Si alguien cree que Javier Milei va a reducir la tensión en su duelo personal con Pedro Sánchez y el Gobierno español no puede estar más equivocado. Se ve como un líder mesiánico elegido por Dios que no acepta las críticas y que está llamado a dejar su huella no sólo en Argentina, sino en todo el mundo.
La semana pasada reincidió en sus insultos a Sánchez al que llamó “mentiroso” y “cobarde”. El periodista argentino Juan Luis González lo retrató en su libro 'El loco' que la editorial Península publica ahora en España. “Si fuera un auto, te diría que sólo tiene el acelerador y no tiene freno ni freno de mano”, dice.
-¿Quién es Javier Milei sin enemigos a los que pueda atacar o incluso insultar?
-Milei se pelea con todo el mundo, no solo con sus enemigos. Se pelea también con sus amigos. Tenía un economista liberal famoso del que decía: “Mi verdadero padre se llama López Murphy”. Y luego dijo que lo odia, lo detesta, y te hablo de hace un par de años. Con un histórico amigo, Diego Giacomini, del que decía que era “mi hermano del alma”, también se peleó. La constante en la vida de Milei es el conflicto. No sabe relacionarse con seres humanos. Ahí además se cruza algo muy curioso y es que le interesa más la geopolítica que la política nacional. Por caprichos ideológicos, tuvo peleas con Bolivia, Chile, Brasil, Venezuela, Colombia, México, China y ahora España.
-La semana pasada la revista estadounidense Time le dedicó la portada y una larga entrevista. Él retuiteó muchos comentarios elogiosos del artículo, no tanto por su contenido como por el hecho de que él aparece en la portada, y está en la línea de lo que comenta, que aspira a ser una figura internacional, como si Argentina se le quedara chica.
-En esa entrevista es donde dice: yo soy el máximo líder de la libertad a nivel mundial. Termina esa frase y dice: los políticos de acá, de Argentina, no lo entienden. Ellos tienen una agenda de cabotaje y son liliputienses al lado mío. De estas últimas semanas, es lo que más me impresionó. Pasó de ser alguien que está convencido de que Dios lo eligió para ser presidente de Argentina a tener una especie de misión internacional. Está en una fase bastante excitada de su mandato.
-Milei llamó "corrupta" a la esposa de Pedro Sánchez y su portavoz al día siguiente lo negó. ¿Es habitual que Milei diga algo en público y al día siguiente se niegue o se acuse a los periodistas de contar algo que no ocurrió?
-Ahora estoy escribiendo mi próximo libro y esa es una de las cosas centrales, porque, recién hablamos de la posverdad, Milei está llevando esto a un lugar nuevo. Hasta que no tenga un nombre mejor le voy a llamar la postrealidad, que estuvo muy claro en un momento que yo creo que va a quedar para la historia argentina. Se armó un gran lío cuando publicamos en la revista Noticias la verdadera cantidad de perros que tiene Milei. Él decía que todas las mañanas jugaba con cinco perros. Entonces descubrimos que tiene cuatro, que hay uno que se murió y que él lo imagina. Eso parece una cosa menor, pero es un tema de salud mental del presidente. El lunes siguiente, Adorni, el vocero (portavoz), da la conferencia con una frase que a mí me parece impresionante. Textual, dice que si el presidente dice que tiene cinco perros, tiene cinco perros, que es calcada a una frase de Orwell en '1984' que dice que si el partido dice que hay cinco dedos, cuando le mostraba cuatro, hay cinco dedos.
-Después de llamar a consultas a la embajadora española, Sánchez decretó que la retirada era permanente. ¿Cree que esa estrategia funcionará con Milei o hay que esperar más provocaciones?
-Milei tiene algunas cosas positivas. Una es que es muy fácil, digamos, predecirlo. Él siempre redobla la apuesta. Si fuera un auto, te diría que sólo tiene el acelerador y no tiene freno ni freno de mano. En este caso, imagino que va a seguir acelerando. Yo soy muy hincha de San Lorenzo y apuesto todas mis camisetas de San Lorenzo a que Milei va a ir a España ahora y va a redoblar la apuesta porque es lo único que puede hacer. Él es casi como un nene. De hecho, el argumento que dio acá cuando volvió del quilombo en España fue que él empezó (por Sánchez), que es un argumento que usa mucho para explicar sus problemas políticos. Él empezó, ella empezó, que es un momento muy infantil, ¿no?
-En una entrevista de la semana pasada en un canal de noticias argentino, Milei llama a Sánchez incompetente, mentiroso y cobarde. Más allá de las discrepancias políticas, él va a seguir en el ataque personal.
