Alberto Fernández esquivó a los periodistas en todo viaje a la cumbre del G7 en el castillo Elmau, Alemania, para evitar referirse a las tensiones locales y centrarse en la agenda internacional. Ni se acercó a saludarlos en el avión de Aerolíneas que partió el sábado por la noche, ni el domingo, pero este lunes dio una conferencia de prensa de sólo tres preguntas y aceptó contestar sobre las medidas para instaurar un cepo a las importaciones de bienes suntuarios.
“Queremos poner en orden las cuentas públicas. No se puede vivir eternamente con déficit fiscal. Sin ajuste, con crecimiento, pero el Estado también tiene que hacer su parte”, abrió el paraguas, en sintonía con los reclamos de inversiones financieros que derribó los bonos en pesos y la moneda nacional en el mercado paralelo en las últimas semanas. En el decreto de necesidad y urgencia (DNU) del presupuesto se prevén ajustes respecto del proyecto de ley original, en obra pública nacional, y en relación a 2021, en giros a provincias y programas sociales.
De esta manera, el Presidente volvió a responder las críticas que Cristina Fernández lanzó el lunes pasado, cuando aseguró que el déficit fiscal no era el responsable de los altos índices de inflación. Durante un acto en la CTA, la vicepresidenta había dicho: “Cada vez que el país se endeuda en dólares, la economía bimonetaria hace estallar el país por los aires”.
“Son medidas que ya veníamos preparando antes de la revisión del acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional)”, comentó Fernández, en un intento por desligarlas del reclamo de Cristina Fernández de Kirchner sobre un supuesto “festival de importaciones”. “Esperamos a que saliera primero la revisión”, agregó el Presidente, en referencia a la aprobación del cumplimiento de las metas del primer trimestre del pacto, que tienen que ver con ajuste fiscal y monetario y acumulación de reservas del Banco Central, y a la flexibilización de los objetivos del segundo trimestre. “Vamos en sentido de recuperar reservas”, dijo el Presidente desde Alemania y justificó así el cepo importador.
Lo cierto es que luego de la crítica de la vicepresidentasobre un supuesto “festival de importaciones”, el ministro de Economía, Martín Guzmán, confirmó que el Banco Central lanzará un nuevo esquema de “administración del comercio exterior”.
La reacción de la Unión Industrial Argentina (UIA) no se hizo esperar. Su presidente, Daniel Funes de Rioja dijo a CNN radio que “no se puede parar la producción” y se quejó por cómo las nuevas medidas afectarán las importaciones.
Sobre su participación en la Cumbre, Fernández aseguró que pudo “reclamar algo que vengo reclamando hace tiempo, que todos nos pongamos a trabajar para que esta guerra termine cuanto antes, porque está trayendo un daño indiscutible con el aumento de los precios en energía, y eso es el prolegómeno de una hambruna que puede afectar a 300 millones de habitantes”.
En ese sentido, señaló que le planteó a los líderes mundiales que “el problema no es la pobreza, sino el modelo económico que la genera”.
Con su paso por la Cumbre, el Presidente espera haber despertado el interés de Italia y Alemania para invertir en la producción de gas licuado en Vaca Muerta.
Es que e Fernández dedicó su último día en la Cumbre a las reuniones bilaterales con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen; el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz; los primeros ministros de Reino Unido, Boris Johnson; e Italia, Mario Draghi; y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
AR