El encargado de trasladar el colchón y el respaldo de la cama con rastros de sangre de Cecilia Strzyzowski, la joven de 28 años desaparecida en Resistencia, Chaco, desde la casa de los Sena reconoció que dichos muebles pertenecían al matrimonio acusado del presunto femicidio, junto a su hijo.
Alfredo Aguirre había realizado el traslado de ambas piezas en su camión de mudanzas desde el domicilio de los dirigentes sociales en Santa María de Oro 1460 hasta la vivienda de una mujer embarazada que vive en el barrio Emerenciano. El hombre confirmó ante el Equipo Fiscal Especial (EFE) que los muebles secuestrados por los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez el pasado 22 de junio eran propiedad de la familia Sena.
La mudanza del colchón y el respaldo de la cama se comprobó con la cámara de seguridad ubicada al frente de la casa de los Sena. Si bien se concretó el 6 de junio, según el testimonio de Fabiana González, una de los cuatro imputados por “encubrimiento agravado”, el ya el 3 de junio ─el día posterior a la desaparición de Cecilia─ el matrimonio pensaba “donarlos”.
Las manchas de sangre no sólo se encontraban en estas piezas de mobiliario: también se habrían hallado en la caja de la camioneta Toyota Hilux de César Sena y el Citröen C4 de Gustavo Obregón, otro presunto encubridor. Gerardo “Laucha” Flores, un octavo sospechoso, habría visto a dichos acusados con una supuesta “bolsa” en la chanchería de los dirigentes sociales. En este marco, según declaró Gustavo Melgarejo, acusado de encubrimiento, Flores le expresó: “Se mandó un moco el hijo de los patrones”.
La sangre detectada en los vehículos será analizada entre mañana y el viernes, mientras los fiscales continúan tomando declaraciones a testigos cercanos a Cecilia y César Sena. Entre las declaraciones, destacó la de la psicóloga de la joven desaparecida, quien confirmó, la semana pasada, que Cecilia había sido víctima de un episodio de violencia de género y que Marcela Acuña, su suegra, estaba involucrada en los conflictos de pareja.
Cecilia fue vista por última vez a las 9.16 del pasado 2 de junio, cuando una cámara de seguridad registró su ingreso a la casa de sus suegros en compañía de su ex pareja. En aquella vivienda, la joven fue asesinada entre las 12.13 y las 13.01 por estrangulamiento, según establece la resolución de los fiscales. Luego de su muerte, el cuerpo habría sido trasladado hasta la chanchería de los dirigentes sociales para ser calcinado. Los restos habrían sido esparcidos por distintos sectores de dicho predio y en el Río Tragadero que rodea la estancia.
Con información de agencias.