-Es el único registro que conoce. De hecho, su éxito político está precedido por su éxito mediático, en el que había ataques constantes a los zurdos, a la gente de izquierda, que para él son todo el mundo, y siempre lo lleva a un plano personal. Una frase famosa es: los zurdos son excremento humano y nosotros somos superiores productivamente, moralmente y estéticamente. Siempre se funden en él el terreno personal y político. De hecho, hasta se pelea con gente que está en su propio espectro político.
-Al presentar su libro en Madrid, agradeció a Abascal su apoyo en años anteriores con la frase: “Cuando yo era un ser despreciable y nadie me quería, el único que me abrazó fue Santiago Abascal”. Tanto Vox como otros partidos de extrema derecha no renuncian al poder del Estado y quieren utilizarlo en favor de sus intereses. ¿Cómo resuelve Milei esa contradicción?
-Demuestra lo que le importa a Milei esa conexión internacional. Milei es un anarcocapitalista muy convencido, no es una pose. Le puso de hecho a uno de sus perros el nombre de Murray, por Murray Rothbard, que es el fundador del libertarismo. El corazón del anarcocapitalismo es la negación de la autoridad del Estado. La tesis de Rothbard es que el Estado no tiene que existir porque nace de un hecho violento y entonces hay que llevarlo a su mínima expresión y eventualmente destruirlo. Ahí tienes una distancia fenomenal con Vox y con Le Pen y Meloni.
La pregunta es por qué se juntan. El pegamento que tiene Milei es la idea que él llama la batalla cultural, que se traduce en luchar contra el comunismo, el feminismo, el progresismo y la izquierda. Es eso lo que los une. Los unen los enemigos, que no es poco en política.
-Su libro describe el maltrato incluso físico que sufría a manos de su padre y otras humillaciones personales en su vida. Está claro que Milei es un tipo que no olvida.
-Toda su historia, su política, su presidencia es él corriendo y escapando de todos sus problemas. Cuando todos me daban la espalda, esa persona me ayudaba. Es algo que él utiliza permanentemente con sus aliados momentáneos. Ahí está muy presente en su vida esta cosa de hombre roto que sufrió muchísimo. La semana pasada fue increíble. El miércoles hizo un show musical en Luna Park. Después del show es la primera vez en años que menciona al padre, que estaba ahí, el padre que lo fajó, le pegó toda la vida y lo menciona para decirle que su verdadero padre es Adam Smith. Es impresionante. Es un hombre inestable al que eligieron para un país inestable.
-En la presentación de su libro en Madrid, para explicar su llegada al poder, dijo: “Soy un liberal en un país de zurdos. Hicieron las cosas tan mal que aquí estamos”. ¿No es cierto que es imposible entender su éxito sin el fracaso anterior de Macri y de los peronistas?
-Sí, totalmente. Es imposible entenderlo sin el fracaso de dos administraciones y la crisis económica que arrastramos desde hace doce años. La pregunta también es: ¿por qué ganó Milei y no ganó otro? Porque había varios candidatos que estaban fuera de estas formaciones tradicionales. Hay mucho de la pandemia. No es casual que Milei diga haber recibido la aparición de Dios durante la pandemia. Milei recupera cierto romanticismo con la política, cierta mística, cierta épica desde lo estético. Con el rock and roll, con el pelo largo, con los gritos, con la campera de cuero, también con el contraste con la oferta electoral que había el año pasado, todos políticos más tradicionales. Acá es donde engancha con los pibes, con los jóvenes. Les decía: yo quiero quemar un banco, quiero hacer una revolución y yo doy la vida por lo que creo, todas frases textuales de Milei.
Hay una rebeldía ahí con la política que él recupera y funciona, y después creo que hay mucho del bichito del celular que tenemos todos, que hace que en Argentina haya 60 millones de celulares funcionando y hoy somos 47 millones, hay más celulares que personas. Milei es el primer producto cien por cien nativo de las redes sociales. Salió de las redes y después va de las redes a la política.
-En las redes sociales siempre triunfa el estilo más agresivo y la gente no suele rectificar. ¿Ese es el tipo de político que es Milei?
-Sí, hay mucho de esto que estamos hablando. Hay mucho también de que se cruzaron la vida de Milei con el momento histórico perfecto, porque Milei es muy genuino. Hace diez años ya decía casi lo mismo que ahora. Pero Milei en el 2023 estaba tocando la melodía exacta que la sociedad argentina quería escuchar. Y engancha perfecto con las redes sociales. Además, si vos ves el camino de Milei hacia la política, es él como figura mediática. Él iba a la televisión, pero, más que el momento televisivo, lo que se viralizaba era una pelea de Milei de dos minutos. Por eso, hoy es el político con más seguidores en TikTok, en Instagram, en Twitter. Marca agenda.
