Cómico y popular, seductor y barrial, con una vida que osciló entre el éxito y la tragedia, Carlos Andrés Calvo, “Carlín”, fue uno de los actores más emblemáticos de las décadas del 80 y el 90 en la Argentina. De entre todos sus trabajos que desarrolló en cine, teatro y televisión, será recordado centralmente por dos: su papel en Adiós, Roberto, la primera película argentina sobre una pareja gay, y su protagónico en Amigos son los Amigos, uno de los programas más vistos de la historia de Telefe.
“Hoy murió Carlín, hace unos días Maradona y hace unos meses Elsa Serrano. Podemos decir que los 90 están terminando y los 80 van quedando cada vez más lejos”, afirma Dalia Ber, coautora del libro Los 80. La Década. “En 1989, Mar del Plata tenía en cartel obras con Jorge Porcel, Juan Carlos Calabró y Beatriz Salomón. Pero Carlín era Carlín y las chicas hacían largas filas para ver su obra porque morían por él”.
“Había una cosa de identificación muy fuerte con las ideas acerca del barrio, el chanta, el buen tipo. Tenía un ángel absoluto que me hace pensar que en un punto era el Maradona de la actuación”, le dice a elDiarioAR el escritor y periodista Juan Pablo Bertazza, autor de una investigación aún inédita sobre el fenómeno de Amigos son los Amigos. “La fama que tuvo en una época fue maradoniana: cuando se emitía Amigos se paraba el país. Vos tenías la seguridad de que todo el mundo estaba viendo el mismo programa al mismo momento. Y por ejemplo, cuando hizo la versión teatral del programa en 1992 me contaron que le era imposible salir del estacionamiento. Había personas que les tiraban a sus bebés sobre el auto, como un escudo, para que parara y pudieran saludarlo”.
Carlín era el Maradona de la actuación
Antes de la consolidación con esa comedia emitida entre 1991 y 1993 en Telefe y durante 1994 en Canal 9, Carlín asumió un riesgo al aceptar el protagónico de Adiós, Roberto junto a Víctor Laplace. Ya era un galán de telenovelas, ya había hecho una versión de Extraña pareja en teatro junto a Ricardo Darín, cuando hizo de Roberto en la película de Enrique Dawi. Fue la primera vez que el cine argentino se enfocó en contar la historia de una pareja homosexual entre dos hombres y fue la primera vez en que Carlín se alejó de su personaje arquetípico. “Ahora parecería que no pero la verdad es que tanto Calvo como Laplace se la jugaron; eran dos actores heterosexuales y era más lo que tenían para perder que para ganar en ese momento”, plantea Adrián Melo, sociólogo y autor de Otras historias de amor. Gays, lesbianas y travestis en el cine argentino.
En diálogo con elDiarioAR, Melo remarca que “por muchos años, se le decía Roberto al gay como en el Reino Unido se les decía Oscar a los gays en la época de Wilde”.
“Adiós, Roberto fue una película en la que empieza a aparecer algo de homoerotismo en plena transición democrática y en ese sentido se la puede leer como un diagnóstico de la sociedad argentina. Hay dos cosas a las que no se atrevió la película: al beso y al final feliz. Por eso resultaba una película ambigua, porque no sabías dónde posicionarte ni dónde se posicionaba el director. De todos modos, y en parte por ser la primera, fue muy importante”, dice Melo.
A diferencia de otros actores que pagaron un precio por animarse a actuar en películas que hablaran sobre la homosexualidad, Carlín siguió trabajando como siempre hasta que en 1990 llegó el que probablemente sea el personaje de su vida, el Carlín Cantoni de Amigos son los Amigos que, según han contado los libretistas Ricardo Rodríguez, Gustavo Barrios y Gius, tenía mucho que ver con él. Además de grabar muchas escenas en exteriores, el programa se diferenciaba por su musicalización. Desde la canción del título, que es una traducción del hit Friends to be Friends de Queen que Romina Yan le sugirió a sus padres hasta Sergio Denis, Los Gatos y Roxette, el universo musical de Amigos era ecléctico como el gusto de los argentinos.
Además de la dupla de Rago y Calvo, Amigos se sostenía en las historias de amor. En las primeras dos temporadas estuvo Cris Morena, como la mujer que sufría y hacía sufrir a un personaje tan encantador como mujeriego. El capítulo de despedida de Cris, que se iba para enfocarse en la conducción de Jugate Conmigo, fue grabado en un hangar del aeropuerto internacional de Ezeiza. El personaje de Carlín se escapaba del hospital en el que estaba internado por un accidente y se iba, con ambo y todo, a tratar de retener a la mujer que amaba que se estaba yendo a trabajar de periodista en París. Carlín llegaba tarde y se ponía a llorar, desconsolado, en el medio del aeropuerto. Después de Cris, hubo algunas heroínas que no llegaron a ocupar un lugar tan importante en la historia; la que más se acercó fue Katja Alemann, en 1992.
