El plan A con el que fantaseaba Alberto Fernández se cumplió casi al detalle: el G20 emitió un documento que validó dos pedidos que expone hace tiempo el gobierno argentino. El pedido de que el FMI revise los sobrecargos y la recomendación de crear un fondo de resiliencia para asistir a países de recursos bajos y medios son los dos puntos que esperaba obtener el Presidente, según anticipó en la previa del viaje.
Este domingo, en Roma, el mandatario, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el resto de la comitiva no ocultaban su satisfacción por el contenido de documento del G20. “Con esto quedamos fortalecidos para seguir negociando”, fue el mensaje de fuentes oficiales a elDiarioAR. “El documento es muy bueno, pero hay que seguir”, señalaron.
“Nuestros ministros de Finanzas esperan con interés que se siga debatiendo la política de sobrecargos en el Directorio del FMI en el contexto de la revisión intermedia de los saldos precautorios”, indicaron los jefes de Estado y de Gobierno de las principales economías del mundo en el texto final de la cumbre de dos días que celebraron este sábado y domingo en Roma.
Hace un par de semanas, Guzmán convenció en Washington a sus pares del G20 de que apoyaran su reclamo para que el FMI deje de cobrar sobrecargos a los países deudores, una victoria en su renegociación del préstamo récord que el FMI otorgó al gobierno de Mauricio Macri.
El presidente Alberto Fernández se reunió ayer en Roma con la directora gerenta del Fondo, Kristalina Georgieva, en una nueva instancia para avanzar en las negociaciones por un nuevo acuerdo que contemple menos sobrecargos y le dé oxigeno al país para posponer vencimientos por los casi US$ 45.000 millones de dólares de deuda.
Desde el Gobierno venían insistiendo en que el FMI debía hacerse cargo y establecer qué parte de responsabilidad tuvo en el otorgamiento de esa deuda, de la cual US$ 19.000 millones vencerán en 2022.
Los jefes de Estado y de Gobierno del G20 reclamaron además al organismo de crédito multilateral la creación de un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para proporcionar financiación asequible a largo plazo a los países de ingreso medios y bajos. En línea con lo que viene solicitando la Argentina, este financiamiento permitiría reducir riesgos futuros para la estabilidad de la balanza de pagos, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático.
“También pedimos al FMI que establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (RST, por sus siglas en inglés) -en línea con su mandato- para proporcionar financiación asequible a largo plazo para ayudar a los países de ingreso bajo, a los pequeños estados insulares en desarrollo y a los países vulnerables de ingresos medios a reducir los riesgos para la estabilidad de la balanza de pagos futuros, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático”, apuntaron.
Por otra parte, pidieron la canalización voluntaria de parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG) asignados para ayudar a los países vulnerables.
“Acogemos con satisfacción la nueva asignación general de Derechos Especiales de Giro (DEG), implementada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 23 de agosto de 2021, que ha puesto a disposición el equivalente a 650 mil millones de dólares en reservas adicionales a nivel mundial”, aseguraron en la declaración final.
“Estamos trabajando en opciones para que los miembros con fuertes posiciones externas amplíen significativamente su impacto a través de la canalización voluntaria de parte de los DEG asignados para ayudar a los países vulnerables, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales”, añadieron.
Esto podría significar que los países del G20 devuelvan a las naciones vulnerables US$ 100.000 millones de la suma total de los DEG emitidos por el FMI para afrontar la crisis sanitaria, parte de la cantidad global de US$ 650.000 millones de los DEG emitidos por el FMI.
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