Entre el polvo que el viento Chorillero levantó furioso entre miles de mujeres y disidencias, se inauguró hoy el 35º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries en Territorio Huarpe, Comechingón y Ranquel, en San Luis. Pasadas las nueve de la mañana, autoridades de los pueblos originarios encendieron una fogata y le pidieron protección a la naturaleza . Después de la ceremonia ancestral, en el predio sobre la calle Raúl Ricardo Alfonsín se hizo el acto de apertura donde por primera vez fueron nombradas todas las identidades.
“Nunca más a la invisibilización, el Encuentro es con todes”, se escuchó desde el escenario, donde una veintena de integrantes de la Comisión Organizadora leyó un documento. Este es el primer año en el que se cambia el nombre “Encuentro Nacional de Mujeres” para enumerar a todas las identidades. “Siempre participamos de los Encuentros, pero nunca fuimos nombrades. A la clandestinidad o invisibilidad no volvemos nunca más. No es solo un nombre, es la potencia de las lucha de nuestros hermanes originarios”, agregaron también en referencia a la inclusión de “Plurinacional”.
“Este cambio de nombre no implica borrar la historia, implica retomar la lucha y nombrar a quienes sostienen esas luchas. Hay una responsabilidad política de reconocer, es no quedarse en el feminismo racista y discriminador que no quiere nombrarnos”, continuó leyendo una mujer mientras al lado un joven replicaba el discurso con lenguaje de señas. Desde abajo del escenario, en el predio de tierra donde el sol matizaba el viento frío, se escucharon los cánticos: “con las disidencias, plurinacional”
Otro de los puntos sobresalientes fue el reclamo por la liberación de las mujeres mapuches presas tras la represión en Villa Mascardi, en la cercanías de Bariloche, algo que provocó la renuncia de la Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta. “Libertad, libertad a la presas por luchar”, cantaron miles que llegaron de todas las provincias. También hubo cantos contra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, algo que también se criticó en el documento.“Fuera, fuera, fuera Fondo. Fuera”, entonaron.
El reclamo del colectivo travesti trans ocupó una parte importante de la lectura. Menos del 10% de las personas tienen un trabajo formal y gran parte ejerce la prostitución. La implementación efectiva de la Ley de Cupo Laboral Trans fue uno de los ejes de la Marcha contra los travesticidios y transfemicidios que comenzó horas más tarde, a las 19 horas, desde Plaza Del Carmen. Una columna de más de siete cuadras que mezcló el dolor por las personas del colectivo asesinadas con el orgullo de mostrarse, de ser visibilizadas.
Detrás de una bandera de la diversidad sexual camina Natalia, desde lejos se la puede ver: es alta, rubia, usa flequillo, lleva labios pintados de fucsia y viste un short de jeans. Arenga a sus compañeras mientras camina. Trabaja en un merendero de La Carcova, en José León Suárez, y también es trabajadora sexual, el dinero no le alcanza. En la pandemia integró una red de cuidados para adultos mayores que aún sostienen desde el Movimiento Evita. “Laburo en el comendero, gracias a Dios”, dice. “Pero no puedo sostenerme, también soy una persona trabajadora sexual, pero sé que no es para toda la vida, todo tiene su momento de recaudo. No siempre se mantienen los mismos clientes, Tenemos que aprovechar y progresar, Hoy estamos acá para luchar por nuestros derechos y agradecer a la personas adultas mayores que lucharon por nosotros”, agrega.
“Este es mi primer encuentro, gracias a Dios”, repite. “La estoy pasando hermoso, siento una familia. Me enorgullece. Acá veo las necesidades y las luchas de cada provincia, lo que les falta. Estamos para ayudarnos entre pares. Con 29 años, agradezco a las personas adultas mayores que lucharon para que hoy estemos acá”, cierra.
El trabajo también es la mayor preocupación para Luisana y Mía Paez, ambas de La Matanza. Luisana es enfermera y trabaja por un sueldo mínimo como cuidadora a domicilio y Mía tiene un plan social, integra una cooperativa, pero no le alcanza. Está cansada de buscar empleo y que la rechacen o directamente no le contesten. “Nuestra demanda es un trabajo decente, como cualquier otro. Por eso es un orgullo estar acá”, dice una y la otra asiente.
La presencia de las personas travestis y trans en los Encuentros previos siempre estuvo, pero nunca explicitada en el nombre. Eso festeja hoy en esta marcha Cecilia González, activista trans de Mar del Plata y trabajadora del Ministerio de las Mujeres de la Provincia de Buenos Aires. “Sentimos un orgullo enorme de cómo venimos creciendo porque en la construcción colectiva nos empoderamos y es importante que estos debates estén en agenda”, dice.
“Nos merecemos que dejen de hablar por nosotras. Las palabras tienen peso, un peso político”, cierra y guiña el ojo rodeado de brillos verdes y violetas.
CDB