El juicio por la muerte del Diez

Para los fiscales, a Maradona lo “condenaron al olvido y decidieron que muriera”

11 de marzo de 2025 12:11 h

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El fiscal Patricio Ferrari levantó un foto que solo pudieron ver los integrantes del tribunal, pero se emitió en la transmisión oficial: “Así murió Maradona”. Detrás suyo, los imputados Leopoldo Luque, neurocirujano; Agustina Cosachov, psiquiatra; Carlos Díaz, psicoanalista; Nancy Forlini, doctora y coordinadora de la empresa de salud privada Swiss Medical; Mariano Perroni, coordinador de enfermeros de Medidom –empresa tercerizada de Swiss Medical para cuidados domiciliarios–; los enfermeros Ricardo AlmirónPedro Di Spagna, médico clínico. Para todos corre la misma imputación: homicido simple con dolo eventual, un delito que prevé una pena de entre ocho y 25 años de cárcel. “Leito, tiene los ojos como una teta, me da miedo verlo con la luz apagada”, le decían a Luque en un chat, según Ferrari en su exposición. “Lo condenaron al olvido y en esa casa de Tigre decidieron que muriera”, cerró el fiscal.

La fiscalía presentó este martes los lineamientos en la primera jornada de juicio por la muerte de Diego Armando Maradona ocurrida hace más de cuatro años, el 25 de noviembre de 2020, en una casa del barrio cerrado San Andrés, en Benavídez, Tigre. El enfermero Almirón, la cabeza gacha y el rostro cubierto con un barbijo, escuchó los alegatos de introducción con los ojos cerrados. Leopoldo Luque se presentó al juicio con una fisonomía absolutamente distinta a la época en la que asistía al exfutbolista: otro cuerpo, el de un fisicoculturista. “La imputación es absolutamente sólida, sin fisuras. Hay prueba objetiva y de calidad”, siguió Ferrari.

La producción de prueba demandó un año y a lo largo de este juicio, que se extenderá hasta julio, por lo menos, se pondrán en debate 200 testimonios, mensajes de texto y audios, evidencia médica, además de la historia médica de Maradona desde 2020 y los 21 especialistas que integraron la junta médica interdisciplinaria. “Entre el 11 y el 25 de noviembre de 2020, Diego Armando Maradona fue introducido en el lote 45, del barrio San Andres, Benavídez, Tigre, Buenos Aires. Por entonces, no se encontraba en uso pleno de sus facultades mentales y no podía decidir sobre su salud. Ingresó para una rehabilitación clínica que hoy podemos decir fue calamitosa”, graficó el fiscal.

Un teatro del horror. Una internación domiciliaria temeraria. Para los fiscales, un grupo de improvisados integrado por Luque, Cosachov y Díaz, con la colaboración de Perroni, Di Spagna y Almirón (y la enfermera Dahiana Madrid, que será juzgada aparte) “incumplieron todos los deberes a su cargo”. Los abogados que representan a la familia del exfutbolista se apoyan en la imputación de la fiscalía. Pero Mario Baudry, abogado representante de Dieguito Fernando, el hijo menor de Maradona, hizo notar lo que falta: Victor Stinfale, Matías Morla y Maximiliano Pomargo solo declararon como testigos. Baudry advirtió al tribunal que oirán dichos nombres muchas veces a lo largo del debate. En la sala de los tribunales de San Isidro se cuela el ruido de los bombos. Afuera una buena cantidad de gente se juntó para pedir “Justicia por Diego”.

VDM/MC