Marlene Wayar, activista travesti y socióloga, está sentada detrás de Luis Novaresio, cerca de Franco Torchia, escritor y periodista. A pocos metros está Gaita Nihil, poeta trans que fundó la editorial Puntos Suspensivos, y Pierina Nochetti, activista que tiene una causa penal por pintar un grafiti preguntando dónde está Tehuel. También está en la sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza la actriz trans Mariana Genesio Peña, y la cantante, actriz y compositora que es blanco de los discursos de odio del Presidente de la Nación, Lali Espósito. La cofundadora del primer bachillerato Travesti Trans Mocha Celis, Manu Mireles, tiene los ojos brillantes y un color fucsia en el pelo que podría ser fuego.
Es la noche de entrega de premios y lo que se entrega es un unicornio, porque son ellos los que simbolizan la unidad y singularidad de distintas identidades dentro de la comunidad LGBTIQ+. Y lo que este lunes por la noche se premió fue eso, la diversidad en un contexto en el que los derechos LGBTIQ+ están siendo amenazados y los discursos de odio llegan desde lo más alto del poder. Y en esta noche Lali Espósito, blanco de los ataques de odio y símbolo de la diversidad, tuvo su reconocimiento.
Thelma Fardín dice que el contexto era muy hostil cuando denunció por abuso a Juan Darthés, que al principio se sintió sola, pero que la sensación de abrazo, de festejo, de reconocimiento y de agradecimiento, le dio un impulso muy fuerte, junto a quienes militaban causas similares, y le inyectaron energia para seguir adelante. “En los momentos más duros los movimientos LGBT y los feminismos resisten, transforman y están listos para dar batalla”, dice, bajita y gigante, Telma.
La escucha el auditorio colmado que este lunes por la noche llegó hasta el Paseo La Plaza, en plena calle Corrientes, para participar de la entrega de premios “Voces que transforman”: edición Orgullo Vivo, con que Amnistía Internacional distinguió a 12 periodistas, activistas, artistas, e influencers por su aporte en la promoción y defensa de derechos de las personas LGBTIQ+.
Lucía Galkin Sutton es Directora de Género y Diversidad de Amnistía Internacional Argentina. Cuenta que ésta es la tercera edición de Voces que Transforman, y que los premios se enfocan en reconocer a artistas, activistas y figuras de distintos ámbitos de la cultura, defensoras de los derechos LGBTIQ+, en un contexto de proliferación de los discursos de odio, donde, desde el trabajo, los espacios y las voces, luchan por una sociedad más inclusiva. “El mundo no se cambia solo” dice Galkin Sutton, “sino a partir de personas que dedican el recurso más costoso: el tiempo”.
En el mes en que Argentina celebró el Orgullo con dos millones de personas en la calle, el evento de Amnistía, conducido por Florencia de la V, reforzó la importancia de construir una sociedad respetuosa de la pluralidad donde las diversidades sean celebradas, y donde cada persona tenga la libertad de poder vivir según sus propios deseos y elecciones.
Por ese aporte en favor de conquistar más derechos fueron reconocidos Lali, Leti Siciliani, Mariana Genesio Peña, Luis Novaresio, Susy Shock, Isha Escribano, Pierina Nochetti, Manu Mireles, Candelaria Schamun, Lucas ‘Fauno’ Gutierrez, Martín Canevaro y Pedro Paradiso.
Del otro lado, los premios fueron entregados por Florencia Gemetro y Gabriela Bacin, Marico Carmona, Carolina Unrein, Juan Carlos Escobar, Sofi y Valen, Franco Torchia, Sasa Testa, Marisa Herrera, Sol Despeinada, Jacinta de Oromí, y, por parte de Amnistía Internacional Argentina Mariela Belski y Lucila Galkin.
“Gracias por este honor. Es muy emocionante porque siento que reivindico algo que es la motivación para estar viva. No existe el te salvás solo”, dijo Lali, que ya le había dedicado su premio Gardel a Pamela, Mercedes, Andrea y Sofía, víctimas del lesbicio de Barracas, cuando el vocero presidencial twiteaba que no era un crimen de odio porque la palabra lesbicidio no estaba en el diccionario de la Real Academia Española. “Está en la calle” le había respondido Lali a Manuel Adorni. El último unicornio fue para ella.
“Para mi es importante sentirme parte de una comunidad a la que le debo tanto, tanta inspiración, tanta belleza, tanta vida, tanta luz”, siguió. Contó que su mamá le dijo, cuando era chica, que al Presidente de la Nación se le puede decir lo que sea siempre que sea con respeto. “Fue muy literal, se ve” dice, y se ríe incrédula de su lugar, del camino, mira el unicornio que tiene en la mano. “Hoy me levanté y dije yo no soy digna de ir a semejante lugar, hubo gente del Conicet recién chicos acá, o sea...”. Lo más lindo de Lali es que no sabe que es Lali.
El silenciamiento es un verbo, por eso, dice Lali “es la belleza la que va a poder con todo”. El campo de batalla, le dijo Fito cuando empezaron los ataques de los libertarios y de Milei, es la música. Entonces Lali compuso “Fanático” una especie de himno que bailó la Universidad Nacional de las Artes en la estación Once, y que hizo temblar un congreso sin colores en la Marcha del Orgullo de este año.
Sasa Testa, Magister en Estudios y Políticas de Género, Becario Doctoral del Conicet, docente e investigador, es quien le entregó un unicornio violeta a Pedro Paradiso Sottile. “Este contexto es hostil para todes, particularmente para las comunidades históricamente vulneradas, entre ellas la población LGTBIQ. Creo que en un contexto donde todos los derechos que hacen a la ciudadanía están en riesgo, rescatar la militancia y la historia de quienes han puesto el cuerpo es un gesto político poderoso: estuvimos, estamos y estaremos” dice Sasa.
Al subir al escenario Luis Novaresio recibió varios abucheos. “Vos hiciste mucho para que estemos acá”, le gritan. A él no parece tomarlo por sorpresa, anticipa la referencia al gobierno actual en la pregunta y sonríe. “Es muy cierto, estamos en un momento donde circulan discursos homo-odiantes y de toda la diversidad y me parece que es importante alzar la voz en proporción. Cuando desde las altas esferas se siguen discutiendo y se usan términos como familia natural, demasiado sexo gay, tenemos la obligacion de salir a recordar que los derechos están ganados”.
Se aplaudió también a los que ya no están: Cris Miró, Fernando Peña, Carlos Jauregui, Lohana Berikins, Zoe López Garcia, y Diana Sacayán. Pierina Noccetti subió al escenario y pidió por Tehuel, House of Glorieta cerró con un show de voguing y cultura ballroom. Y el unicornio blanco, vacío, de la entrada, se llenó de mensajes de colores: “Biología no es destino”, “libres de ser lo que somos”, “Las niñeces trans y travestis existen”, “No hay nada más lindo que la diversidad y la libertad”.