“Todos entendemos que la situación es excepcional. Se tuvo mucha paciencia durante todo el año pasado, pero al día de hoy no hay respuestas. ¿Por qué no se garantizó la virtualidad durante 2020? ¿Qué va a pasar este año en relación a eso? ¿Por qué los chicos no saben qué materia van a cursar cada día? ¿Por qué hoy -por este lunes- cuando llegaron las ventanas de las aulas estaban cerradas? No hay respuestas. Las autoridades del colegio no se comunican, no nos reciben, no están a la altura de las circunstancias”, dice Karina Wroblewski, madre de una alumna de 2° año del Colegio Nacional de Buenos Aires, que depende de la UBA.
“Mi hija no tuvo clases durante todo su primer año. No conoció a sus compañeros hasta la semana pasada, que hicieron una actividad presencial. Es una edad en la que el colegio es no sólo la instancia para la educación formal, sino para socializar, compartir con los pares, y nada de eso pasó”, describe Wroblewski, que es comunicadora y gestora cultural. Su descripción sobre el 2020 en esa institución se suma a lo que escribió la periodista y escritora Josefina Licitra en elDiarioAR : “Mi hijo tuvo cuatro horas de Zoom en todo un año”, señaló. Estos son apenas algunos de los testimonios de esa comunidad educativa.
“El Nacional Buenos Aires estuvo 16 meses sin recibir a los chicos en las aulas. Hubo un esfuerzo enorme de algunos docentes y de algunas tutoras y tutores, que intentaron suplir esa ausencia de contacto. Pasamos de tener un rector como (Gustavo) Zorzoli, que se comunicaba casi a diario con alumnas, alumnos y madres y padres, a carecer totalmente de contacto. Las chicas y los chicos estuvieron abandonados por la institución, salvo por las voluntades y el laburo individual de algunes docentes y no docentes”, suma Ana, madre de un alumno del colegio.
“¿Qué excusa hay para empezar recién en abril las clases cuando ya hay clima de que en cualquier momento se empiezan a cerrar actividades? ¿Por qué no se empezó en febrero? ¿Por qué las autoridades de la UBA no recorrieron las aulas para ver si todas las ventanas se podían abrir esta mañana? Hubo que llamar a un cerrajero para abrir las ventanas de un aula”, agrega Ana. “Los chicos llegaron y encontraron muchas aulas con ventanas que no se podían abrir, por lo tanto no se podía ventilar”, explica. Este lunes, Licitra tuiteó: “La división de mi hijo está encerrada en un aula desde las ocho de la mañana. Sin clases. No los dejan ni salir al patio. Van ya cuatro horas y media de encierro en el @cnba, cuyas autoridades dicen en los medios que 'volvieron las clases'”.
elDiarioAR intentó comunicarse con Valeria Bergman, rectora del CNBA, pero no obtuvo respuestas. Sí contestó Oscar García, secretario de Educación Media de la Universidad de Buenos Aires. “Los padres tienen una visión equivocada de la realidad. Yo los puedo entender, porque soy padre, y uno piensa que el universo tiene que ver con la educación de los propios hijos y punto. Pero la pandemia nos agarró a todos de sorpresa y nadie estaba preparado, incluso los profesores del Nacional Buenos Aires”, sostiene, y agrega: “Tuvimos que hacer un esfuerzo enorme porque este no es un colegio de 150 chicos, sino de 2.100, y no tenemos los recursos de un colegio privado. Hubo que hacer un esfuerzo enorme para dar conectividad a los que no tenían”. Consultado sobre qué porcentaje del alumnado carecía de ese recurso, García responde: “No pasaba el 2%”.
“Se dice que somos autárquicos, pero no somos soberanos. Dependemos del Consejo Universitario Nacional, que preside el ministro de Educación, y allí hay una comisión de colegios pre-universitarios. Se discutieron muchas cosas: que no se iba a tomar presentismo en clases virtuales y que se valoraba cualquier estrategia implementada dentro de la educación virtual. Yo creo que la mejor estrategia dentro de lo virtual es dar una clase por videoconferencia: es lo que más tranquilos deja a los padres. Pero algunos profesores no tenían la capacitación para dar una clase por esa vía, y otros prefirieron mandar preguntas y recibir respuestas de los alumnos”, describe el funcionario universitario.
