Todo sucede la misma mañana y con una cámara que registra. En Oberá, Misiones, un tarefero es filmado mientras camina encorvado cargando un bolsón de yerba en sus espaldas; en Nono, Córdoba, una abuela cuenta cómo curar la culebrilla con yuyos serranos; en Salavina, Santiago del Estero, un “chango” toca una chacarera con violín sachero; en Santa Ana, Jujuy, cuatro mujeres muestran cómo bordan sus rebozos.
Estas historias permanecerían ocultas si no existieran productoras audiovisuales de esas provincias que salieran a contarlas. Fundadas en momentos en que el mercado demandaba nuevas miradas para las producciones audiovisuales, la misionera Productora de la Tierra; la cordobesa Caleidoscopio; la santiagueña Los Díaz y la jujeña Wayruro se conformaron como cooperativas y desde el interior del país resisten el embate de estos tiempos difíciles.
Hace poco más de una década la mayoría de los que querían hacer películas, documentales y series tenían que instalarse en Buenos Aires. La estructura estaba pensada para que la Capital fuera el centro y todo se realizara desde las productoras porteñas.
En los casos que tenían que hacer un film o trabajo audiovisual narrando alguna historia del interior del país viajaban con su producción, sus equipos, sus técnicos y regresaban. Parecía que eso nunca iba a cambiar.
Con los concursos federales del INCAA, luego con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual -la misma que el expresidente Mauricio Macri modificó mediante un DNU al mes de asumir- y los avances informáticos y tecnológicos al alcance de más personas comenzaron a crearse productoras en el interior del país para contar nuevas historias.
Con mirada de mujer
La cooperativa cordobesa Caleidoscopio comenzó a formarse en el 2011 a partir de las posibilidades que se abrieron con la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “Algunas de nosotras formábamos parte de la ‘Coalición por los 21 Puntos’ que fue el sustento de aquella ley y todas teníamos militancia en diferentes espacios feministas o de defensa de los derechos de las mujeres”, cuenta Gabriela Cabus, presidenta del Consejo de Administración, a elDiarioAR.
La primera experiencia de trabajo en conjunto fue la serie documental Caleidoscopio. Diversos colores, los mismos derechos, que obtuvo el Primer Premio en Serie Documental Argentina en el Festival Internacional de Cine Político en 2013. A partir de entonces decidieron conformarse legalmente como cooperativa y apostar a que ésta se convierta en la principal fuente de trabajo.
“Llevar adelante una productora audiovisual cooperativa es bastante difícil en estos tiempos ya que es una industria muy incipiente en el interior del país y las políticas públicas para apuntalar este sector son totalmente insuficientes. La disminución de presupuesto para la Cultura y el achicamiento del INCAA en los últimos años son realmente muy perjudiciales para nuestras posibilidades laborales en la provincia de Córdoba”, dice la presidenta.
Desde la cooperativa apuestan por contar lo que la gran industria no cuenta: experiencias organizativas solidarias e innovadoras que se dan en los sectores populares, las luchas de las mujeres, visibilizar a las comunidades LGTBIQ+, los jóvenes y los pueblos originarios.
En estos momentos tienen dos proyectos en marcha que concursaron en el Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FOMECA). Se trata de Cielo Abierto, una serie documental de 6 capítulos sobre experiencias artísticas de usuarios de salud mental y están editando Sabiduría del Monte sobre hierbas medicinales de bosques nativos de la provincia de Córdoba.
A la vez, la serie Trabajadoras. Sembrando Organización, que retrata a mujeres, lesbianas, y trans en la lucha por la inclusión y la igualdad en los ámbitos laborales se emite por la plataforma cordobesa de contenidos audiovisuales con enfoque feminista, transfeminista, de géneros y diversidad Equis+webtv.
“Es difícil contar historias que no son rentables”, sostiene Cabus. “Creemos que estas nuevas narrativas se construyen no solo en los contenidos sino también en las formas de producir. Por eso apostamos a una manera de trabajar cooperativa, donde cada una aporta lo que sabe y aprende de las otras, donde no hay palabra santa ni parámetros que no puedan discutirse”.
De la tierra colorada
En el año 2004, un grupo de cineastas, comunicadores y diseñadores fundaron, en la ciudad misionera de Oberá, la Productora de la Tierra. Obtuvieron la personería jurídica para conformarse como cooperativa en el año 2007. Gran parte del trabajo que llevan adelante es en redes con otras productoras.
“A eso le debemos un porcentaje importante de nuestro capital social porque de ese modo nos insertamos en el medio con el fin de aportar más que de pedir, incluso desde lo político pero no desde lo partidario, sino acercando ideas y proyectos culturales”, explica a elDiarioAR Lucía Alcain, expresidenta de la productora.
En estos 15 años de existencia la productora participó en la realización de audiovisuales de la Región NEA del Plan de Fomento 2010 como coproductora del unitario documental Quieta Non Movere, La Masacre de Oberá. Formó parte del trabajo de la serie de ficción Aquellos días felices de Maximiliano González y produjo el capítulo Misiones del ciclo Huellas. Historias del Nordeste y de la serie de 12 capítulos Casi un mismo Techo en 2014 con salida al aire para la región NEA.
Además ha realizado micros para Canal Encuentro y Acua Mayor y la microserie Del lado de los Frágiles. También ganó el concurso de desarrollo de proyectos de largometrajes Raymundo Gleyzer y en estos momentos tiene en desarrollo dos largometrajes de ficción.
