Apenas habían pasado unas horas de los insultos que Javier Milei profirió a la oposición en Diputados por haber votado una nueva fórmula jubilatoria, cuando Guillermo Francos levantó el teléfono. Del otro lado estaba Miguel Pichetto, uno de los blancos de las críticas más virulentas del Presidente. El jefe de Gabinete buscó rápido apagar el fuego en una pradera que ya se avizora muy seca luego del golpazo que habían generado los dos tercios de los votos en contra. El funcionario más político del Gobierno tiene la misión de que las rabietas del mandatario no le “cuesten” la ley Bases: por eso la intención de acercarse al jefe del variopinto bloque de Hacemos Coalición Federal (HCF), que será clave en la discusión por venir.
El espacio de Pichetto ganó cierta preponderancia en el fragmentado tablero político no solo por su heterogeneidad –amplio espectro ideológico, línea directa con algunas provincias–, sino también porque el mismo martes de la sesión absorbió a un puñado de diputados con una clara identificación territorial: se sumaron los 8 legisladores de Innovación Federal que responden al gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck; de Salta, Gustavo Sáenz, y de Misiones, Hugo Passalacqua. Y además se incorporó Osvaldo Llancafilo, del monobloque Movimiento Popular Neuquino.
Estos diputados “con tierra” agrandaron el espacio que ya integran los exmacristas Nicolás Monzó y Emilio Monzó –con fuerte vínculo con el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio–, pero también Margarita Stolbizer, los socialistas santafesinos, los cordobeses schiarettistas y otros diputados sueltos como el peronista Florencio Randazzo y Oscar Agost Carreño, que preside el PRO en Córdoba. En total son 25 votos, luego del portazo de los seis legisladores de la Coalición Cívica de Elisa Carrió. “Con ella está todo bien”, le dijo, de todas maneras, hace unas semanas a elDiarioAR.
Pero la ambición de los “Pichetto’s boys” va más allá del juego parlamentario que estampó ayer por la madrugada en el tablero del recinto de la Cámara baja 156 votos afirmativos sobre 70 negativos (es decir los dos tercios). En el diverso bloque ya están pensando en las elecciones legislativas del próximo año y en las ejecutivas del 2027.
Los entusiasma la posibilidad de conformar una fuerza que abrace también a peronistas exkirchneristas, a figuras del PRO desencantadas con la vuelta de Mauricio Macri y el mileísmo de Patricia Bullrich, y hasta radicales más inorgánicos. De alguna manera HCF quiere funcionar como una suerte de nueva piel de aquellos dirigentes que atravesaron lo que fue Cambiemos y que hasta el año pasado se llamó Juntos por el Cambio y fracasó en términos electorales por la irrupción del libertario.
Fue el propio Monzó el que reveló esa carta: “Apuesto a armar algo de mesura, de centro-moderado, porque para mí Milei tiene mucho de emocional. Se terminó Juntos por el Cambio y hay que armar un dique en ese lugar”, aventuró el experimentado diputado en una entrevista en Radio Con Vos, donde fue muy crítico de Milei: lo comparó con el estafador preso Leonardo Cositorto y dijo que es “incompetete” para gestionar. A su modo, Pichetto le puso las mismas palabras: “Ni la agresión ni la acusación estúpida construyen consensos”, le dijo a La Nación.
Monzó evitó dar nombres pero se animó a contabilizar que hay “unos veinte cuadros” políticos en esos espacios dispuestos a dar el salto para su proyecto “centrista”. “Me gustaría tener un espacio que sea una orquesta, con gente capacitada, que tengamos el gabinete y poder decir que tenemos con qué y para qué”, vendió el diputado. “Ojo con lo que viene el año que viene. Va a haber una fuerza política nueva, con los que logren correrse al centro”, vaticinó el cultor de la “rosca política”.
Ojo con lo que viene el año que viene. Va a haber una fuerza política nueva, con los que logren correrse al centro
En conversaciones subterráneas en HCF sí hay nombres dando vueltas. En las filas del peronismo identifican con ese perfil a los exministros albertistas Santiago Cafiero y Victoria Tolosa Paz. La diputada de Unión por la Patria fue de hecho quien encabezó las negociaciones con HCF y la UCR para la incorporación del impuesto al tabaco durante la media sanción de la ley Bases. Hubo 21 legisladores de la bancada de Germán Martínez que votaron con el resto de la oposición, porotos clave porque la votación se terminó imponiendo gracias a que los kirchneristas se abstuvieron.
En el PRO quienes asoman en ese imaginario son los amarillos larretistas que no sacaron los pies del espacio pese al fracaso electoral de Horacio Rodríguez Larreta. Algunas referentes de esa línea son las diputadas Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal. Sugestivamente, ambas no estuvieron en el momento de la votación por la actualización de los haberes jubilatorios, y voces amarillas ya las acusaron ante elDiarioAR de “traidoras”. Sí se jugaron fuerte por el rechazo los macristas y bullrichistas, en línea con su asociación legislativa a La Libertad Avanza.
Y en el radicalismo es un átomo suelto Facundo Manes y el puñado de diputados referenciados con él. Suelen tener independencia de criterio a la decisión del bloque que conduce Rodrigo de Loredo. Durante la votación de la ley Bases, por caso, el neurólogo se abstuvo, lo mismo que Fernando Carbajal, Pablo Juliano y Marcela Coli.
Con el PRO enfrascado en el dilema de ser un oficialismo blue, el cálculo de Monzó es que el espacio del centro tiene terreno fértil para crecer porque en las elecciones de medio término quien más arriesga es el macrismo, que viene de una buena elección en 2021: a su modo, si el oficialismo libertario crece lo hará a costa de PRO. Ahí HCF tendría una rivalidad electoral, si no hay acuerdo, con la UCR, fuerza a la que hace tiempo le cuesta encontrar su lugar político. “Somos oficialistas del cambio, y opositores a seguir haciendo las mismas cosas de siempre”, se autodefinió un operador radical en diálogo con este medio.
Pero para eso falta. Los dos tercios del martes en Diputados le sumaron tensión a la nueva negociación por la ley Bases que próximamente tendrá la Cámara baja, si finalmente el Senado aprueba la versión con cambios el miércoles 12 –fecha aún sin confirmar–. Hasta tanto, en HCF esperan que Milei cambie su libreto de insultos. “Hemos votado la ley Bases y el acuerdo fiscal para ayudar. Entonces, nos siguen agrediendo estúpidamente. No lo entiendo”, se quejó Pichetto. Monzó fue más allá y dijo que si el Gobierno tensa más la cuerda, está en el aire la posibilidad de rechazar el DNU, que ya tiene la negativa del Senado. “Ponen el DNU en riesgo”, avisó.
MC/JJD