¿Por qué no se garantizó la virtualidad durante 2020? ¿Qué va a pasar este año en relación a eso? ¿Por qué los chicos no saben qué materia van a cursar cada día? ¿Por qué hoy cuando llegaron las ventanas de las aulas estaban cerradas? No hay respuestas
Ante la consulta sobre las familias que aseguran que en 2020 sus hijos no tuvieron clases o apenas algunas horas de Zoom, García sostiene: “Creo que es exagerado. Puede ser que en algún caso haya pasado eso. Es cierto que el primer cuatrimestre fue muy malo, pero en el segundo las cosas se modificaron, no de manera perfecta, y hoy todos los profesores están obligados a dar clase por videoconferencia”.
En relación a la ventilación deficitaria que señalaron algunas madres en diálogo con este diario y también en redes sociales, el funcionario dice: “No puedo contestar sobre las ventanas. Hay personal docente y no docente que se tiene que encargar de que estén abiertas”. Este martes y miércoles, según se votó a nivel nacional, los docentes y no docentes del gremio AGD harán un paro de actividades en todo el país. “Pero la comisión interna del Nacional Buenos Aires decidió que se tomarían toda la semana de paro, algo injusto e irresponsable, por lo que se les descontarán todos los días”, suma García. Según estima, los afiliados a ese gremio son 15% o menos del total de los docentes del Colegio.
“Nuestros hijos no saben qué materia van a tener y cuál no, ni si los docentes van a estar o harán paro. Nadie del colegio nos comunica nada”, explica Wroblewski. “Ningún año tiene claro qué cursará. Mi hija está con la ilusión de estar más con sus compañeros, me pidió ir a comprar carpetas, una mochila, pero en su momento no se contemplaron buenas condiciones para las clases virtuales, para el sistema mixto entre virtual y presencial no hay un cronograma claro y nos falta información. Hay mucha deficiencia de las autoridades”, define la gestora cultural. “Lo que hay que defender es la escuela pública. Cada vez hay más diferencia con el acceso a la educación entre quienes pueden y quienes no pueden pagar una escuela. Sabemos que pocos acceden al Buenos Aires, y también sabemos que a nosotros nos escuchan, porque somos profesionales de clase media, pero esto pasa en muchos lugares”, analiza.
Los padres tienen una visión equivocada de la realidad. Yo los puedo entender, porque soy padre, y uno piensa que el universo tiene que ver con la educación de los propios hijos. Pero la pandemia nos agarró a todos de sorpresa y nadie estaba preparado
“Evidentemente la pandemia implicó un deterioro del proceso educativo. Por buena que sea la educación virtual que se implemente, nunca va a reemplazar a la presencial, porque se pierde el contacto con el chico, y el control del docente que obliga al chico a ponerse en ritmo”, asegura García. Consultado sobre si las afirmaciones de madres y padres en relación a cómo fue 2020 y cómo es este año en el CNBA impactarán en el prestigio de esa institución, sostiene: “No tendrá ningún impacto. Venimos en cifras récord de demanda en la matrícula de ingreso después de una grave crisis institucional por la toma, especialmente en 2007 en el Pellegrini. Venir al Buenos Aires sigue siendo muy demandado”.
“Nadie se puede dar el lujo de abandonar a los estudiantes. Y las madres y los padres queremos ponernos a disposición para ayudar a una gestión que no avanzó ni en conectividad, ni en protocolos ni en ventilación en todo un año. Queremos clases presenciales y cuidadas, y en los casos en que no puedan ser presenciales, que la conectividad y la contención funcionen”, suma Ana.
En el entorno de padres y madres con los que más se comunica, cuenta Wroblewski, hay familias que piensan en cambiar a sus hijos de colegio. “No es mi caso. Pero sí hay quienes están pensando en pasar a la educación privada”, asegura. Y se lamenta: “En Instagram la rectora está poniendo 'volvimos al colegio', pero la mayoría no tuvo clases. Lo que queremos es que haya, no sólo ir al edificio. Si a esta altura no pueden garantizar ventanas abiertas, eso habla de la ineficiencia”.
JR