“La idea es estrenar una película este año llamada Mata salvaje (en coproducción con productoras de Brasil y Paraguay) y ya hemos estrenado uno de los proyectos del Raymundo Gleyzer: Selva”, cuenta Alcain.
También han puesto en pantalla otras coproducciones: Plan Divino, Agua Dos Porcos y Un Gauchito Gil (rodada en Corrientes) y, en estos momentos, están por comenzar a rodar Una Sola Primavera, ganador de Ópera Prima Regional, y desarrollando Zulma, planeado para filmarse en 2022.
En el tránsito de hacer cosas nuevas se les ocurrió crear el Festival Oberá en Cortos, que este año llegó a la 17° edición. “Si de algo sirvió conformar esta cooperativa fue el de plantar un precedente con el trabajo audiovisual y que realizadores del interior lo vean como factible, como un modo de descentralizar los recursos, las políticas y los accionares demostrando que también se pueden producir obras de calidad desde una provincia”, concluye Lucía Alcain.
Con una chacarera de fondo
El nombre de esta cooperativa hace honor a Los Díaz: una localidad sobre la margen derecha del Río Dulce -ubicada a 40 minutos de la Capital de Santiago del Estero- equidistante de los diques Quiroga y Río Hondo. Nacida en el año 2013, recién dos años después de conformados abrieron la oferta de servicios y desarrollo de proyectos audiovisuales en la región.
Las dos patas fuertes para sostener la cooperativa son la cobertura de eventos (festivales y conciertos) y -en menor medida- la renta de equipos. A partir de ese trabajo que realizan con varias instituciones de la provincia llevan adelante proyectos cinematográficos.
“En estos momentos tenemos al aire la serie MOCASE, la alternativa campesina, por Barricada TV, luego de 3 años de producción y más de 20 de relación con la organización. Es una estrategia más que una serie para nosotros”, cuenta Víctor Cáceres, responsable del área de proyectos de la cooperativa, a elDiarioAR.
En estos momentos la cooperativa se encuentra rodando El Diablo canta en el Monte, documental sobre el artista santiagueño Jacinto Piedra. “Somos 4 personas por los protocolos sanitarios. Lo hacemos sin ningún tipo de subsidio, excepto el catering que viene de Cultura de la provincia”, dice Cáceres.
Los Díaz es un motor cultural en su provincia, ya que participan de la presentación de libros, películas y proyectos de ley que beneficien al sector. Además forman parte de la discusión de la Ley Audiovisual en Tucumán y Santiago del Estero.
En estos momentos están diseñando su página web, con un subsidio de Punto Cultura, pero la tarea de la cooperativa excede lo audiovisual. “Recibimos financiamiento a través del INTI con el objetivo de instalar una carpintería en el predio de La Usina, en la ciudad de Clodomira, un proyecto conjunto con la Asociación de Familias con Identidad Huertera. De la misma alianza se generó, en el inicio de la pandemia, un circuito corto de comercialización de bolsones de frutas y verduras de estación distribuidos mediante el mecanismo puerta a puerta que continúa en la actualidad”, detalla Víctor Cáceres.
El trabajo en equipo que se genera desde la producción audiovisual para Los Díaz es “un modelo de negocio que brinda participación al trabajador y lo adueña de su trabajo”.
Producir y compartir enseñanzas
Creado en San Salvador de Jujuy en el año 1994, Wayruro es un colectivo de comunicación popular fundada por estudiantes universitarios que sentían la necesidad de acompañar la lucha de los trabajadores y trabajadoras estatales en los años 90.
Sus tareas están abocadas a la producción audiovisual, las capacitaciones en comunicación popular audiovisual, la creación del Archivo Audiovisual Jujuy y la difusión a través de la Muestra Internacional de Cortometrajes Jujuy/Cortos, que este año cumple 20 años de existencia y está prevista de modo semipresencial.
“Trabajamos capacitando en comunicación con un espacio de formación propio que es Kallpa TV-Canal Escuela en el Barrio Coronel Arias de la periferia de San Salvador. Hemos producido alrededor de 300 contenidos audiovisuales hasta la actualidad entre series, unitarios y micros”, cuenta a elDiarioAR Ariel Ogando, uno de los fundadores de Wayruro.
En la actualidad tienen el programa de cortometrajes La vida es corta en el canal 2 de Jujuy (que se retransmite en otras señales comunitarias), están rodando la serie Jujuy cuatro estaciones (que cuenta la idiosincrasia de la provincia a través de celebraciones populares) para el FOMECA y acaban de concluir un taller de producción audiovisual con dispositivos móviles -con perspectiva de género- para el programa Puntos de Cultura.
“Las compañeras de Wayruro están con el proyecto Kuychi: la primera experiencia en una escuela de género, que son instancias formativas para compañeras de distintas organizaciones comunitarias y del universo trans que depende del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad”, detalla Ogando.
Si bien el trabajo de Wayruro se desarrolla en el territorio del Norte argentino, han realizado acciones en otras provincias argentinas y en países como España, Francia, Venezuela, Costa Rica, Ecuador y Chile siempre levantando la bandera de la comunicación popular.
El escritor ruso León Tolstoi dejó la frase “pinta tu aldea y pintarás el mundo. En este caso, estas cuatro cooperativas, filman su aldea para contar el mundo.