Encaminada la auditoría ideológica puertas adentro de la Cancillería, Javier Milei espera expectante el resultado de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. En los pasillos de la Casa Rosada admiten que, aunque no lo dirán públicamente, esperan la victoria de Donald Trump por sobre Kamala Harris. Es que, en el tramo final de la campaña norteamericana, el oficialismo argentino intentó proyectar una suerte de neutralidad “diplomática”, pese a que no dejan de soñar con la posibilidad de que, en caso de alzarse con el triunfo, el dirigente republicano visite la Argentina.
Milei nunca escondió su simpatía política e ideológica por los Estados Unidos. Pero la sintonía con Trump va más allá y en Balcarce 50 confían en que una victoria republicana le permitirá al Gobierno acumular apoyos de cara a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El fugaz encuentro que mantuvieron en febrero, durante la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC) realizada en Maryland, escenificó la buena sintonía que La Libertad Avanza aspira tener si el empresario multimillonario logra volver a sentarse en la Casa Blanca.
Por entonces, cuando Trump todavía competía contra el presidente Joe Biden, el apoyo de la administración Milei a su figura era explícito. “Le diría que continúe con su lucha contra el socialismo, porque es uno de los pocos que entendió cabalmente que la pelea es contra el socialismo y los estatistas”, le dijo el hoy presidente al periodista Tucker Carlson el año pasado, en plena campaña, luego de que se le consultara por la figura del multimillonario. En esa oportunidad, el libertario elogió a Trump al mencionar que “comprendió perfectamente que la generación de riqueza proviene del sector privado” y no del Estado.
Pero algo cambió a partir de la salida de Joe Biden y el ingreso a la contienda de Kamala Harris, conocida por su postura feminista y su apoyo a derechos como el aborto. Ese giro obligó a la Casa Rosada a moderar la postura, al menos públicamente. Desde el entorno de Milei intentaron distanciarse un poco de Trump, asegurando que su alineamiento es con Estados Unidos como país, independientemente de quien resulte ganador.
El Presidente siempre supo que no debía descuidar los lazos con la administración demócrata, más allá de su preferencia por el republicano. “No hay ninguna posibilidad de daño en las relaciones bilaterales de la Argentina con Estados Unidos”, fueron las palabras del portavoz Manuel Adorni, en febrero, cuando descartó que aquel abrazo entre Milei y Trump en la trastienda de la CPAC haya herido alguna susceptibilidad. Sucede que un día antes de viajar a Washington para participar de esa convención republicana, el mandatario argentino había recibido en Casa Rosada al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, de paso por la Argentina en el marco de una gira relámpago que realizó por América Latina.
En ese sentido, el desembarco de Gerardo Werthein en el Ministerio de Relaciones Exteriores también puede ser interpretado como un guiño a los Estados Unidos en su conjunto, aunque no deja de maridar particularmente con el sector demócrata. Es que el ahora exembajador argentino en el país del norte mantiene vínculos aceitados con el partido que lleva como candidata a Harris, al punto de haber sido el nexo en el almuerzo que el libertario compartió en noviembre del año pasado con el expresidente Bill Clinton.
El nombre que remplazará a Werthein como embajador argentino en Washington es una incógnita. Fue uno de los temas que tocó Milei en la reunión que mantuvo el domingo en la Quinta de Olivos con su flamante canciller, a quien este lunes le tomó juramento sobre la Torá. La conclusión a la que llegaron fue mantener esa designación en suspenso, a la espera del desenlace de este martes. “Todo a su debido tiempo y armoniosamente”, deslizaban en Balcarce 50 en la previa de la elección norteamericana, que promete ser una de las más reñidas de los últimos años.
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