Argentina necesita 185 mil millones de dólares para mitigar y adaptarse al cambio climático desde hoy hasta 2030. Así lo anunció la jefa de la delegación nacional en la COP 27, la gigantesca Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que por estos días reúne más de 33.000 personas de 200 países, incluidos varios de los principales líderes mundiales, en Sharm El Sheikh, Egipto.
El pedido de la Secretaria de Cambio Climático argentino, Cecilia Nicolini, está dentro del contexto de un evento donde el mundo habla de plata y las cifras son generalmente de miles de millones de dólares. “Juntos por la implementación” es el título que puso a la Conferencia el gobierno de Egipto, en referencia a que se trata de llevar del papel a la realidad, por fin, los objetivos que el mundo fijó en 2015, a través del Acuerdo de París, para la contención del cambio climático.
“Queremos que los países que más contribuyeron y más siguen contribuyendo al cambio climático se hagan responsables y que el financiamiento llegue en tiempo y forma para que las transformaciones de nuestra economía tengan impacto en el territorio”, dijo Nicolini en diálogo con los periodistas argentinos que asisten a la COP 27, a la que no vino el presidente Alberto Fernández y ni siquiera asiste el ministro de Ambiente, Juan Cabandié.
La secretaria presentó en Sharm El Sheikh una actualización de Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, ante un grupo compuesto básicamente por funcionarios y activistas ambientales argentinos, con 250 medidas para lograr una Argentina “sostenible, inclusive e innovadora a 2030”.
De todas maneras, lo que prevalece es la incertidumbre en una Conferencia donde los países del llamado Sur global intentan presionar, sin mucho éxito, para que las naciones desarrolladas no sólo cumplan con su promesa realizada en 2009 de aportar 100.000 millones de dólares anuales para acción climática, sino que aumentan esa cifra.
En un contexto global difícil, en el que la comunidad internacional demanda el abandono del petróleo y otros combustibles fósiles, principales causantes del cambio climático, la Argentina tampoco la tiene fácil, por sus condiciones particulares, para mostrar que es buen alumno.
La propia Nicolini admitió que Argentina no puede darse el lujo de desaprovechar el potencial de hidrocarburos de Vaca Muerta. “Diversificar nuestra matriz energética es un compromiso, pero no va a ser de un día para el otro. Argentina tiene la segunda reserva de gas natural más importante en el mundo. El gas natural es fundamental para el desarrollo económico argentino y sirve para la transición a corto y mediano plazo. El abandono de los combustibles fósiles es un objetivo a largo plazo”, dijo.
En ese sentido, consideró positiva la inversión que está haciendo el Estado para ampliar la capacidad de transporte de gas natural y dijo que, para ampliar su generación de energías renovables, es también imprescindible que la Argentina amplíe también su capacidad de transporte de electricidad.
Este panorama no ayuda a que Argentina consiga el financiamiento que necesita, ya que los organismos internacionales están decididos a impulsar una aceleración de la transición energética. El costarricense Carlos Manuel Rodríguez, CEO del Global Environment Facility, uno de los principales fondos del mundo para financiación climática, fue enfático en esta COP 27: “La implementación del Acuerdo de París, definitivamente va a tener un gran impacto en aquellas actividades que tienen un fuerte impacto en el cambio climático, como la producción y el uso de petróleo y gas”.
“Es absolutamente irracional que las compañías de petróleo y gas estén teniendo las mayores ganancias de su historia cuando son las mayores responsables de esta amenaza existencial que enfrenta la humanidad, que es el cambio climático. La transición es complicada y desafiante. Pero, por supuesto, va a haber perdedores, que son los que están contaminando y matando personas”, afirmó.
También la Secretaría de Agricultura argentina estuvo presente en Sharm El Sheikh, encabezada por el secretario Juan José Bahillo, quien llegó con una delegación que levantó la bandera de la sostenibilidad de la producción agropecuaria nacional, frente a cuestionamientos que llegan de los países ricos. Se apunta, fundamentalmente, a la ganadería, por su elevada emisión de gases de efecto invernadero.
“La agricultura argentina está entre las más eficientes del mundo y tenemos un rol decisivo en la seguridad alimentaria mundial”, dijo el subsecretario de Coordinación Política de la secretaría de Agricultura, Ariel Martínez.
Martínez aseguró que Argentina produce el 4% del total de alimentos que se comercializan en el mundo, pero que sólo emite el 0,3% de los gases de efecto invernadero globales. “Quiere decir que tenemos un impacto insignificante en términos de cambio climático, pero si dejamos de producir se generaría un impacto gravísimo en términos de la seguridad alimentaria”, concluyó.
Esta nota fue producida con el apoyo de la Climate Change Media Partnership 2022, organizada por Earth Journalism Network de Internews y el Stanley Center for Peace and Security