Amigos fue una historia que mantuvo al país en vilo durante tres años, todos los martes a las 21, por la pantalla del recién estrenado Telefe. Fue uno de los primeros programas exitosos del canal 11 privatizado y comandado por Gustavo Yankelevich, que dejó muchas frases y expresiones que pasaron a formar parte del lenguaje coloquial de los argentinos. “Vos fumá”, “¿Qué hacés, pendex?” y “Es una lucha” están a la altura del “Me cortaron las piernas” o “Se le escapó la tortuga” de Maradona. Como explicó hace unos días la directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés, Silvia Ramírez Gelbes, estas expresiones son conocidas como paremias y se las puede definir como “frases sentenciosas y asentadas en la cultura que sirven para explicar algo de la vida”. Y los argentinos apelamos a Carlín, a Diego, a Moria para hacernos entender.
Amigos no es un éxito que se pueda ver solamente en retrospectiva. Bertazza recuerda que tenía diez años cuando se sorprendió al presenciar de manera azarosa una grabación del programa. Estaba en la cancha de Boca cuando de pronto entraron Carlín y Katja Alemann para grabar una escena romántica en medio del estadio. Él la perseguía, ella se negaba hasta el momento del beso final. “En ese momento todos empezamos a gritar ¡Carlín, Carlín! No fue algo que nos hayan pedido, no estaba en el guión. En un punto se rompió la cuarta pared pero lo pusieron al aire, te mostraba el pulso del fenómeno”.
En 1999 estaba a punto de darle un giro a su carrera porque había firmado contrato con el canal América para hacer una adaptación de Drácula. El accidente cerebrovascular que sufrió en marzo de ese año frustró sus planes y fue el primer gran quiebre en su vida profesional que tuvo implicancias directas sobre su carrera. Tras una participación en Vulnerables en el año 2000, tuvo su primer protagónico post-accidente de la mano de Marcelo Tinelli y Sebastián Ortega, que trabajaban en ese momento juntos en Ideas del Sur. En El Hacker, un unitario que se emitió durante las noches de Telefe en 2001, Carlín fue Próspero, un experto en informática que se vengaba de gente que lo había traicionado, una suerte de Conde de Montecristo en los albores de Internet. “Fue un actor muy querible, llegaba a la gente de manera directa y era como un amigo más”, le dice a elDiarioAR Pablo Culell, productor general del ciclo que volvió a trabajar con él en Costumbres argentinas, una tira diaria de 2003, y Amo de Casa, una sitcom de 2006.
“Costumbres hablaba justamente sobre los 80, que fue la época de apogeo total de Carlín. Era una comedia romántica en la que él era el padre de familia junto a Ana María Picchio. Ahí no era el Carlín de la etapa previa a su enfermedad, lógicamente era otra persona pero le ponía toda la garra, toda la fuerza. No había perdido su impronta, su gracia ni su alegría en el set; era alguien que tiraba muy buena onda en las grabaciones, siempre hacía chistes y bromas. Había momentos en los que estaba perfecto, momentos en los que estaba un poco más complicado por el ACV que había tenido, pero estaba haciendo un trabajo regenerativo. Unos años después tuvo su segundo ACV y ya todo se precipitó hacia algo mucho más grave”, continúa Culell.
El último trabajo televisivo de Calvo fue en Mujeres de nadie, una tira que emitió Canal Trece en 2008 y en teatro tuvo una participación especial en Leonas, la obra que hicieron Carmen Barbieri y Nazarena Vélez en 2015 y en la que el público solía ponerse de pie ante su aparición, que era muy breve porque su estado de salud era tan delicado que no le permitía hacer mucho más.
"Lo mejor que te puede dejar alguien es una sonrisa. Y cuando uno piensa en Carlín, sonrie"
“Si bien tuvieron carreras distintas, las habilidades actorales de Carlín no estaban lejos de las de Ricardo Darín, el galancito que empezó en la misma época que él. Y, como Maradona, era un personaje entrañable”, apunta Bertazza desde Praga, donde se encuentra haciendo un doctorado en Literatura. Melo coincide en que era un buen actor, aunque eso no fuera algo reconocido habitualmente por los críticos que no veían más allá de su carisma .
“Calvo es una de las figuras más populares que tuvo Argentina en los últimos cuarenta años. Lo mejor que te puede dejar alguien es una sonrisa y cuando uno piensa en Carlín sonríe. Eso habla muy bien de él”, cierra Culell.
PMS