Reestructuración

Milei busca reformar la AFI y dividirla en organismos con distintas funciones

Luego de formalizarse la designación del técnico mecánico Sergio Neiffert como nuevo interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), el próximo paso que busca dar el gobierno de Javier Milei es el de avanzar en un proceso de “reestructuración”, tal y como lo anunciara el vocero presidencial, Manuel Adorni, tras la intempestiva salida del abogado Silvestre Sívori de su rol al frente del espionaje. En las próximas semanas, de acuerdo a la información cosechada por elDiarioAR, la AFI cambiará de nombre y será dividida en tres organismos con sus respectivas funciones: Defensa, Seguridad Interior y Ciberseguridad.

Fue el jefe de Gabinete Guillermo Francos quien ponderó las intenciones reformistas de La Libertad Avanza en la materia y sostuvo ante la prensa que en el nuevo esquema, que dependerá directamente de la órbita de la Presidencia, “tiene que haber inteligencia exterior para tener en claro lo que está pasando en el mundo”. En tanto, agregó que la inteligencia interior “debe funcionar para pensar lo que está pasando con el crimen organizado, con el narcotráfico, con las fronteras. Para eso hay que usar especialistas que hay y que no hay tampoco en el país”.

Sin embargo, para instrumentar los cambios que pretende el Gobierno, no alcanzaría con un DNU. La Libertad Avanza deberá pasar por el Congreso debido a que la AFI fue creada en marzo de 2015 con la promulgación de la Ley de Inteligencia Nacional (N° 25 520), que entró en vigencia 120 días después y disolvió la otrora Secretaría de Inteligencia (SI). También se debe tener en cuenta que las distintas áreas de inteligencia del Estado, con la Militar y la Criminal a la cabeza, se encuentran hoy bajo la órbita de los ministerios de Defensa y Seguridad, respectivamente.

“Neiffert será un coordinador de esas sub-áreas”, deslizan desde el oficialismo acerca de la tarea que le será encomendada al flamante jefe de los espías, de estrechísimo vínculo con el ascendente asesor presidencial Santiago Caputo. En Casa Rosada son claros respecto de la intención de Milei es hacer “borrón y cuenta nueva” en un sector clave del Estado que generó numerosas polémicas a lo largo de los últimos años y de las que ya no está exenta la administración libertaria. Sin ir más lejos, varios de los argumentos que se esgrimieron para desplazar a Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete fueron las sospechas acerca de una supuesta red de espionaje creada para seguir a miembros de la mesa chica del Gobierno. Una versión que emanó de las propias usinas libertarias, pero cuyos hechos nunca fueron denunciados en la Justicia.

Pero esas pretensiones supuestamente refundacionales que estaría buscando llevar adelante Milei se chocan con la propia realidad. La nula experiencia de Neiffert en tareas de inteligencia alimenta las sospechas. Quienes conocen el trajinar cotidiano en las oficinas del edificio de 25 de Mayo 11 tienden a pensar que el verdadero jefe de los espías estará en otro lado. Y como tantas otras veces en las últimas décadas, el nombre de un viejo conocido comienza a estar en boca todos: el del exdirector de Operaciones de la SIDE, Antonio “Jaime” Stiuso.

Es que, según pudo saber elDiarioAR, quien suena con fuerza para encabezar la virtual área de Defensa del nuevo organismo reestructurado es Alejandro Colombo, una figura ligada tanto al famoso exespía como a otro personaje que sabe moverse muy bien en el submundo de los servicios de inteligencia: Miguel Ángel Toma. Colombo fue delegado de la exSIDE en Roma durante los años menemistas y operó en el área de Relaciones Internacionales del gobierno porteño en tiempos de Mauricio Macri al frente de la gestión de la Ciudad. “Al lado de Neiffert, Colombo es Kim Philby”, ironizó un avezado conocedor del paño, en referencia al célebre espía británico.

Así como no hubo Presidente que no quedara endulzado por los cantos de sirena del espionaje, tampoco existió gestión que no procurara, llegado el caso, ponerle un coto a sus movimientos. El último intento reformista, posiblemente el más ambicioso, lo llevó adelante a principios de 2015 la expresidenta Cristina Kirchner, luego de que la muerte del fiscal Alberto Nisman destapara la caja de Pandora y la figura Stiuso llegara a la tapa de los diarios. Los cambios introducidos tardíamente por el kirchnerismo constituyeron un paso adelante en el afán por echar luz sobre la oscuridad siempre imperante en los organismos de inteligencia.

En concreto, con la creación de la AFI se realizaron dos modificaciones relevantes: la exigencia de una rendición de cuentas respecto a los gastos del presupuesto de la Agencia –hasta fines de abril, la partida de los fondos reservados desde que asumió Milei había crecido un 129%– y el traslado de las intercepciones telefónicas de la órbita de la exSIDE a la de la Procuración General de la Nación. Pero estos avances no tuvieron mucha vida: una vez en el poder, fueron borrados de un plumazo por el macrismo. Durante los cuatro años de Alberto Fernández, quizás la única medida de relevancia haya sido prohibir que la AFI realice funciones policiales o de investigación criminal para el Poder Judicial. Todavía es una incógnita el legado que dejará La Libertad Avanza en esta materia.

PL/MG