Economía en rojo

Mercados inquietos: fuego amigo, rumor opositor y el DNU que tiene listo Guzmán

Desde Los Ángeles, el viernes pasado, Alberto Fernández escuchó el argumento que le dio Martín Guzmán sobre el derrumbe de los bonos argentinos. “Esperábamos que para esta época esto podía pasar porque muchas empresas se desprenden de títulos para cumplir con obligaciones”, dijo el presidente. Habló de monitoreo desde Economía y Banco Central, y lo atribuyó a una tormenta que se acomodaría gradualmente.

Cinco días después -tres con rondas financieras- eso no ocurrió, turbulencia que el gobierno espera que se modere para cuando decida anunciar un paquete de medidas, alguna cambiaras y otras políticas. Según supo elDiarioAR de fuentes oficiales, se preparan anuncios para el día jueves, antes de entrar en un feriado XL que durará hasta el martes.

Así como se esperan medidas del Banco Central en materia de tasas y quizá de restricciones para el movimiento con dólares, se instaló en el micromundo político un dato que en Economía no confirman: que el jueves, Guzmán presentaría el DNU correspondiente al presupuesto 2022, uno de los compromisos que están incluidos en el acuerdo con el FMI. “Se viene trabajando con el DNU. Está avanzado. Pero no hay precisiones de cuándo se presentará”, apuntó una fuente oficial.

Hablan, en el gobierno, de medidas para “estabilizar” la crisis que estos días derivó en una fuerte caída de la cotización de los bonos argentinos y una disparada del dólar financiero y blue.

Horas

Cuando Fernández charló con la prensa en EEUU, habían pasado 48 horas de uno de los movimientos que, según se especuló en el mercado, activó la corrida que arrancó la semana pasada y todavía perdura. Fue una operación “común”, según un economista con despacho oficial, “de volumen insuficiente para generar lo que está ocurriendo”. Se refiere a la venta por parte de ENARSA de papeles por $9.100 millones para hacerse de dólares para pagar una partida de importación de Gas Natural Licuado (GNL).

La operación financiera de ENARSA alimentó la tesis sobre una intencionalidad política, otro fuego amigo, porque el titular de la empresa es el santacruceño Agustín Gerez, ligado a los Kirchner, funcionario que fue coprotagonista de la novela Kulfas. Fue el responsable de denunciar el OFF y luego responder la carga de renuncia del exministro.

Sobre ese dato político, objetivo, en el mercado -según contó un operador a elDiarioAR- se especuló con una operación maliciosa desde el kirchnerismo. Un festival de teorías febriles a la que se sumó, con las horas, otro condimento que le dio una fama tóxica, por unas horas, a Daniel Otero, el funcionario que está al frente del Fondo de Inversión Pellegrini que opera el Banco Nación.

Otero está en ese cargo por decisión directa de Eduardo Hecker, un antiguo aliado y amigo de Fernández pero ya había estado en ese lugar durante parte del gobierno de Cristina Kirchner. La operación de ENARSA -la mayor parte el miércoles pasado, y una segunda parte el jueves- se hizo a través del fondo T+1 del Pellegrini. A Otero le ardió el teléfono cuando circuló la versión y el funcionario contó a quien se lo pida que el fondo no tiene bonos CER pero que hizo operaciones con LEDES, en una semana movida porque empresas con fuerte participación, como Toyota, se desprendieron de letras para hacer una operación.

De mínima, admiten en gobierno, hubo impericia. Desde una trinchera política, se reclamó al equipo económico no haber contemplado los movimientos financieros para evitar un efecto de shock y contagio en una economía tan frágil. Se le apuntó a Miguel Pesce, titular del Banco Central, que suele antagonizar con Guzmán a la hora de definir rumbos en materia cambiaria.

Lecturas

Por el Central habló Agustín D'Atellis, flamante director de esa entidad. “Esta hipótesis es una hipótesis falsa porque la salida que tuvo lugar a partir de la necesidad que tenía Enarsa para pagar algunas cosas fue sobre fondos con liquidez donde colocan dinero para que, cuando necesitan, rescaten y al día siguiente tengan la plata. Esos fondos no tienen instrumentos indexados [N. de la R.: como los bonos CER] porque estos liquidan con plazos más largos”, explicó el economista.

D'Attelis habló de una “manipulación que busca desestabilizar”, que comprende también a economistas de la oposición que “dicen que van a volver a reperfilar si vuelven al Gobierno”. “Arman un combo explosivo y después generan las dudas y estos movimientos de venta que hay que salir a parar, a contener y a tratar de ordenar”, advirtió.

El director del BCRA jugó al límite en torno a un rumor que derivó, incluso, en una desmentida pública de Hernán Lacunza, el último ministro de Economía de Mauricio Macri, el que asumió post PASO y fue el que hizo el reperfilamiento de la deuda en pesos. “Me dicen que me atribuyen conjeturas sobre el tratamiento de la deuda en pesos en un eventual futuro gobierno. Falsas”, escribió en su cuenta de Twitter.

La versión que desmintió Lacunza refiere a un supuesto encuentro con banqueros extranjeros, junto a Luciano Laspina, en el que habrían anunciado que en caso de que JxC sea gobierno defaultearía la deuda del canje que cerró Guzmán. Hubo contactos entre el entorno de Lacunza y el de Guzmán para negar ese rumor. Se invocó, incluso, a un dato que publicó Nicolás Lantos en ElDestape y que le atribuye eso a Luis “Totó” Caputo. Lo cierto es que Guzmán se vio obligado a negar, en público, un eventual default.

“El gobierno busca un culpable a sus errores y le conviene apuntarle a Hernán”, señalan desde la cercanía del exministro de Economía de María Eugenia Vidal, hoy por hoy quizá el principal ministeriable de una eventual presidencia de Horacio Rodríguez Larreta. Lacunza tiene nexos con el jefe de Gobierno porteño y con Vidal pero orbita, además, a Mauricio Macri y Patricia Bullrich.

PI