-En la prensa argentina, fuentes anónimas cercanas al expresidente conservador Mauricio Macri criticaban a Milei por el conflicto con Sánchez y España por la repercusión económica que pueda tener en las inversiones. ¿Cómo es su relación con esos partidos de derecha a los que necesita en el Parlamento?
-Atraviesa tensiones. Milei logró controlar a Macri. Macri es un animal político de peso fuerte en Argentina que hasta entonces nadie le había podido hacer frente y Milei lo logró controlar muy bien. Queda la duda de si Macri sobreestimó sus fuerzas o subestimó a Milei. Te dicen (en el partido de Macri) que La Libertad Avanza es un espacio muy nuevo, no tiene gente. Estas dos cosas son ciertas. Entonces cuando haya una gran crisis, va a necesitar llamarnos a nosotros y ahí vamos a copar el Gobierno, dicen. Hay una idea en el círculo de Macri de sentarse y esperar. Estamos hablando de un Gobierno muy intenso, pero tras cinco meses le queda mucho recorrido y es verdad que no tiene figuras de recambio. Es un espacio muy chiquito.
-Además de su hermana, Karina Milei, ¿quien influye en Milei?
-Es un círculo muy reducido donde están Karina Milei y Santiago Caputo. Esto es muy curioso. Caputo es un estratega que era el único que vaticinaba, junto a Javier y Karina, la victoria de Milei el año pasado. No sé cómo es en España, pero en Argentina la sociedad presidente y estratega solía ser una sociedad de contrapeso, donde un estratega calmaba al presidente. Caputo es todo lo contrario. Es el alter ego de Milei. Es el que todo el tiempo le echa nafta al fuego, que incentiva las peleas.
Santiago Caputo dirige una usina de comunicación digital, que es un grupo de 30 a 40 jóvenes que trabajan en la Casa Rosada, que son empleados del Estado, que son tuiteros. Son gente que ejerce la persecución política en las redes sociales de manera muy terrible, desde atacar personalmente a cualquier persona que tenga un entredicho con Milei, que llegan a publicar direcciones de las casas, teléfonos, una cosa muy violenta realmente.
-El riesgo de quedar fuera del círculo es alto. Ahora se habla de que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, podría salir del Gobierno.
-Sí, está camino fuertemente de irse. Ahí cayó en la misma trampa. Los Milei no saben relacionarse con personas y todo el tiempo se pelean. Entonces el gran expulsado siempre es el que viene de fuera, porque a Posse seguramente lo van a echar. De hecho tuvo conflictos con Karina porque Karina siempre quiere más poder. Hay un régimen de terror político dentro del Gobierno que a mí me sorprende. No lo he visto nunca en Argentina. Gente con mucha trayectoria política les tiene miedo a Milei y a Karina Milei.
-¿Miedo a qué?
-Primero, a que los expulsen, que este Gobierno tiene cinco meses y ya echaron a 22 o 23 funcionarios, que es muchísimo. Y acá viene lo del miedo. El régimen que instauraron los Milei es un régimen de humillación pública que no es solo que te expulso, sino que te humillo, te persigo en las redes. Todo un régimen de escarnio público que es bastante tremendo y además (Milei) le da siempre manija en su cuenta de redes sociales.
-En su libro aparece una pregunta que se hace y no sé si tiene ya una respuesta tras cinco meses de Gobierno. ¿El loco es él o es la sociedad argentina la que ha enloquecido?
-Qué pregunta, ¿no? Yo creo que Milei en este sentido es una víctima de la sociedad argentina. Es solamente el mejor espejo y reflejo de una Argentina rota. A Milei no hay que investigarlo tres años para darte cuenta de que tiene una inestabilidad personal marcadísima. No tiene trayectoria privada ni pública para el cargo que ocupa, su ideología nunca fue probada en ningún lado del mundo y su espacio gobernante no tiene trayectoria.
Además, está haciendo lo que dijo que iba a hacer. Esta crisis económica que estamos sufriendo, que es bestial, era bastante previsible porque él literalmente la anunciaba. Él decía: voy a hacer un ajuste mayor al que pide el Fondo Monetario Internacional. Lo dijo muchas veces en campaña y lo está haciendo. Entonces la pregunta es por qué lo eligieron si estaba todo muy claro. Evidentemente conectó con una sociedad argentina que, como él, está enojada, está sola, está angustiada, está rota, está con miedo. Y en ese sentido es el mejor reflejo de esta Argentina.
ISU/CRM