En el kirchnerismo se regocijan con el caso Kueider, pero creen que no impactará en la imagen de Milei
Pese a agitar el fantasma de “la Banelco”, admiten que es difícil ganar la batalla en las redes y que salpique al Presidente. El verdadero objetivo será recuperar su banca en el Senado. Cristina, ¿empoderada en la interna para 2025?
Cristina Fernández de Kirchner se despegó rápido del escándalo de corrupción que involucra al senador Edgardo Kueider, a quien más de una vez acusó de “traidor” por haberse convertido en un aliado del Gobierno. Nadie puede negar el encono personal de la expresidenta con el candidato que llevó en su propia lista. Pese a eso, en el Instituto Patria admiten las dificultades para “capitalizar” el tema y lograr que haga mella en la imagen de Javier Milei.
La detención de Kueider en la frontera con Paraguay con más de U$S200.000 y $640.000 sin poder justificar generó la reacción inmediata de Cristina, que alineó automáticamente a los propios para salir a agitar el fantasma de “la Banelco” en una reminiscencia del escandalo que golpeó a Fernando de la Rúa y terminó con la salida de Chacho Álvarez del gobierno. Los grupos de WhatsApp se llenaron de memes, regocijándose por el final político de un dirigente al que desde hace tiempo atacan por su supuesto vínculo con Santiago Caputo.
Sin embargo, el contragolpe de Milei también fue veloz y efectivo: publicó la boleta del Frente de Todos (FDT) de 2019, donde Kueider compartió la lista con Alberto Fernández y Cristina. Una imagen incómoda en un escenario que cambió drásticamente desde aquel entonces.
“Es un daño para toda la política que un senador traslade dinero de esa forma, yendo a un lugar ligado a delitos como el terrorismo o el narcotráfico”, dijo a elDiarioAR un dirigente de trato cotidiano con Cristina ante una pregunta sobre el caso Kueider. La frase esconde una paradoja: lo que daña a “la política” podría no tocar a Milei, e incluso alimentar su habitual discurso contra la “casta”.
Lo que daña a 'la política' podría no tocar a Milei, e incluso alimentar su habitual discurso contra la 'casta'
En ese sentido, de modo más coloquial, un armador del peronismo aseguró: “A Milei estas balas no le entran”. Y admitió las dificultades para combatir a los libertarios en las redes sociales: “Es más fuerte la foto de la boleta con Cristina que salir a recordar que Kueider apoyó la Ley de Bases”. De todas formas, también relativizó el impacto del caso para el peronismo: “La gente no sabe quién es Kueider, mañana se olvida. Con [Martín] Insaurralde nos estalló una bomba a días de la elección y terminamos ganando en la Provincia y en Lomas de Zamora”.
El juego del Congreso
En medio del debate sobre a quién le “afecta” el caso Kueider, hay un hecho concreto: en el peronismo buscarán perjudicar a Milei en la Cámara alta. La baja del senador, que pedirá licencia, se suma a la del radical chaqueño Víctor Zimmermann, por lo que los libertarios perderán dos aliados claves en un Congreso adverso. Pero el bloque de Unión por la Patria (UP) va por más: ya presentaron un pedido formal para expulsarlo, con el argumento de “inhabilidad moral”, apoyado en el artículo 66 de la Constitución, que faculta al Senado a aplicar medidas disciplinarias sobre sus miembros.
El interés en que eso prospere es fundamental: de lograrlo, en su lugar asumiría la camporista Stefanía Cora, una incondicional de Cristina. Con ese enroque pasarían de 33 a 34 senadores, a solo tres bancas de tener la mayoría de 37. “Vamos a recuperar una de las bancas que debían ser nuestras”, se regocijó un legislador kirchnerista, en referencia a la decisión de Kueider y el correntino Carlos “Camau” Espínola, que en diciembre de 2021 rompieron con el kirchnerismo y pasaron a formar parte del interbloque de Las Provincias Unidas, una alianza de opositores dialoguistas.
Para avanzar, la embestida de UP requiere de los dos tercios. Es decir, 48 votos si todos los legisladores están presentes. Una tarea difícil, aunque empezarán a meter presión: “Quedará expuesto quiénes lo defienden y qué intereses hay detrás”.
Cristina, ¿empoderada?
La expresidenta había acusado a Kueider y Camau de traicionar al peronismo, una línea que profundizó cuando señaló a los gobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca) por su “transfuguismo político” al acercarse a Milei.
En el peronismo hay quienes anticipan que la caída en desgracia de Kueider fortalece al cristinismo frente a otros sectores del PJ en la puja por el armado de las listas para el año próximo. Su desembarco en el partido y su renovado protagonismo podrían ser indicios de que buscará adueñarse de la lapicera.
En el entorno de Cristina aseguran que “no hay recetas” nacionales ni fórmulas para evitar tener nuevos casos de transfuguismo en las listas, y prometen que priorizará un armado amplio, sin excluir de la negociación a todos los sectores. Máximo Kirchner, concentrado a la provincia de Buenos Aires, tiene otros planes. “Armar de nuevo significa basta de Sciolis”, expresó hace unos meses respecto de 2025.
LA/JJD
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