La delicada situación en Venezuela, donde Nicolás Maduro se autoproclamó ganador sin mostrar las actas con los resultados y en medio de denuncias de fraude, generó un fuerte cuestionamiento -aunque con matices- de la comunidad internacional. En la Argentina, los principales dirigentes del kirchnerismo, que durante años fueron defensores locales del chavismo, oscilaron entre el silencio y una defensa sutil a la autonomía del país caribeño.
Durante el discurso en el que anunció su victoria, Maduro apuntó contra Javier Milei, a quien calificó como un “bicho, feo, cobarde y estúpido” que no le “aguanta un round”, a la vez que lo tildó de “nazi fascista y vendepatria”. Fue una respuesta al tuit del Presidente argentino, quien minutos antes había pedido una intervención militar: “Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que las Fuerzas Armadas esta vez defiendan la democracia y la voluntad popular. La Libertad Avanza en Latinoamérica”, escribió en X y sentenció: “Dictador Maduro, afuera!!!”.
Mientras los principales dirigentes del peronismo decidieron mantenerse callados, Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad del gobierno de Axel Kicillof, cuestionó durante una entrevista que “Milei esté más preocupado por lo que pasa en Venezuela que con la realidad de su país” y luego lo criticó por sus “expresiones llamando a un golpe de Estado, sin respetar la voluntad de los pueblos”. Luego, sin nombrar a Maduro, pidió respetar la autonomía de Venezuela: “Los venezolanos tienen más argumentos para resolver sus problemas que lo que podamos hacer nosotros al respecto, a la Argentina le hizo mal cuando se mimetizó con los intereses de otros países”.
Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa hasta la tarde de este martes se mantenían en silencio. Además de la intervención de Larroque, se expresó Alicia Castro, exembajadora argentina en Caracas, quien defendió el proceso electoral: “Solo Venezuela está sometido a un control que tiene ribetes de golpismo”. En defensa explícita de Maduro sólo salieron algunos dirigentes hoy son marginales en el esquema opositor, como Luis D’Elía y Fernando Esteche. El Jefe de la CTA Autónoma y referente de ATE, Hugo “Cachorro” Godoy, lo felicitó en X por su “gesta democrática para darle continuidad al legado de Hugo Chávez y en defensa de la soberanía venezolana” y criticó al “fascismo que alienta la violencia y el fraude”.
Desde La Cámpora no hicieron un pronunciamiento formal, aunque salieron a desmarcarse de un listado difundido por la canciller de Venezuela, Yvan Gil, que incluía a la agrupación de Máximo Kirchner en un listado de “más de 100 organizaciones sociales y políticas” que reconocían los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) que declaró ganador por el 51% de los votos a Maduro.
El intendente de Escobar, el peronista Ariel Sujarchuk, era hasta la tarde de este martes el único dirigente cercano a Cristina y Massa que se animó a marcar públicamente su postura crítica. “Ningún dirigente que defienda la democracia puede avalar el presente de Venezuela. La falta de transparencia deja en claro un proceso electoral confuso y enrarecido. No respetar la voluntad popular no es de izquierda ni de derecha, es golpista”, sostuvo en X y agregó: “Acompaño a todos los que en este momento defienden los valores democráticos: la comunidad internacional debe exigir que se conozcan y se verifiquen las actas electorales para respaldar con firmeza lo que el pueblo venezolano eligió en las urnas”.
La incomodidad de Cristina
A dos días de la elección y con una Venezuela convulsionada, Cristina Kirchner no había dado definiciones. Acaso por preservar la vieja alianza que supo tener con Hugo Chávez, la expresidenta evitó expresarse en los últimos años sobre la deriva del gobierno de Maduro y la crisis humanitaria que generó el exilio de casi el 25 por ciento de su población.
Si bien Cristina matizó su discurso y tampoco celebró un triunfo de Maduro. Eligió ser cauta, aunque algunos dirigentes y exfuncionarios cercanos a la vice insisten en su sociedad con el gobierno chavista. Ariel Basteiro, dirigente kirchnerista y exembajador en Bolivia, viajó como veedor internacional y aseguró que la votación transcurrió con “normalidad”. A través de X, afirmó: “El vocero Adorni el viernes dijo que había que respetar el resultado de las elecciones en Venezuela... Me sentaré a escucharlo a ver qué dice ahora, el pueblo Venezolano le puso terrible tapa a él y a Milei”.
Las palabras de Basteiro contrastan con la avalancha internacional de pedidos para que Maduro muestre las actas que avalarían su victoria y precise los resultados desagregados para conocer cuál fue el porcentaje de los candidatos en cada Estado. Hasta el martes, ni siquiera se sabía quién sacó el tercer puesto en la elección. En ese sentido. La expectativa del kirchnerismo estará puesta en el próximo sábado, cuando Cristina dará una charla en el cierre de un evento del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, el partido del mexicano Andrés Manuel López Obrador. La temática “La realidad política y electoral de América Latina” la obligará a expresarse sobre el tema. En el peronismo imaginan un movimiento a la par del brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, quien se mantiene en silencio mientras ensaya una mediación para que Maduro muestre las actas electorales, pese a que su partido ya publicó un comunicado para reconocer el triunfo del oficialismo venezolano.
El chileno Gabriel Boric dio un paso más al considerar que “el régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer”. Esos dichos le generaron la expulsión de sus diplomáticos y un cimbronazo en la interna partidaria, que igual decidió afrontar.
DM/LA