenía como objetivo expresar la demanda de las provincias.
Mesas
La mesa del CFI es, como explicaron dos mandatarios a elDIarioAR, un movimiento defensivo más que ofensivo. La cumbre, de hecho, estaba programada hacía tiempo vinculada a la demanda que está en la Corte sobre fondos para CABA y la intención, repetida, de las provincias de ser aceptados como amicus curiae en un expediente que significará la perdida de recursos para los 23 de los 24 distritos.
Entre los trece asistentes, además de Alicia Kirchner, la única mujer, estuvieron el bonaerense Axel Kicillof, el sanjuanino Sergio Uñac, Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Raúl Jalil (Catamarca), Ricardo Quintela (La Rioja), Mariano Arcioni (Chubut), el tucumano Osvaldo Jaldo y el pampeano Sergio Ziliotto. El entrerriano Gustavo Bordet y el chaqueño Jorge Capitanich participaron de manera remota, por Zoom.
Un dato es la sistemática ausencia del santafesino Omar Perotti en los encuentros de gobernadores del PJ. Sin chances de reelegir en su provincia, y con escasas expectativas para lograr que el FdT retenga el control del Gobierno provincial, Perotti se prepara para ser candidato a legislador provincial mientras define su calendario. La opción que analiza el mandatario es votar entre las PASO y las generales nacionales, un rango de tiempo que va de la segunda parte de agosto y abarca todo septiembre. Es lo mismo que definió Chaco.
Perotti aparecía, en alguna tésis vaporosa, como un posible candidato presidencial al igual que Capitanich que al fijar la fecha electoral entre la PASO y la general nacional, parece haber desechado toda posibilidad de entrar en la pelea por la presidencia que en algún momento conversó con Alberto Fernández y con Cristina Fernández de Kirchner. Del mundo de los gobernadores, el otro nombre que sonó es el de Uñac, que todavía juega en el borde entre un intento de reelección -que parece condenado a terminar en la Corte Suprema donde cada “interpretación” constitucional fue rechazada- y una muy germinal aspiración nacional.
“No hay candidato. Nadie es candidato. Vamos a tener que buscar uno”, dice uno de los gobernadores y gambetea nombres como el de Sergio Massa, Daniel Scioli o Eduardo “Wado” De Pedro. “Vamos a tener un candidato cuando alguno o algunos empiecen a moverse como candidatos. Por lo que vemos, salvo algo que dijo Alberto, ninguno tiene ganas de ser”, completa. El Presidente está en la agenda de los mandatarios que buscarán, con la excusa de fin de año, un encuentro con Fernández en busca de una definición sobre qué rol quiere tener en el 2023.
“Alberto demostró que no sabe o no quiere liderar nada. Nos debería decir si quiere ser candidato o no. Tiene derecho, es el Presidente”, confía un mandatario que, sin embargo, advierte -como la mayoría- que el renunciamiento de la vice arrastra a Fernández y lo obliga, casi de facto, a bajarse de cualquier intento de reelección. Algo que, de antemano, venía complicado por los números electorales que presenta Fernández.
Los gobernadores quieren un encuentro grupal con Fernández, no individual ni por tandas, para que cualquier definición del Presidente sea ante el pleno de los mandatarios.
Con CFK
El lunes próximo, los gobernadores recibirán en el CFI a un contingente de la Federación Argentina de Municipios (FAM), espacio que preside Fernando Espinoza, alcalde de La Matanza. Se trata, también, de un encuentro que está en trámite hace un tiempo y que en el contexto de renunciamientos y definiciones, adquiere otro peso e interés. En paralelo a la espera de un mano a mano con Fernández, los gobernadores esperan la posibilidad de tener un encuentro con Cristina. No parece, a priori, muy fácil que eso ocurra porque, como dicen en el Instituto Patria, “la vice ya habló y dijo lo que tenía para decir”.
Sin que esté desprovisto de intenciones, la reunión con la CGT estaba agendada porque desde que la mesa cegetista, con Héctor Daer, Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez a la cabeza lanzó el 17 de octubre un “movimiento político y sindical”, iniciaron una ronda de encuentros y reuniones. Es preexistente al renunciamiento de Cristina y tiene una matriz general: los jefes provinciales se quejan de que las decisiones se toman pensando en CABA y provincia de Buenos Aires.
“Sin Cristina como candidata, la jefatura de Cristina queda disminuida y no va a poder poner un candidato a dedo. Cuando surja un candidato, ese va a aparecer como potencial jefe”, plantea un gobernador que, a su vez, entiende que la centralidad de la vice es tal que aunque anuncia que dejará de competir, “el poder sigue hablando de ella”. Se repiten otros planteos: que luego del “fracaso” de la experiencia Alberto, la vice ya no puede bendecir a un candidato “por Twitter”. A la vez hay dudas respecto a que el candidato inevitable del cristinismo sea Eduardo “Wado” De Pedro, el ministro del Interior, figura que más rotación y empeño pone a una potencial candidatura nacional.
PI/MG