A 20 años de la Masacre de Floresta, en la que tres jóvenes fueron asesinados por un suboficial retirado de la Policía Federal en una estación de servicio de dicho barrio porteño, organizaciones barriales realizaron una serie de actividades con el fin de conmemorar el hecho y pedir “basta de violencia institucional”.
Las actividades comenzaron a las 17, cuando se llevó a cabo la inauguración de una señalización contra la violencia institucional en el lugar de los hechos ocurridos hace 20 años, en la esquina de avenida Gaona y Bahía Blanca.
El acto fue encabezado por el secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla Corti, quien junto a familiares de las víctimas descubrió la señalización, que bajo el lema “Memoria, verdad, justicia” y las fotos de los jóvenes asesinados hace una breve reseña del triple crimen.
“En un emotivo acto junto a sus familiares y personas allegadas, y junto a lxs compañerxs Claudio Morresi (legislador porteño) y Paula Penacca (diputada nacional) seguimos impulsando una Argentina Unida contra la Violencia Institucional y repudiando el accionar indebido de las fuerzas de seguridad”, escribió en su cuenta de Twitter Pietragalla Corti.
A las 19 se realizó una misa conmemorativa en la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria, en Bahía Blanca y Avellaneda, tras la cual se llevó a cabo una marcha de antorchas desde el centro religioso hasta la plaza del Corralón, emplazada en avenida Gaona al 4600.
Allí, los familiares de los jóvenes asesinados tomaron la palabra como cierre del acto, en un predio donde en un paredón ubicado al costado de una cancha de fútbol se encuentran los rostros dibujados de las víctimas, acompañados de la leyenda “Basta de violencia institucional”.
“Convocamos a la comunidad a participar de las actividades que se realizarán para acompañar a las familias de Maxi, Cristian y Adrián, y expresarnos en contra de la violencia policial, que debemos erradicar para construir una sociedad mejor”, había expresado en un comunicado la organización barrial “La Asamblea de Floresta”, difundido en los días previos.
La masacre de Floresta
Los jóvenes Maximiliano Tasca, Cristian Gómez y Adrián Matassa, todos hinchas del All Boys, fueron asesinados el 29 de diciembre de 2001 por Juan de Dios Velaztiqui, un suboficial retirado de la Policía Federal Argentina (PFA) que prestaba servicios adicionales en la estación de servicio de avenida Gaona y Bahía Blanca.
Ese día los tres amigos y un cuarto estaban sentados a la mesa de un minimercado ubicado en la esquina mencionada mirando la televisión, donde se mostraban imágenes de los disturbios sociales de la noche anterior.
En ese momento, uno de ellos hizo referencia en contra del accionar de las fuerzas de seguridad y eso provocó la reacción de Velaztiqui, quien extrajo su arma, disparó y mató a mansalva a Tasca, Gómez y Matassa, mientras que un cuarto joven se salvó porque alcanzó a salir corriendo del lugar.
Velaztiqui intentó fraguar una escena de robo, moviendo los cuerpos y plantando un cuchillo, pero no fue convincente y terminó detenido.
El episodio devino en una rebelión popular de los vecinos de Floresta, quienes concurrieron a la comisaría a reclamar justicia y fueron reprimidos con gases lacrimógenos y balas de goma.
En marzo de 2003, Velaztiqui fue condenado a prisión perpetua por “triple homicidio calificado por alevosía” y pasó nueve años como recluso en la cárcel de Marcos Paz, hasta que le concedieron el beneficio de la prisión domiciliaria tras haber quedado ciego y sufrir múltiples problemas de salud.
Después de estar otros nueve años con prisión domiciliaria, falleció en febrero de este año de cáncer en la casa de su hija, en Berazategui, a los 82 años.
FS con información de Télam