La fecha es imprecisa, pero sería en el “cortísimo plazo”, y el número de efectivos se mantiene en reserva aunque se filtra que se tratará de cinco comandos integrados por fuerzas federales que se desplegarán en cinco puntos del Gran Buenos Aires para, con coordinación nacional, desplegar tareas en territorio bonaerense.
Detrás de la cuestión operativa late una disputa política. Al entrevero que hace tiempo tienen los ministros de Seguridad Aníbal Fernández y Sergio Berni, en los últimos días se agregó un condimento adicional con la intervención, directa, de Axel Kicillof que este martes dijo que desde el inicio de la gestión, en 2019, elevan pedidos a la Casa Rosada para el envío de gendarmes a la provincia y nunca obtuvo respuesta.
“Siempre requerimos, solicitamos enfáticamente, el envío de seis mil gendarmes a la provincia. Se habló, hubo muchas conversaciones, incluso con el Presidente por el envío de gendarmes pero todavía no mandaron ninguno de esos seis mil. Seguimos dando vueltas con el tema”, dijo el gobernador en declaraciones a radio Provincia.
Antes, se había filtrado una carta de Kicillof al gobierno nacional para que explique el plan, del que no tenían conocimiento, para desplegar efectivos federales en el conurbano. El planteo que hacen en La Plata es que las fuerzas federales no pueden intervenir en la provincia, en cuestiones de seguridad ciudadana, sin una coordinación con el gobierno provincial. “¿A alquien se le ocurre que podrían enviar gendarmes a una ciudad de Córdoba sin hablar con Schiaretti?”, analiza, con clara intencionalidad, un funcionario ante elDiarioAR.
En Nación, las declaraciones del gobernador sumaron tensión. “Kicillof quiere manejar los gendarmes y no va a manejar ni uno. La autoridad sobre las fuerzas federales es del Presidente, si quiere manejar gendarmes que primero sea presidente”, dicen en Seguridad, cerca de Aníbal Fernández. La respuesta, filtrada en la cartera nacional, le agrega pólvora a una discusión que se da en un contexto de extrema tensión entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
En Nación presumen, incluso, que la intervención personal de Kicillof -que hasta acá había dejado ese asunto en manos de Berni- puede tener que ver con un planteo directo de la vicepresidente. No habría, según se deslizó, una respuesta pública a las recientes declaraciones del gobernador. “Si la idea es que haya un despliegue de gendarmes, para cuestión de seguridad ciudadana, evidentemente hay que coordinarlo con el Ministerio de Seguridad de la provincia”, afirmó Kicillof y contó que existió una nota para que se explique cómo, cuántos gendarmes y donde, planea desplegar Nación.
“En el cortísimo plazo”, dicen en Seguridad nacional y solo detallan que se tratará de cinco comandos que estarán apostados en La Plata, Avellaneda, La Matanza, Pilar y Tigre. Evitan, en paralelo, decir qué cantidad de efectivos se involucrarán en esas operaciones aunque precisan que se tratará de las distintas fuerzas federales, no solo de Gendarmería.
“Berni podría agarrar 5 mil efectivos de los más de 90 mil que tiene la policía Bonaerense y armar comandos como los que armaremos desde Nación”, apuntaron desde Seguridad nacional donde insisten con la decisión de desplegar efectivos en distintos puntos del conurbano tal como, apuntan, se conversó con distintos intendentes.
Esas conversaciones comenzaron ante un pedido de jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, y derivaron en varias reuniones de las que, en algún caso, participó el presidente Alberto Fernández. “Ellos pidieron nuestra intervención, analizaron, observaciones y fuimos avanzando. El próximo paso será la instalación de los comandos en los cinco lugares acordados”.
El punto de partida, que se registró en la segunda mitad del año pasado, estuvo cruzado por un factor político que tiene que ver con la mala relación que tiene Berni con la mayoría de los intendentes. Ese ruido fue, adicionalmente, peor entre el ministro de Seguridad e Insaurralde. Así comenzaron los contactos y las gestiones aunque marchan a materializarse en un contexto donde la situación política es distinta.
PI